Hoy nos envuelve la nostalgia al recordar a Marcelo de Angelis. Este artista argentino, enamorado de la pintura, la música, la poesía, y con una curiosidad infinita hacia todo aquello que le rodeaba, sorprendía a propios y extraños por su naturalidad y su personalidad sencilla y grata, que hacía comprender a todo aquel que tenía el placer de compartir su presencia que estaba, ante todo, ante una buena persona. Precoz como pocos, su pintura se expuso en importantes salas de su Argentina natal, viajando por medio mundo hasta la lejana Europa o Estados Unidos. Un artista maravilloso que se nos fué sin previo aviso en el año 2009, a los trenta y nueve años.
Para apenas llenar el vacío de su pronta marcha nos quedan sus trazos, que nos recuerdan esa estampa del pintor de la naturaleza y el sentimiento, aquél que por llegar a ello, pintaba hasta con los ojos cerrados.
¡Qué pinturas mas bonitas! qué delicadeza. Pintas plantas así es muuuuy difícil...vamos, a mi no me sale, jejeje. Uy qué joven murió, qué pena...
ResponderEliminarSí, una historia un poco triste... pero sus pinturas son una maravilla, y ahí quedan. A mí me encantan.
EliminarDesde luego tiene un estilo propio muy particular, es como si sus pinturas las pintase en parte el viento.
ResponderEliminarSí, como viento entre la hierba, instantáneas llenas de reflejos de sol... No es realismo, claro, es sentimiento, algo distinto que resulta precioso.
Eliminarhola Marcelo era pte.mio el tenia un dientito retenido-un canino-y siempre venia para que esteticamente este perfecto-como asi era el-y ahora veo que ya no esta-y nadie me aviso-que le paso a tan bella persona?
ResponderEliminarQué suerte tuviste de conocerle personalmente!... nosotros sólo conocíamos su obra.
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