Plantas de cada día; el cardillo (Scolymus hispanicus)



   Es común relacionar cualquier tipo de cardo con una "mala hierba", algo improductivo e indeseable que hay que desbrozar. Muy pocos ven en esta multitud de tan poco exigentes géneros la belleza de sus flores, sus formas o sus portes, aunque poco a poco algunos visionarios comienzan a darles el lugar que merecen dentro del mundo de la jardinería. Quizá el cardillo o tagarnina (Scolymus hispanicus) es la excepción dentro de esta mala fama tan generalizada, aunque tan solo sea este un amor interesado. Por el interés te quiero Andrés, y es que el que lo conoce suele ser porque lo ha degustado. Pocos lo relacionarían con la bella planta que es, llena de maravillosas flores amarillas adornando y dando color al baldío más gris del mundo. 

Plantas de cada día; la viborera (Echium vulgare)


   ¿Os acordáis que hace poco vimos la viborera (Echium plantagineum), una pequeña boraginácea cuyas semillas y hasta flores se parecían a cabezas de vívoras? ¡El mismo género "Echium" significa "víbora" o "culebra"! Pues hoy os traemos a su hermana mayor, también llamada viborera, buglosa o viperina (Echium vulgare), con la que comparte numerosas afinidades más allá del nombre vulgar, que es el mismo para todas las especies del género. De hecho esta también se creía que era un remedio contra las mordeduras de serpiente, o que su presencia conseguía alejar a estos reptiles del hogar... lo cual es sin duda un mito, vaya por delante.

Iris o flor de lis; variedades, simbología cultural y usos en cosmética.


El iris, género que reúne más de 200 especies diferentes, toma su nombre de la palabra griega iris, mensajera de los dioses y personificación del arcoiris, por la gran cantidad de colores que las flores de las distintas especies nos ofrecen.

Podemos encontrarlos en las regiones templadas del el hemisferio norte y por supuesto en multitud de jardines en todas las partes del globo.
Los iris son plantas perennes que pueden encontrarse creciendo de rizomas o de bulbos según su especie.

Algunos ejemplos de iris que nos pueden interesar para nuestro jardín son:

  • Iris de tierra seca: Iris germánica y sus híbridos (son los iris que todos tenemos en la cabeza, los más típicos y visibles, lilas o de otros muchos colores)
  • Iris de rocalla: Iris reticulata, Iris danfordiae
  • Iris de sombra: Iris foetidissima
  • Iris tierra húmeda: Iris ensata, I. sibirica, 
  • Iris de agua: I. laevigata, I. pseudacorus


Iris de tierra seca-Iris germánica
Iris de sombra -Iris foetidissima
Iris de rocalla - Iris reticulata
Iris danfordiae
Iris de tierra húmeda - Iris ensata
Iris sibirica
Iris de agua - Iris pseudacorus
 Iris pseudacorus
Plantación y división

¿Cuándo plantar?
Los especialistas comercializan los iris en verano siendo ésta época la mejor para su plantación, además ésta tendrá que hacerse inmediatamente después de abrir el embalaje (obtendremos las primeras flores en la primavera del año siguiente a su plantación).
Idealmente habrá que plantar 3 rizomas de la misma especie juntos para que formen un macizo.

¿Cómo plantar?
Iris Spuria: enterrar los rizomas unos 5 cm bajo el suelo.
Iris germánica: dejar los rizomas a ras de suelo para que éstos sobresalgan una vez la tierra se compacte.
En tierras mal drenadas, plantad los iris en lo alto de un montículo.

La división
Para que la capacidad de floración de los iris se mantenga éstos deberán regenerarse cada 3-4 años, para ello habrá que arrancarlos y dividir los macizos, eligiendo los rizomas jóvenes (cortad las hojas en oblicuo).



El iris como símbolo cultural
Uno de los primeros usos como símbolo de esta flor parece darse en la decoración de la Puerta de Istar en Mesopotamia, construida por Nabucodonosor II en el año 575 a.C.


Fue llevada por la cultura musulmana  allá donde se expandían sus territorios. El iris blanco era considerado por esta cultura como símbolo de la resurrección utilizándose como motivo floral en sus tapices de oración.
El iris fue también reconocido en la cultura japonesa, siendo utilizado ampliamente en el arte floral del Ikebana.

Vía
En la cultura francesa se convirtió en la flor de su realeza comenzando con Louis  VII conviertiéndose en la flor de Louis que fue tránsformandose posteriormente en flor de lys o flor de lis. (Hay que decir que según qué fuentes se consulten puede encontrarse al lilium como flor de lis, pero nosotros preferimos quedarnos con la versión encontrada en las informaciones de la colección de iris del Parque Floral de París y porque además nos resulta mucho más parecida al iris).

El iris en la perfumería y cosmética
Desde tiempos remotos los rizomas de los iris son utilizados en perfumería y cosmética.
Sus dos aplicaciones más conocidas son la esencia  y el polvo de iris.

Los rizomas son recolectados de plantas maduras que crecen sobre suelos pedregosos con al menos unos 3 años . Los componentes aromáticos usados en perfumería vendrán tras un proceso largo que durará 3 años.
Los rizomas son pelados, lavados y secados en bolsas de yute perdiendo así el olor desagradable de los rizomas frescos.
Tras 3 años de secado son triturados y cocidos al vapor, de manera que el paso de éste a través de ellos durante entre 24 y 36 horas permite extraer el aceite esencial en forma de manteca. Una posterior eliminación de los ácidos grasos tiene como resultado la esencia, un líquido amarillento. 
Para que tengáis un orden de magnitud imaginaos que para obtener 3 gramos de esencia se necesitan 10 kg de rizomas, impresionante ¿verdad?. Es por esto que ell producto obtenido no sea precisamente barato (15000€/kg) reservándose a perfumes de alta calidad.

El polvo de iris, no es más que el polvo del rizoma, y fue utilizada por nuestras abuelas como polvos de maquillaje, siendo los de iris más reputados incluso que los famosos polvos de arroz. También se utiliaba en la limpieza del bebé a modo de polvos de talco.






El rusco (Ruscus aculeatus)


   Si nos vistiésemos con un velo para entrar en el oscuro mundo de la Edad Media, y nos hablasen de una planta mágica muy codiciada, que aleja tormentas y mantiene siempre lejos la amenazante presencia de brujas y hechiceros, la miraríamos ojipláticos y con el mayor de los respetos. Si pudiésemos viajar un poco más allá en el tiempo, nos pusiésemos una toga para mezclarnos en la cultura de la Antigua Grecia, y una vez allí el mismísimo Dioscórides así como cualquier otro médico clásico nos hablasen del Arrayán salvaje, un mirto bendecido por los dioses que cura cuerpo y alma, y que forma parte del remedio conocido como "Jarabe de las cinco raíces", sin duda pensaríamos que no es una planta cualquiera.

Dioscórides, un personaje sin parangón en la historia de la botánica (vía)

     Y es que no lo es, aunque en tiempos recientes haya pasado a ser poco más que una pequeña desconocida para excursionistas y viandantes. El Rusco (Ruscus aculeatus) es en realidad un arbusto perenne de la familia de las liliáceas que ronda entre los veinte centímetros y el metro, siempre ligado a zonas cálidas, con sombra y suelos húmedos. Típica especie de sotobosque mediterráneo acompañando a la encina hasta los mil metros de altura, no soportará heladas, y aunque puede estar presente en suelos relativamente básicos, en general resulta ser un buen indicador de acidez en el sustrato.

Restos vestigiales de las "hojas verdaderas" del Ruscus aculeatus (vía)

   Etimológicamente, el término "aculeatus" proviene del latin y viene a significar "punzante, con aguijones o espinas". Y es que lo primero que llama la atención de esta planta son sus filóclados o falsas hojas; alternos y sésiles (no pedunculadas), de forma ovalada pero levemente lanceolada para finalizar en una rígida punta. Y decimos que son falsas hojas porque en realidad no lo son, sino que son tallos secundarios que salen de los principales, cilindricos y lisos, tomando una forma plana y similar a hojas. Además, y para poner colofón a un mundo al revés, resultan ser el principal órgano fotosintético de la planta. Sus verdaderas hojas son en realidad muy pequeñas (de apenas tres milímetros) y pasan desapercibidas a modo de estípulas, insertándose directamente en el tallo principal (caulinares) axilarmente a los filóclados. Con el desarrollo de estos últimos, las pequeñas hojas "verdaderas" terminarán por caer y desaparecer rápidamente.

   Un claro hecho que atestigua la verdadera naturaleza de esos filóclados es que las flores y frutos aparecerán en la parte central y superior de estas "falsas hojas", ofreciendo un aspecto cuando menos curioso.


     Es una planta muy rizomatosa, siendo esta la principal vía natural de su dispersión. De sus rizomas subterráneos brotarán tanto tallos florales masculinos como femeninos. Es por ello que sus discretas y pequeñas flores serán unisexuales, de un color blanco verdoso algo violáceo, y la mayor época de floración tendrá lugar a finales del invierno o principios de la primavera aunque puedan encontrarse ejemplares en flor a lo largo de todo el año. A pesar de su menudez resulta ser una flor atractiva para numerosos tipos de insectos, que las polinizarán dando lugar a sus característicos frutos rojos a finales de otoño e invierno.
El rusco se ha venido usando como adorno navideño por su ligero parecido con el acebo
(como un huevo a una castaña)

   Estos frutos son unas bayas rojizas brillantes, de hasta 15 milímetros de diámetro, encerrando en su interior de una a cuatro grandes semillas. El sabor de la baya es dulce, por lo que atraerá a distintos animales, en su mayoría aves y mamíferos, que la comerán con gusto. Estos dispersarán las semillas tras su digestión y defecación, propagando la especie por nuevos hábitats. Sin embargo dichos frutos resultan ser algo tóxicos para el hombre, y pueden provocar vómitos y diarreas.

   Debido a la similitud de sus frutos con los del acebo (Ilex aquifolium) se le ha venido llamando también acebillo o arrayán salvaje. Desgraciadamente, esto ha dado pie a su recolección como adorno navideño, lo que en muchos casos ha puesto en peligro su persistencia. También se le ha dado en llamar "escobilla", y es que ese era uno de sus múltiples usos antiguamente, usándose sus ásperos tallos como cepillo para las superficies más exigentes, tales como comederos o barriles de vino. En algunas regiones se le ha venido llamando así mismo "espina ratera", ya que sus punzantes filóclados eran atados en las bodegas alrededor de sogas y ganchos destinados a colgar quesos y embutidos, como medida disuasoria para los temidos roedores que andarían al acecho para pegarles un buen mordisco. También sus semillas han sido usadas como frugal sucedáneo del café, y los brotes más tiernos (normalmente recolectados en el mes de abril) se han consumido por su suave sabor, algo amargo, como verdura cocida, en menestras y cremas, o simplemente a la plancha. Y es que es sin duda un alimento muy nutritivo en fresco, tal y como se comería un espárrago, resultando excelente aporte de calcio y potasio, además de abrir el apetito (aperitivo) y diurético.

Las semillas de rusco fueron en otra época un buen sustituto del café.

   Es una especie apreciada en jardinería, en pequeños rodales o setos que destacan por su color verde oscuro, así como por el rojo brillante de sus frutos. Para ello siempre se cultiva en semisombra, asegurando cierta humedad en el suelo, sobre todo en verano, evitando al máximo los suelos encharcados. Su multiplicación no es complicada, y aunque puede reproducirse a través de sus semillas, es mucho más rápido y común multiplicarlo dividiendo macollas con sus raices, o directamente a través de esquejes en primavera.
Setos de Ruscus aculeatus en el jardín de El Capricho, en Madrid

   Es un género el de los ruscos que se está abriendo camino a pasos agigantados en cuanto a su cultivo para la comercialización como relleno en arreglos florales, debido a su fácil reproducción y manejo, que además de reducir costes aporta un bonito y duradero color verde a ramos y centros.

El rusco, como soporte y elemento decorativo en ramos y centros (vía)

   Pero sin duda si por alguna razón es conocida esta planta, es por sus propiedades medicinales. Ya hemos comentado cómo formaba parte del antiquísimo "jarabe de las cinco raíces", que era preparado en base a 30 gramos de cada raíz (rusco, apio, hinojo, espárrago y perejil) por cada litro de agua, colando el líquido resultante para añadir y mezclar después con 850 gramos de azúcar. Resultaba un excelente diurético y aperitivo, aunque no se recomendaba tomar más de tres cucharadas diarias. Puntualmente un sucedáneo de este tónico se preparaba únicamente con la raíz del rusco, a razón de 20 gramos de rizoma por litro de agua, posteriormente edulcorado y tomando no más de tres tacitas diarias.

Detalle del rizoma de Ruscus aculeatus (vía)
   Otro remedio tradicional que ponía en relevancia sus propiedades diuréticas era el llamado "Vino de rusco", que consistía en  mezclar 80 gramos de rizoma de rusco por litro de vino blanco, dejándolo macerar durante 8 días y agitándolo diariamente. Finalmente se filtraba y envasaba, tomando dosis de no más de dos vasos pequeños diarios. También datado era su uso para la disolución de cálculos y piedras de la vesícula, para lo cual se cocían 30 gramos de rizoma de rusco en un litro de vino.

   Es un apreciado remedio contra hemorroides y varices, debido a sus propiedades vasoconstrictoras y antiinflamatorias. Para ello se aplicará de forma externa en el área afectada a través de baños y compresas con el agua resultante de la decocción de su rizoma. Su contenido en rutósido mejora la circulación y ha resultado ser un buen remedio contra males tan dispares como la celulitis, artritis (reduciendo la cantidad de ácido úrico), o la gota, aunque su uso con el tiempo ha ido decayendo en favor de una industria farmacéutica más actual, que ofrece unguentos y cremas más efectivas y concentradas. 
¿Un lápiz mágico antiojeras de extracto de rusco y pepino? ¿Un anticelulítico?
Solo dos ejemplos de los muchos usos y aplicaciones que se generan a partir de esta planta (vías 1 y 2)

   También es un tónico energético natural y un buen remedio para bajar la fiebre, para lo cual se procederá a tomar dos o tres tacitas al día de la infusión de 25 gramos de rizoma de rusco por cada litro de agua, colando esta finalmente y endulzándola a gusto para evitar su leve sabor amargo.

   Un uso más actual si cabe es el que resulta de su aplicación en distintos productos cosméticos, así como para baños de pies y baños relajantes en general, siendo un buen antiinflamatorio para el dolor de articulaciones. Para ello, al margen de distintos productos que contienen preparados en base a esta planta, puede hervirse 50 gramos de rizoma por litro durante un cuarto de hora, dejándolo enfriar levemente antes de su uso.

   En su composición se han encontrado distintos saponósidos, tales como la ruscogenina y neoruscogenina. Estos componentes, entre otros, harán de esta planta un apreciado extracto para numerosas cremas de manos y bálsamos para pieles enrojecidas, así como para lociones para después del afeitado, cremas para mitigar quemaduras solares, o trastornos capilares.

   Nunca debe usarse durante el embarazo o la lactancia, recordemos que en altas dosis puede resultar muy tóxica.

   Un hecho curioso es que, aunque sus aplicaciones son bien conocidas desde la más remota antiguedad, su composición química, especialmente la correspondiente a su rizoma, es prácticamente desconocida. Y es tan sólo desde los últimos años que se ha empezado a investigar y apenas hemos comenzado a saber algo más de sus numerosas propiedades intrínsecas.
Detalles morfológicos (vía)

Lufa: la esponja vegetal


¡Buenos días!

La lufa es una planta de esas que son más que interesantes porque además de bonita  por ser una planta y tener flores, ¡es muy útil!. Seguro que el nombre no os dice demasiado, o más bien nada, pero si os digo que muchos de vosotros la usáis todos los días...
                                    ilustración

La lufa, nos sirve de esponja exfoliante (¡rasca lo justo!), activa la circulación y además es lógicamente de origen natural..

1, 2, 3
Las semillas por lo que tengo entendido se pueden comprar relativamente fácil en algún centro de jardinería. Si se cultiva en terraza que sea en una buena maceta y con una barandilla cerca para que pueda enrollarse, intentando que los frutos den hacia la terraza, que como le de a alguno por caer la ¡liamos parda!.

Es importante que donde se plante tenga mucho sol y sin temperaturas frías. El año pasado yo las planté en mi terraza y aunque la planta creció los frutos salieron en septiembre, ya demasiado tarde para madurar y convertirse en una esponja de un tamaño aceptable (moraleja, el clima parisino no es ni mucho menos el adecuado para estas plantas). El casero de mi apartamento, de origen egipcio me dijo que él las recordaba en su país, me dijo que crecían casi como malas hierbas, no necesitaban casi cuidados.

Para saber si las flores que van saliendo darán una lufa hay que fijarse en la parte trasera de la flor, si ésta tiene forma redondeada y algo inflada estáis de suerte, se trata de una flor femenina, de lo contrario tendréis que seguir esperando porque se tratará de una flor masculina (sucede exactamente igual que con los melones).

El fruto hay que dejarlo secar en la rama, una vez seco habrá que pelarlo para conseguir la esponja vegetal.  Aquí tenéis un vídeo para saber cómo pelarlas.

Tras pasar 3 semanas en agua sin que pareciese que tuviesen la intención de germinar, decidí darles una segunda oportunidad y meterlas en tierra. ¡Esa fue la solución! en una semana ya podían verse las raíces (sí, soy impaciente y escarbé para ver si habían dado señales de vida) Conclusión: el remojado previo en agua sobre algodones es útil en tanto en cuanto se consigue hidratar rápidamente a las semillas y se ablanda la cubierta que es bastante fuerte. 

Para los más curiosos aquí tenéis la evolución de mis pobres y maltrechas lufas del año pasado.




Y ahora para terminar de convenceros, mirad lo que se puede llegar a hacer con esta planta O_o

group of plantershot chocolate set with and without loofahlampshade detailpicture of all the objects

Diseños realizados por el mejicano  Fernando Laposse

 ¿qué es lo que haríais vosotros con una?

Plantas de cada día; la chupamieles (Anchusa azurea)

   La chupamieles, lengua de buey, alcalcuce o argámula (Anchusa azurea) es una boraginácea ruderal de nuestros campos y bordes de camino que crece vigorosa a pleno sol en suelos bien drenados (tanto calizos como silíceos) y que, por sus inflorescencias con espigas de flores de un color azul intenso tan característico, se ha hecho un hueco en numerosos jardines silvestres. De hecho, el término "azurea" es un epíteto latino que viene a significar "azul profundo". Perenne y bienal, florece a finales de primavera o verano de su segundo año, con unas flores hermafroditas de cinco pétalos que, soldados por su base, conforman una alargada corola tubular, al igual que el resto de la planta, muy tomentosa y cubierta de pelillos algo rígidos.

   Aunque muy ramificada desde la base, su altura va desde el medio metro hasta sobrepasar ampliamente el metro, y sus alternas hojas tienen forma lanceolada, a la que hace referencia (además de por su tacto áspero) el nombre vulgar de "lengua de buey".

   El nombre de "chupamieles" da idea además de lo ligada a la cultura popular que ha estado esta planta; era ya en el siglo XI cuando Umdat Al-tabib (un botánico anónimo hispanomusulmán) relataba que "las gentes chupan la flor de esta planta y extraen del fondo de la flor una lágrima de miel".


   Es además una planta medicinal que popularmente se ha utilizado en forma de infusión como antiinflamatorio, diurético y sudorífico, siendo apta ante procesos gripales y catarrales. Para ello se recolectarán en verano sus hojas y flores, administrando una cucharadita por taza, unas tres tazas al día. También ha venido siendo usada para afecciones cutáneas como dermatitis, soriasis o contusiones y hematomas, así como para calmar y suavizar la piel. En estos casos, se utiliza la planta usándola por medio de cataplasmas o lavados en la zona afectada. ¡Pero mucho cuidado! Su uso tiene que estar regulado por un experto, ya que puede resultar muy tóxica en mujeres embarazadas, así como en niños y casos de hepatopatías.
   Popularmente, su raíz machacada se ha utilizado como emoliente cosmético para dar color a las mejillas. Como pariente de la borraja que es, sus hojas son comestibles. Cocidas y aliñadas, o también rehogadas, tienen un sabor suave y delicado, aunque hay que cocerlas bien para que sus pelillos no resulten ásperos en el paladar. Se reproduce con facilidad a partir de esquejes de raiz, así como por semillas.
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