Plantas de cada día; el beleño (Hyoscyamus albus)


   El beleño blanco, adormidera de zorra, hierba loca o flor de la muerte (Hyoscyamus albus) es una sorpresa más que nos guarda el ancho mundo de las solanáceas. ¡El propio padre de Hamlet parece ser que murió envenenado con esta planta! Y es que la familia de los pimientos, tomates y patatas tiene parientes la mar de peligrosos, ya lo vimos no hace mucho con el estramonio, y conviene conocerlos.

Plantas de cada día; el comino silvestre (Lagoecia cuminoides)

   Está muy feo esto de ensalzar una planta sobre otras, pero mentiría si no os digo que el comino silvestre (Lagoecia cuminoides) es algo especial para mí. La primera vez que la vi, en la cuneta de un camino intentando pasar desapercibida entre tantas otras plantas ruderales, me dejó con la  boca abierta. Con esas hojitas pinnadas que parecen suaves y delicadas espinas o plumillas, y esas flores en frágiles umbelas que aparecen en la primavera temprana, entre los meses de marzo y mayo. Dicen que la apariencia de dichas umbelas le hacen a uno recordar las confortables camas que las liebres preparan a sus lebratillos en las madrigueras bajo tierra, y de ahí viene etimológicamente hablando el nombre del género "Lagoecia", que significa "madriguera de liebre". Por otro lado, el epíteto "cuminoides" viene a significar "similar al comino", y esto ya nos dice mucho porque efectivamente sus parduzcas semillas se han venido utilizando como sustituto de éste.

Plantas de cada día; el marrubio blanco (Marrubium vulgare)


   El marrubio blanco, yerba del sapo o meaperros (Marrubium vulgare), es una planta nativa del sur de Eurasia y norte de África que varía entre los 20 y los 60 cm de altura. Sin embargo actualmente puede encontrarse casi en cualquier parte del mundo, estando en algunos países como Australia o Tasmania catalogada como invasora. Etimológicamente, parece ser que el nombre de Marrubium podría derivar del término "Marrob", utilizado durante la Pascua por los judíos para denominar una especie similar, el Marrubio de agua. Sin embargo su relación con el hombre viene de mucho más atrás, ya que según diversas fuentes la semilla del marrubio podría haber sido la denominada "Semilla de Horus", que era utilizada por los antiguos sacerdotes egpicios para contrarestar hechizos mágicos. Algo más mundano era el uso que le dieron los antíguos Romanos, estando descritas numerosas de sus propiedades medicinales en el Manual de Medicina de Aulo Cornelio Celso, en el siglo I. Poco después, otros médicos como Lucious Columela o Galen, le seguirían colmando de agasajos y parabienes, al igual que la mayoría de las civilizaciones humanas en prácticamente todas las épocas; hasta los indios Navajos de Norteamérica usaban su infusión para paliar problemas respiratorios.


Plantas de cada día; la zamarrilla (Teucrium capitatum)


   En una fría mañana, un fuerte brazo está a punto de desafiar el destino del mundo conocido. Teucro, ausente de la feroz batalla que se desarrolla a su alrededor, tensa desde su navío firmemente el arco dorado y Héctor, responsable de la defensa de la ciudad Troyana, está en el punto de mira. Por mucho que los oráculos anunciaran que mientras Héctor viviera en Troya ésta no caería, de todos es sabido que también su arco jamás ha errado un objetivo, y a esa idea se aferra apuntando cuidadosamente. De pronto Teucro se sorprende de cómo el tiempo parece haberse detenido en un instante. A su alrededor los gritos y el sonido del metal han cesado, y tan solo una creciente luz suspendida lo ilumina todo. Es la luz del propio Zeus, que al tocarla rompe la cuerda en el justo momento en que la flecha sale disparada.

Plantas de cada día; la ferula o cañaheja (Ferula communis)


   Cuenta el poeta griego Hesíodo en su obra "Teogonía", allá por el año 700 a.C., cómo el titán Prometeo, en su afán benefactor hacia la humanidad, robó el fuego sagrado de Zeus y lo transportó en el carro alado de Helios hasta la tierra escondido en una cañaheja prendida, ardiendo en su interior oculta lentamente. La historia venía de un poco más atrás, ya que precisamente Zeus había negado al hombre el fuego como castigo a otro engaño previo del mismo Prometeo, quien había sacrificado un buey partiéndolo en dos, dándole a elegir entre la parte con la piel y los huesos pero oculta bajo jugosa grasa, y dejando la carne en la otra mitad.

Plantas de cada día; la cicuta (Conium maculatum)


   Hoy nos visita una planta con mucha historia, la cicuta o beleña (Conium maculatum). Aunque hoy la catalogamos de mala hierba, ya el propio Linneo, en su Hortus cliffortianus (1737) decía que tan solo el nombrarla infundía miedo en grandes y pequeños. No es para menos, sin duda es la más peligrosa de las umbelíferas, aunque quizá lo más soprendente sea el desconocimiento general de su existencia como elemento relativamente frecuente en bordes de camino o terrenos removidos a orillas de cualquier paseo.

El cebollino (Allium schoenoprasum)


El cebollino, ciboulette o ajo morisco (Allium schoenoprasum) es por todos conocido como condimento en platos de todo tipo, de sabor similar a la cebolla pero más fino es originario de zonas frías y norteñas, Canadá y Siberia son su tierra patria (ahora entiendo por qué es una de las pocas plantas que me aguantan el invierno sin dificultades).
Durante los meses más duros del invierno no tiene hojas, pero a finales del mismo comienzan a salirle y duran hasta principios del invierno siguiente.

Exigencias del cultivo
Es una planta bastante agradecida, aguanta suelos con ph desde 5 hasta 8 y prefiere suelos húmedos pero bien drenados.
 Crece tanto a pleno sol como en semi-sombra.

 Su cultivo en maceta se puede hacer sin dificultades utilizándose también en rocallas 



He de decir que en las latitudes parisinas de mi terraza ha sido la primera planta en echar flores (¡preciosas por cierto!), flores del gusto de abejas y abejorros (melíferas) y del nuestro mismo porque son comestibles y las podemos usar en ensaladas.
Si lo plantamos con un objetivo sobretodo alimenticio no estará mal cortar de vez en cuando los capullos para evitar que la planta se agote.

Reproducción
Se puede reproducir sin problemas tanto por semilla (sembrar en primavera) como dividiendo los bulbos (en cualquier época del año).

Interacciones con otras plantas
Inhibe el crecimiento de leguminosas.

Propiedades medicinales
El cebollino es un alimento con un significativo aporte de carotenoides, vitamina C, vitamina B9 y vitamina B6.
Tiene efectos beneficiosos en el aparto digestivo y la circulación de la sangre aunque éstos son menores que los de sus primos los ajos y las cebollas.

Otros usos
 El jugo de esta planta se utiliza como repelente de insectos y tiene propiedades fungicidas. Además se cree que es repelente de caracoles y babosas.
Sus flores se pueden utilizar como flores secas.


Plantas de cada día; el narciso pálido (Narcissus triandrus)


   Hace poco vimos cómo florecían los narcisos por nuestro blog... y a pesar de su difícil diferenciación, parece que estas simpáticas plantitas, de la familia amaryllidaceae y siempre anuncio de una primavera inminente, han venido para quedarse. Hoy os presentamos al Narciso pálido o de roca (Narcissus triandrus subsp. pallidulus), que no suele faltar a su cita anual allá por los primeros días de abril, en suelos rocosos y expuestos, soleados y pobres. No debía ser este el narciso que se asomaba a las aguas para ver su reflejo, y que dio nombre al género.

   En concreto estos los encontramos en un pastizal de montaña abierto entre el matorral y el robledal en la sierra de Guadarrama, pero la distribución natural de la especie abarca el centro y sureste peninsular para la subespecie pallidulus, así como el noroeste para la subespecie triandrus. También podremos encontrar en el oeste peninsular la subespecie lusitanicus, de un amarillo más intenso. Más allá de la península ibérica, únicamente encontraremos naturalizada la especie en las islas de Glénans, en la Bretaña francesa, aunque siempre de forma más puntual.

Distribución natural de las distintas subespecies (vía)

Pequeños bulbos de N. triandrus (vía)

   Se trata esta de una planta de entre 11 y 35 cm de altura, glabra, bulbosa y perenne, que pasa desapercibida el resto del año, midiendo sus bulbos subterráneos unos dos centímetros aproximadamente. Sus largas hojas serán de color verde oscuro y de sección semicircular, algo estriadas longitudinalmente, y medirán  aproximadamente lo mismo que el tallo floral; entre 15 y 30 centímetros.

   Su efímera floración adornará fugazmente los montes con un característico color amarillo pálido y con su forma de campanilla que cuelga cabeza abajo, para dar paso finalmente al fruto que constará de una cápsula elipsoidal trilobulada.

   Su indiscutible belleza, a pesar de su relativamente efímera floración, le ha llevado a estar presente en no pocas macetas y jardines. Para su siembra habrá que tener en cuenta que hay que enterrar los bulbos de forma algo más somera que otros narcisos; recordemos que está acostumbrado a vivir en suelos someros y rocosos.

(vía)


Plantas de cada día; la olivarda (Dittrichia viscosa)


    Llevaba tiempo detrás suyo, no en vano es una de las plantas más exitosas de los baldíos (y para desesperación del ayuntamiento, también de numerosos alcorques y zonas ajardinadas) del lugar en el que vivo. Y por mucho que es bastante característica, el maravilloso mundo de las copuestas y sus claves dicotómicas hacen que cualquier pequeña labor tienda al infinito, y más allá. En concreto en este desesperado caso, tras consultar numerosos tratados filosóficos y diferentes libros al uso, necesité exactamente el tiempo suficiente para caer en la cuenta de preguntar a mi padre, quien me contestó con un sonoro y rotundo "pues una mosquera, claro, qué va a ser".

   La olivarda o hierba mosquera (Dittrichia viscosa). Una planta que deberíamos conocer y nunca olvidar, porque es realmente interesante, y guarda en su anonimato multitud de sorprendentes propiedades, adaptaciones, y posibles usos. Su complicado nombre científico alude al botánico alemán Manfred Dittrich, aunque no es éste el único nombre científico que ha tenido. También se le ha citado no hace mucho como Inula viscosa, aludiendo el epíteto "Inula" a Helena de Troya, ya que cuenta la leyenda que de la tierra donde cayeron sus lágrimas brotaron flores de esta planta. Por su abundancia, mucho debíó llorar Helena el día que la raptó Teseo, pero no es de extrañar porque los griegos antíguos eran unos expertos en lo que a tragedias se refiere.
 
El rapto de Helena de Troya (vía)
   Lo que sí que tienen en común los diversos nombres científicos de los que ha dispuesto es el término "viscosa", originaria de la palabra latína "viscum", en referencia a al tacto de sus hojas que resultan ser alternas, lanceoladas u oblongas, perennes, apuntadas y sin peciolo, ligeramente dentadas, tomentosas en el envés y por supuesto pegajosas, llenas de pelillos glandulares que exudan dicha sustancia pringosa. Esta segregación química además de hacerla poco atractiva y digestiva, al caer al suelo inhibe la germinación de otras plantas vecinas que pudieran competir en las primeras etapas de crecimiento y expansión. Algo que nos recuerda al ládano de la jara pringosa (Cistus ladanifer). Incluso más allá, al igual que aquella, esta planta está perfectamente adaptada a la presencia del fuego. De hecho, es considerada pirófita, y arde con facilidad fomentando el fuego a sabiendas de que sus semillas, rodeadas de una dura cutícula, resistirán fácilmente las altas temperaturas y fructificarán abundante y profusamente tras el incendio, comportándose como una especie verdaderamente pionera y colonizadora del nuevo medio acontecido, en lo que para otras muchas especies menos adaptadas supondría su desaparición.

Es considerada pirófita, fomentando y aprovechando la presencia del fuego.
   No deja de ser esta una sorprendente medida de resistencia ante posibles competidores o ante su depredación por parte de herbívoros (que la rechazan invariablemente por muy hambrientos que estén), pero no es la única. La olivarda emite también un cierto olor parecido al de las cistáceas, peculiar, en todo caso poco agradable o incluso repelente para sus posibles consumidores. Además, esta herbácea consigue llegar a cierta altura, superando el metro y medio, y creando rodales con una base leñosa semiarbustiva que posibilitará una mayor impenetrabilidad, resistencia y envergadura.

La olivarda resulta una planta poco palatable para sus posibles consumidores.
   Es además una planta excepcionalmente adaptada a vivir en terrenos pobres, secos y soleados, resistiendo amplias variaciones de temperaturas. Sus tomentosas hojas evitan la excesiva transpiración, y su brillante cutícula, recubriendo la epidermis foliar, consigue reflejar el exceso de radiación solar no necesaria.

Detalles morfológicos foliares.
   Sus flores liguladas, de un delicado color amarillento dorado, son característica inequívoca de la familia de las compuestas (asteráceas). Lo que vulgarmente llamaríamos flor es en realidad un gran conjunto de flores agrupadas en capítulos, que a su vez se reunen en cabezuelas o panículos.
Sus pétalos ligulados nos hacen ver que estamos ante una planta de la familia asteraceae.
   Además, tiene un largo y abundante periodo de floración, que comienza en el mes de julio pero se prolonga sin interrupción hasta el invierno, no siendo raro verla llenando de color los bordes de caminos y suelos alterados allá por el mes de diciembre. Esta apuesta por la floración tardía forma parte de una exitosa estrategia que tiene como fin aprovechar la escasez de competencia, aportando además indirectamente un sustento vital para numerosas especies de insectos polinizadores, y atrayendo con ellas también insectos depredadores y beneficiosos para los huertos, tales como los chinches (Nesidiocoris tenuis, género Dicyphus, y gran variedad de insectos pertenecientes a la familia de los míridos, que depredan entre otras las polillas del tomate o la araña roja).

Nesidiocoris tenuis (izquierda) y Dicyphus discrepans, en plena faena (vías 1 y 2)

   Un huésped destacable en la época primaveral sería el mírido Macrolophus caliginosus, feroz depredador de la mosca blanca entre otros. Por todo ello esta planta silvestre es perfecta para tenerla cerca tanto en huertos de exterior como en invernaderos, en los márgenes o divisiones de estos aunque siempre de forma controlada. Su asociación con cultivos de cucurbitáceas (calabazas, calabacines, melones, sandías, pepinos, lufas...) y solanáceas (patatas, tomates, berenjenas, pimientos, petunias, tabaco...) se considera especialmente beneficiosa. Es aconsejable acometer su siembra en filas con un marco de 45 centímetros, en la estación otoñal.
Macrolophus caliginosus, alimentándose de la araña roja (vías 1 y 2)

   Especial relación guarda la olivarda con los olivos (a la cual podemos atribuir su más difundido nombre vernáculo), ya que da cobijo invernal al himenóptero Eupelmus urozonus, enemigo natural de la mosca de la aceituna (Bactrocera oleae). Aunque la lucha integral se toma su tiempo y habrá que tener paciencia para ver los efectos que genera el fomento de la olivarda ante una plaga de mosca de la aceituna, ya que se habrá de completar un ciclo completo de cuatro a cinco años. Su relación simbiótica es como un martillo pilón; lenta, pero tremendamente eficaz. También se ha comprobado su eficacia en asociaciones de cultivos con cítricos (contra la Phyllocnistis citrella), así como con encinas (contra la Ischeria ekebladella).

Hembra del himenóptero Eupelmus urozonus (arriba a la izquierda), su presa la mosca de la
aceituna Bactrocera oleae (a la derecha), y una aceituna afectada por esta última (vías 1, 2, y 3)

   A la abundante y contínua floración le seguirá una increíble multitud de semillas que, ayudadas por sus plumosos vilanos, se esparcirán con el mínimo soplo de viento para conquistar así nuevos y lejanos territorios. Y quizá sea este el factor que mayor éxito evolutivo le haya supuesto, para disgusto de muchos que intentan erradicarla. Porque aunque su origen es propio de la cuenca mediterránea, su increíble capacidad de adaptación a medios difíciles y la fácil dispersión de sus semillas, han hecho que la olivarda haga acto de presencia en prácticamente todos los continentes allá donde haya un medio apropiado para ella, lo que (recordemos que no es muy exigente) le ha llevado a ser catalogada de planta invasora a erradicar, y casi imposible de controlar a gran escala, para evitar su expansión en detrimento de otras especies locales.
Vistosa floración, que llena de color los bordes de camino a finales de otoño y principios de invierno.
   Una planta tan especial no podía haber pasado desapercibida por la mano del hombre. Nombres comunes como el de "altabaca", "pulguera" o "hierba mosquera" ya nos dan un indicio de que es un buen insecticida, para lo cual se colgaba la planta de los techos de las casas, para que las moscas u otros insectos poco deseables quedaran atrapadas en sus hojas viscosas. Idéntico procedimiento se realizaba en establos, en los que se mezclaba en las camas del ganado para que actuase de atrapapulgas. También en algunos lugares se quemaba lentamente su parte aérea para que el humo resultante y su especial aroma espantase moscas y mosquitos. Sus hojas secas se han utilizado para fumar, además de útil herramienta para eliminar los pinchos de los higos chumbos tras un fuerte barrido.

Sus flores secas, una vez caídas las semillas, son apreciadas en composiciones florales.
   Tan destacable como actual es su uso como corrector de suelos contaminados. En este aspecto, la apenas conocida olivarda se ha ganado un puesto de honor en la lista de las plantas utilizadas para extraer y acumular en su sistema radical y parte aérea metales pesados tales como el mercurio o el plomo. Todo un récord a sumar a la multitud de aplicaciones que esta pequeña y desconocida planta nos brinda.

Su abundante fructificación le asegura una exitosa reproducción.
   También resulta ser una planta muy apreciada por la medicina tradicional, seguramente debido a las propiedades balsámicas y antisépticas dadas por la presencia del eucaliptol. Así, es bien conocida la infusión de sus hojas como remedio para las molestias de la artritis o el reuma. Para ello, habrá de tomarse dicha infusión en ayunas dos veces por semana, aunque nunca en más cantidad ya que la planta puede resultar tóxica. También es un buen vulnerario, siendo su cataplasma apta para lavar y favorecer la cicatrización de heridas, quemaduras y contusiones. Tiene propiedades analgésicas (utilizada contra el dolor de muelas) y diuréticas, además de ser un buen remedio para casos febriles (antipirética) y haberse usado también para expulsar gusanos intestinales. En el norte de África se ha usado de forma efectiva como remedio contra el paludismo y algunas enfermedades urinarias. Es también astringente y antidiarreico, aunque como decíamos su uso por vía interna puede acarrear complicaciones y no está recomendado por su toxicidad. En todo caso, no se recomienda su ingesta sin la supervisión médica oportuna.
Flores en su estado terminal, dando lugar a los vilanos, sus plumosos frutos.

   En realidad su aplicación actual va mucho más allá de las aplicaciones tradicionales. Diversos estudios tienen depositadas en la olivarda grandes esperanzas, al ser esta una fuente natural para la obtención de inhibidores de la vasodilatación neurogénica, lo que tendría una aplicación inmediata en casos de migraña y distintos tipos de cáncer. También se han detectado efectos inhibitorios contra el virus del SIDA, hepatitis B y C, llegándose a patentar composiciones antivirales en las que la distintas fórmulas estaban compuestas de extractos de olivarda, entre otras especies vegetales.

   Sin duda todo un monumento viviente a la adaptabilidad, que sin embargo adorna anónima de bellas flores los invernales campos abandonados, márgenes de caminos y zonas alteradas.

La olivarda ha venido siendo usada como atrapamoscas por el hombre,
aprovechando la viscosidad de sus hojas.

   Podría confundirse con la Olivardilla u Olivardo (Dittrichia graveolens), con la cual de hecho coexiste y comparte periodo de floración, aunque en este caso  tiene hojas lineares, lanceoladas, casi imperceptiblemente dentadas y algo más pequeñas. Tras la desecación, sus flores, también de menor tamaño, tornan en púrpura.  En general tiene porte herbáceo, careciendo de base leñosa. 
 
La olivardilla (Dittrichia graveolens, vía)

Plantas de cada día; la gallocresta (Bellardia trixago)


   La gallocresta o boca de dragón (Bellardia trixago) es una planta ruderal típica de cunetas y terrenos pobres y poco estructurados, a la que le gustan los suelos secos (de hecho es un buen indicador de sequedad), soleados y ambientes muy cálidos. Originaria de la cuenca mediterránea e indiferente edáfica, esta planta anual crece hasta los 60 cm de altura y en su mitad inferior tiene hojas opuestas cuya forma dentada recuerda claramente a la cresta de un gallo.

   Fuera de su zona de origen es considerada una mala hierba de carácter invasor. Sus vistosas flores, claramente bilabiadas con el labio superior rosado y el inferior amarillo o blanco, crecen en la mitad superior de la planta formando una espiga piramidal terminal en las que sus brácteas parecidas a hojas están salpicadas de glándulas y pelillos. Florece de marzo a junio, y su fruto tiene forma de cápsula densamente pubescente que encierra unas semillas de color pardo claro.

   Curiosamente es una planta tan común como poco conocida, y entre sus curiosidades cabe destacar el hecho de que es semiparásita, ya que complementa su nutrición parasitando las raices del resto de herbáceas vecinas (sin preferencias en lo tocante al huésped) para extraer nutrientes.

   Tiene también propiedades medicinales destacando como antialimentaria, esto es, inhibiendo la alimentación ya ingerida. Esto tiene una rápida aplicación en el mundo de los insecticidas naturales, ya que aporta la ventaja de que el insecto muere de inanición en la planta tratada, quedando a merced (y atrayendo) a sus depredadores naturales.

   Entre las distintas aplicaciones tradicionales cabe destacar, debido a su alta concentración de aceites esenciales, la obtención de aromas y productos olorosos a partir de sus flores.
    Una planta similar sería la  algaravía pegajosa (Parentucellia viscosa), también semiparásita, aunque su inflorescencia y sobre todo sus brácteas florales son características definitorias.

La Parentucellia viscosa, similar pero fácilmente diferenciable (vía)

Plantas de cada día; el jaguarzo (Cistus albidus)


   Con fijarse un poco por donde uno anda, puede sorprenderse con cosas maravillosas. No hace mucho encontré al dar un paseo una de mis favoritas en un jardín; el jaguarzo o jara blanca (Cistus albidus). Acostumbrado a verla por el monte, es bonito ver que la gente se da cuenta de la belleza que tienen las especies que no son tan típicas.

   La etimología de su nombre viene del latín clásico, en el que el epíteto albidus viene a definir el aspecto blanquecino de sus hojas, densamente tomentosas en base a pequeños pelitos que evitan que haya un exceso de evapotranspiración además de ser una barrera natural contra el ataque de los insectos. Son dichas hojas además algo ásperas y de forma ovalada, opuestas, de margen levemente revoluto, y con tres nervios muy marcados. En cambio, el nombre vulgar de "Jara" deriva del término árabe "Xara", que significa "matorral".
   Es una planta perennifolia típicamente mediterránea, que acepta todo tipo de suelos (mientras no estén encharcados), aunque prefiere los calizos. Como buena jara tiene un porte arbustivo que alcanza y sobrepasa el metro y medio, y prefiere exposiciones a plena luz, y climas secos. También aguanta heladas leves, y se hace un elemento a tener en cuenta como tapizante de cunetas y altas pendientes.
  
   Aunque hasta hace poco no ha sido muy usada, es una planta estupenda para la jardinería, tanto para rocallas como arbusto ornamental, o formando manchas y setos de porte natural adornando caminos, y no solo por su rusticidad, sino que además tiene una abundante floración entre los meses de mayo y junio. Las terminales y solitarias flores, que recuerdan a las rosas con cinco característicos pétalos rosados aunque con llamativos estambres amarillos, son efímeras (duran apenas un día), pero la planta renueva su floración de una manera casi contínua durante casi dos meses.

   Las hojas de esta planta aromática, bien conocida en el norte de África, ha venido siendo usada por la comunidad árabe para hacer un tipo de té especialmente digestivo que además alivia el dolor de estómago y de cabeza, y tiene propiedades aperitivas (abre el apetito). También dicha infusión resulta cicatrizante y  desinfectante, y así tradicionalmente se ha usado para aliviar inflamaciones y lavar úlceras y heridas. Antiguamente tanto la infusión de sus flores como el ládano extraido de la planta (resina pegajosa que produce de forma natural, de un olor intenso) también se usaban como jarabe para la tos, y en algunas zonas del Levante español han sido además utilizadas como un sustitutivo del tabaco en épocas de carestía. También sus hojas se han empleado como estropajo, para la limpieza en el monte de los utensilios de cocina.




   Se considera oportuna la poda primaveral de ramas más viejas, para que brote con más fuerza. No acepta bien los trasplantes, aunque puede multiplicarse tanto por semillas en otoño como por esquejes en verano, y su propagación es especialmente abundante en terrenos recientemente incendiados (característica compartida para la mayoría de las jaras, que resultan ser pirófitas), ya que sus semillas, además de comestibles, resisten francamente bien el fuego.

Plantas de cada día; la lunaria (Lunaria annua)

 
(vía)
   La lunaria (Lunaria annua) es una planta que puede superar el metro de alto, y
que ha pasado de ser cultivada como ornamental en jardines, a naturalizarse y crecer en laderas, cunetas, escombreras y baldíos, siempre y cuando estén situados en la umbría y guarden cierta humedad. Ya el término "Lunaria" - del latín "lunaris", que viene a significar "de la luna"- hace referencia a la especial forma redondeada de sus frutos parecidos a grandes y plateadas monedas. No podían ser menos los numerosos nombres comunes; Monedas del papa (por la costumbre de plantarla cerca de las iglesias, para luego usarla ornamentalmente como planta seca), Monedas chinas, Planta de la plata, o Monedas de Judas (por las treinta monedas de plata que recibió Judas Iscariote en pago a su traición a Cristo). Su especial forma hizo creer a los alquimistas medievales que se podía transformar el mercurio en plata con el uso de sus semillas... aunque ese uso todavía no está constatado :)


   Originaria de la región balcánica, está presente en casi todo el continente europeo, además de Norteamérica y sudeste asiático, donde es muy apreciada en jardinería.

   Sus tallos son algo pubescentes, erectos y ramificados, y sus hojas grandes, caducas y opuestas, ovaladas y apuntadas, irregularmente serrada en sus bordes. Tienen además un ligero olor dulzón que, junto con la fragancia de sus flores, atrae a mariposas y abejas.
   Es una planta que aunque puede presentarse como anual (a ello hace referencia el término "annua" que Linneo le dió), es más comunmente bienal, dando entre los meses de abril y junio del segundo año unos racimos terminales de llamativas flores normalmente violetas (así como blancas en su variedad albiflora), que posteriormente darán lugar al los ya mencionados frutos, silícuas traslúcidas, con forma característica de disco plateado y brillante de entre tres y ocho centímetros de diámetro, y que persistirán durante todo el invierno. Dichos frutos se recogen para hacer ramos decorativos y arreglos florales por su persistente color plateado-nacarado, ya que éstos al madurar se abren y dejan a la vista la membrana central con su llamativo brillo, permaneciendo en la planta sin caer tras liberar las semillas.

Hojas y frutos de Lunaria (vía 1 y 2)
   Puede reproducirse fácilmente a partir de sus semillas, y es la típica planta idónea para un jardín de flores silvestres, siempre cuidando su expansión ya que puede llegar a ser una especie invasora. También habrá que tener en cuenta a la hora de plantarla que puede llegar a tener una anchura de 45 centímetros, y que puede darse el caso de que sus flores produzcan alergia a su polen en algunas personas.

   Una especie similar es la Hesperis matronalis, aunque su hoja es algo más lanceolada, y sus frutos son vainas cilíndricas alargadas en lugar de discos planos como en la lunaria. También la Lunaria rediviva, segunda y única compañera de género, que se diferenciará por tener los bordes de sus hojas regularmente aserrados, y sobre todo por tener silicuas más alargadas y agudas en los extremos.

Silículas de Lunaria rediviva (vía)
   Tiene propiedades estimulantes, diuréticas y antiescorbútidas, pero quizá lo más sorprendente sea que sus semillas contienen ácidos grasos inusuales, como el ácido nevron, que viene siendo usado en tratamientos para enfermedades tales como el Alzheimer o la esclerosis múltiple, lo que ha llevado a los científicos a intentar modificarla genéticamente para obtener mayor cantidad de dicho compuesto. También se ha utilizado popularmente como remedio contra la gota.


La lunaria es una planta excepcional para jardines silvestres, en zonas húmedas y de umbría (vía)
   Además, resulta ser una planta comestible, usando sus hojas más jóvenes (recolectadas previamente a la floración) en ensaladas. También sus raíces son usadas como alimento tras ser peladas. Dicho uso estuvo antaño muy de moda y es por ello que, además de por su belleza ornamental, la llevó a ser una de las plantas favoritas en los jardines coloniales.

   Curiosamente sus semillas tienen cierto sabor picante, y con ellas se hace también una salsa o mostaza, introduciéndolas un cuarto de hora en agua fría y salándolas a gusto. Para rebajar el sabor picante habrá que añadir vinagre o agua caliente, que inhibirán proporcionalmente la reacción encimática.

   Otro dato curioso es que las amas de casa en los tiempos victorianos eran muy aficionadas a pintar pequeñas escenas en las vainas plateadas, a modo de lienzo.
 
Membrana central de las silículas de Lunaria annua (vía)

Plantas de cada día; la mielenrama dorada (Achillea filipendulina)


   La achillea filipendulina, o “mielenrama dorada”, es una herbácea perenne semiarbustiva que alcanza el metro y medio de alto, siendo esta una de las más altas dentro de la familia de las asteráceas, y tiene su origen en las montañas caucásicas y en general en la zona sureste europea. Como gusta de ambientes soleados, suelos escasos, secos y expuestos a pleno sol, y al tener una tasa de crecimiento bastante rápida, no le ha costado nada irse propagando por toda la cuenca mediterránea.

   Florece de junio a septiembre, en lo alto de largos tallos erectos, y lo hace en hermosos capítulos de diminutas flores color dorado viejo intenso, que juntos forman unas inconfundibles inflorescencias terminales abiertas, racimosas, en corimbos con forma aparasolada algo irregular.

   Es una planta aromática, y su hoja es muy tomentosa y lineal, con lóbulos dentados que le dan una característica forma de helecho. Aunque no tan conocida y efectiva como la Mielenrama (Achillea millefolium), tiene también propiedades medicinales, habiéndose usado históricamente como sustituta de aquella por los antiguos soldados romanos y griegos para lavar heridas y utilizarla en vendajes como anticoagulante. También al ser antiespasmódica se recomienda su infusión ante trastornos digestivos y dolencias de estómago.



   Es una situación contradictoria la que sufre esta planta, ya que todas estas características (aromática, medicinal, poco exigente, preciosa floración en largos tallos sobre un bonito follaje verde glauco…) hacen que fuera de nuestras fronteras resulte ser una especie muy apreciada, cultivada y hasta premiada (se ha llevado premios tan notorios como el Royal Horticultural Society's Award of Garden Merit en distintas ocasiones), mientras que aquí lo más habitual es verla adornando secarrales, cunetas y bordes de caminos. En general las achilleas, con sus variados colores, nunca pasan de moda en el mundo de la jardinería. En parte también por ser unas sobresalientes flores de corte para ramos, y por su fácil propagación al ser un planta bastante rizomatosa (es por ello que numerosos tallos suelen crecer a partir de un solo individuo), por semilla o incluso por división en primavera. Por si fuese poco, es también muy apreciada por los floristas como flor seca. Y otro dato curioso que le hace inestimable para cualquier jardín, es que se ha constatado que es bastante efectiva como planta trampa al ser muy atractiva para numerosos tipos de mariposas. También es bastante resistente al pastoreo de conejos y ungulados.

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