¡Hola!
Hace algunas semanas la que aquí os escribe pasó un fin de semana veloz en Venecia.
Y pensé en el blog, ¡no se me podía olvidar!.
Pero he de reconocer que la ciudad debe ser una de las más complicadas en torno a los espacios verdes, si no la más, porque el espacio es mínimo y digamos que éstos no son su prioridad.
Venecia tiene 3 parques, no más, el de la foto superior: Jardín Papadópoli, el parque de la Biennale (fotos inferiores) y el parque Savorgnan.
Esta escasez de zonas verdes junto el poco tiempo que tuve y lo bonito de las callejuelas hicieron replantearme mi aportación al blog: esta vez el objetivo de mi cámara se dedicaría a los diminutos balconcillos y ventanales de la ciudad...
Sin apenas colorido, salvo por el verde de las hojas, sobrios y cuidadosamente abandonados son los balcones venecianos, acompañantes perfectos de fachadas que caminan entre la decrepitud y el cuento de hadas.
Y para finalizar una ramita de mimosa, símbolo elegido en Italia para festejar el día de la mujer.
¡Espero que os haya gustado!
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