Visitando Roma a través del pino piñonero

¡Hola!

Aprovechando un viaje a la ciudad imperial, decidí que la mejor manera de presentárosla sería a través de su árbol más característico: El pino piñonero (Pinus pinea).

Este pino, originario de la península ibérica ubica su área de distribución actual en terrenos arenosos de la cuenca mediterránea. Se caracteriza sobretodo por 3 elementos: 
  • Su copa aparasolada, como si fuese un champiñón.
  • Su corteza, en grandes placas pardo anaranjadas.
  • Su piña globosa y grande con los famosos piñones que le dan su nombre.
File:Mapa Pinus pinea.png
Rome, de 'Mount Aventine' del pintor británico J.M.W. Turner (1775-1851)

Una vez introducido el protagonista de nuestro viaje, nos ponemos la túnica, el casco y cual guerrero romano nos lanzamos a recorrer la ciudad.

Desde luego que la ciudad no sería la misma sin el piñonero, hasta ahora no había visto esta especie en una gran ciudad con la frecuencia con la que aparece en Roma, es verdaderamente sorprendente.


Barrio Salario al este de la ciudad con alineaciones de pinos piñoneros.
Villa Borghese, es lo que sería la casa de campo madrileña, con su bosque y el zoo.
Foro de trajano, inaugurado ni más ni menos que en 112 d.C.
En las inmediaciones del Coliseo
¿Se necesitan palabras?
Castillo de Sant'Angelo
Area sacra. Descubierta entre 1926 y 1930 durante los trabajos de construcción de un edificio. La zona estaba ocupada por cuatro templos construidos en el siglo III a.C., y por el teatro y la curia de Pompeyo, lugar en el que fue asesinado Julio César. Actualmente es lugar de morada de cientos de gatos y de la asociación que los cuida.
Calle de los foros imperiales. Es la calle que une el coliseo con el centro histórico, a un lado se encuentra el foro romano, y al otro el foro trajano.
Roma, no es Roma sin el Vaticano (en la foto las columnatas de la plaza de San Pedro).

Isla Tiberina
El puente Cestio, entre la isla Tiberina y el único barrio que se ha conservado de la Edad Media: el Trastévere

Atravesando el Trastévere se llega a un camino genial con unas vistas de la ciudad increíbles, es el paseo de Gianicolo
Atravesando de nuevo el Tíber  y dejando a un lado la famosa boca de la verdad nos encontramos el Circo Maximo. Bien podéis imaginaros de qué se trata ¿o quizás no?. Pues ni más ni menos que el circuito de carreras de carros de la época romana. Su estructura definitiva data de ni más ni menos que del 46 a.C. Media más de 600m de largo por más de 100 de ancho y podía alojar a más de 300 000 personas ¿no os parece increíble?
Pues aquí terminamos nuestra escapada piñonera, espero que os haya entrado ganas de visitar de nuevas, o volver para lo que ya hayan difrutado de sus encantos.

¡Hasta la próxima!
 

3 comentarios:

  1. Una entrada preciosa sobre este árbol y la ciudad de Roma :)

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  2. Plantarte en tu Oasis7 de abril de 2015, 11:28

    Gracias Lisa!

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  3. Pues no eran listos los romanos ni ná, venga a comer piñones, venga a comer piñones...
    Muy chulo!

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