La danza de las abejas



Vía





   Desde que el hombre es hombre, la curiosidad le ha llevado a observar el comportamiento animal. Nosotros mismos no hace mucho ya les dedicamos un post analizando lo importantes que resultan para el ser humano. Y aunque muchas veces pecamos de ingenuos al pensar que los insectos son seres simples, nada más lejos de la realidad: las abejas dan buena fe de ello. Hay pruebas de que ya Aristóteles, en el siglo IV antes de Cristo, describió el peculiar comportamiento de la abeja melífera. Pero su estudio en profundidad se lo debemos a este hombrecillo de la foto, con aspecto de abuelete entrañable: el biólogo austriaco Karl R. Von Frisch. Y dicho estudio era tan fascinante que le hizo ganar ni más ni menos que el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1973… Así que vamos a ver si nos da pie a desentrañar algunos de sus muchos secretos.


   Imaginemos. Es primera hora de la mañana. Unas cuantas abejas exploradoras (llamadas pecoreadoras) comprueban que el sol ha salido. Su misión es la de encontrar un lugar con comida suficiente para a continuación hacérselo saber al resto de la colmena. Es un momento importante del día, porque las abejas comunes (Apis mellifera) necesitan la posición del sol para orientarse y localizar así un lugar donde libar. Es más, si el día fuese nublado no saldrían, y por tanto la colmena tendría un nivel de actividad casi nulo.

   Nuestra abeja exploradora ha encontrado un campo de malvas que haría que se relamiese hasta la mismísima reina, y cata un poquito. Delicioso. Con la prueba de su hallazgo en el estómago vuelve a la colmena, regurgita una gota de miel para dar a probar el género al resto de la colmena… ¡y empieza el baile! Como si de la reencarnación de Fred Astaire se tratase, comienza a bailar rítmicamente en una locura de baile inconexo…

   ¿Inconexo? ¡Ni mucho menos! Se trata de un complicado sistema de comunicación, en el que intervienen varios factores. Para empezar, hay dos tipos de danza dependiendo de la distancia a la que se encuentren las flores que han sido descubiertas por la pecoreadora. Si el botín se encuentra a media distancia de la colmena (a unos 50 ó 100m), realizará la llamada "danza circular", que consiste en describir con rapidez uno o dos círculos hacia la derecha y otros tantos hacia la izquierda (y así repetidamente). Cuando las flores están a distancias mayores hará la "danza del coleteo", que consiste en describir un semicírculo estrecho, cambiar bruscamente de dirección marchando en línea recta al punto de comienzo y describir otro círculo al lado opuesto (esto se repite durante varios minutos). ¿Y lo del "coleteo"? Pues es que cuando realiza la línea recta, la pecoreadora va moviendo su abdomen hacia uno y otro lado. Alucinante.


 
Vía

   El resto de obreras se arremolinan a su alrededor y comienzan a trotar tras ella, intentando poner en contacto sus antenas con el abdomen de la pecoreadora (recordemos que las antenas son el órgano olfativo de las abejas).

   Vale, dependiendo del tipo de "baile" la pecoreadora comunicará al resto de la colmena si las malvas que ha encontrado están más o menos cerca, pero ahora el "listillo" de la clase preguntaría: "Ya, pero ¿cómo saben en qué dirección han de buscar?". Nos alegramos de que nos hagas esta pregunta, querido listillo. Pues resulta que las abejas utilizan la posición del sol como si se tratase del más preciso GPS para localizar exactamente el lugar donde se encuentra el ansiado tesoro. ¿Cómo? Las abejas tienen dos métodos: en la piquera (tablilla por la que las abejas acceden a la colmena), la pecoreadora danzará señalando de manera directa la orientación a seguir para encontrar las malvas (este método sólo podrá realizarse cuando la danzarina vea directamente el sol). En el interior de la colmena, donde reina la oscuridad y con los panales dispuestos verticalmente, la pecoreadora transporta el ángulo con respecto al sol que ha mantenido para llegar al campo de malvas y lo establece con respecto a la gravedad, para lo que se sirve de las siguientes pautas:

- la danza dirigida hacia arriba --> el cebo está en la dirección del sol,


- la danza hacia abajo --> el cebo se halla en la dirección opuesta al sol,


- si la danza se ejecuta con un determinado ángulo --> el ángulo que forma su desplazamiento con el eje del panal coincide, sin error alguno, con el ángulo que forma la dirección de nuestro campo de malvas con la dirección del sol.



 


   Ahora nuestro querido listillo preguntaría “oye, pero es que el sol se va desplazando en el horizonte!”. Ahí le has dado, chaval, porque lo más increíble de todo esto es que el baile va variando con el tiempo su ángulo en función de cómo varía la trayectoria del sol, incluso aunque no lo vean, dando en todo momento una localización exacta. Sin palabras.

   Qué mejor que ver una simulación con
este ejemplo que nos brinda la Universidad de Carolina del Norte.



   Además, las danzas se realizan en la oscuridad de la colmena, por lo que la pecoreadora no puede ver a sus compañeras ni viceversa. Se guían exclusivamente por sus percepciones táctiles y olfativas. 


   Ya tenemos distancia, orientación,... ¿pero cómo saben las obreras la especie exacta que han de buscar? Pues porque la pecoreadora transporta el aroma específico de las flores (las malvas, en este caso), tanto en la gotita de miel como adherida en su cuerpecillo, con lo que el resto de obreras sabrán perfectamente la especie de flor que han de buscar.


   La abeja exploradora, bailando en el interior del panal, está francamente satisfecha. Varias obreras ya le han copiado el baile y el ejemplo cunde por toda la colmena. Hoy será un gran día de cosecha.

........................
¿Os habéis quedado con ganas de más?, ¿no conocéis los post anteriores sobre las abejas, su importancia, sus roles, etc?, ¡no os preocupéis porque aquí los tenéis!

........................


Composición de una colmena; la abeja reina y el zángano







   Hace poco vimos cómo era la ocupada vida de una abeja obrera. Sin duda es aquella el motor de la colmena, pero no es en absoluto el único individuo, y es por ello que para conocer por completo la familia, vamos a echar un ojo, si nos dejan, a la vida privada del zángano y de la abeja reina.
 
 
 

 
Vía
   El zángano, pobre bicho. Nacido de un huevo sin fecundar, viven sólo durante la primavera y el verano. Su nombre toma la acepción de vago y aprovechado, y la verdad es que gran parte de su fama es bien merecida. En una sociedad tan avanzada organizativamente, que éste sea el único tipo de abeja masculina, y el único además que no tiene aguijón en su tosco abdomen, da que pensar. Cuando descubres que su número es muy reducido (del orden de cien por colmena), da hasta penita. El pobre zángano tiene alas grandes y ruidosas en el vuelo, y sus ojos son también muy grandes hasta el punto de que están casi unidos el uno con el otro. Tarda la friolera de veinte días en madurar sexualmente, casi lo que tarda una obrera en cerrar su ciclo completo de vida. Y de ahí en adelante, su único propósito será el de encontrar una reina propensa a ser fecundada, para lo cual viajará de colmena en colmena, apostándose en lugares estratégicos vigilante por si se diese la improbable ocasión. Entre tanto y cuanto, ayudará por mero pundonor a las obreras en el tema del reparto de néctar o en el calentamiento de la zona de cría, pero en general sigue un comportamiento que deja bastante que desear, ensuciando todas las celdas, sin colaborar en la defensa, recolección o en la elaboración de miel, alimentándose del alimento elaborado y reservado para las crías… en fin, no es de extrañar que cuando escasea la comida o son muy numerosos, las obreras se revelen y los maten o los expulsen de la colmena para que mueran de hambre y frío. Y no solo las obreras, que el apicultor hace otro tanto con elementos como las “trampas Alley”, que no es sino una rejilla por la que no pueden pasar, por gordos.
 

  
Vía
   En el centro de la colmena encontramos la reina, la única hembra fértil de la comunidad, y que sorprendentemente puede vivir hasta cuatro años. No en vano ser reina tiene sus privilegios, y es que se alimentó únicamente de jalea real a lo largo de todo su ciclo vital, a diferencia de las larvas de abeja obrera que se alimentan de jalea real sólo dos días y medio, o los zánganos que se alimentan de ella tres días. Hasta la celda en la que nació era mucho más grande y confortable que la del resto de abejas, con una bonita forma de dedal. Pero tampoco digamos que su vida fue fácil, ya que poco después de nacer tuvo que matar a otras hermanas reinas para poder llegar al trono. Así quedó como única abeja reina de la colmena, y morfológicamente la diferenciaremos fácilmente por su largo abdomen, necesario para la puesta, y por apariencia más basta, con alas un poco más cortas en relación con el resto del cuerpo.

  
Vía

   A la semana de vida, la reina decide elevarse sobre la colmena en un vuelo vertical suspendido que tiene por objetivo el encontrar el necesario zángano (el más fuerte y decidido de todos ellos) para que la fecunde. El macho morirá poco después de la proeza al perder sus órganos genitales en el encuentro, pero asegurará de esta manera su descendencia (y de paso la no consanguinidad). Tras repetir varias veces el vuelo nupcial con idéntico resultado, es a partir de la segunda semana aproximadamente cuando la reina entrará de nuevo en la colmena y comenzará a dedicarse en cuerpo y alma a la puesta, a razón de hasta 2.000 huevos por día, y así continuará el resto de sus días, hasta que otra reina ocupe su lugar; no volverá a salir de la colmena. Pero no hay que preocuparse, porque nunca se sentirá sola. No en vano desprende unas feromonas que mantienen al resto de abejas unidas junto a ella, y que les muestra a la vez la no necesidad de una nueva reina en la colmena. O al menos así será hasta que la reina vaya envejeciendo, momento en el cual dejará de segregar dicha feromona agrupativa, y será entonces cuando las obreras comenzarán a alimentar a algunas larvas con tan solo jalea real, dando pie así a futuras nuevas reinas.
Vía
 
 





........................

¿Os habéis quedado con ganas de más?, ¿no conocéis nuestros post sobre las abejas, su importancia, sus roles, etc?, ¡no os preocupéis porque aquí los tenéis!

........................


Composición de una colmena; La abeja obrera



 




  Que las abejas comunes (Apis mellifera) tienen un “algo” especial es una afirmación que no se puede dudar. No hay más que indagar levemente en su biología y comportamiento.

   En el post anterior dedicado a las abejas, hablábamos del importante papel que desempeñan estos inteligentísimos insectos en nuestra vida, y de la problemática que se plantea de cara a garantizar su futuro. Así que, una vez que "hemos abierto boca", vamos a indagar un poco en el apasionante mundo de la apicultura. ¿Nos acompañáis?

   Si echamos un pequeño vistazo a un enjambre, en lo que a priori parece un caos desordenado, descubrimos una gran sociedad organizada formada por tres tipos de abejas que se relacionan entre sí a través de una manera tan compleja como fantástica. Comenzaremos nuestro recorrido por dentro de la colmena fijando nuestra mirada en las pequeñas currantas de la familia: las obreras.

Individuos de una colmena. (Vía)





   Al mirar en los panales, nos fijaremos primero en las abejas obreras, al ser las más numerosas (en una proporción de 20.000 a 60.000 por colmena) y las que hacen que funcione toda la comunidad. Su actividad, curiosamente, no viene determinada por el individuo, sino que variará en función de la etapa de su vida en la que éste se encuentren. De esta manera la comunidad siempre tendrá todas sus necesidades organizativas cubiertas.





Vía


Vía

          Referencias:
          a- Tercer par de patas.
          b- Segundo par de patas.
          c- Primer par de patas.
          1- Pelos limpiadores de antena.
          2- Prensa de polen.
          3- Costillas de polen.



   La vida de una abeja obrera varía mucho con la época en la que nazca. Así, en la primavera, cuando la producción es máxima, pueden morir al mes, mientras que en cualquier otra época podrían llegar a vivir medio año. 

Vía
   Fijémonos en una abeja obrera que acaba de nacer. Nuestra pequeña, sin apenas tiempo para darle los buenos días al sol, ya tiene una misión encomendada. Pronto descubre que en la vida de una abeja no hay tiempo para el descanso, y durante sus dos primeros días de vida, tendrá que limpiar las celdas para su uso. Pero no sólo eso. Hay una misión de la que se siente mucho más orgullosa, y es que en esta sociedad hasta el recién llegado se siente un eslabón importante; hoy tendrá que, junto con otras muchas obreras de su misma edad, procurar el calor necesario para el correcto desarrollo de la puesta de la mismísima reina. Para ello se apretujarán unas contra otras, y su propio calor corporal junto con el movimiento de sus alas, conseguirá regular una temperatura óptima de 35ºC para el inicio de la puesta. Nuestra dedicada abeja jamás lo admitiría, pero espera poder ver a la reina aunque sea un instante. Algo tan especial, no ocurre todos los días. 


Vía

   Tras estos dos días de dedicación, entre el tercer y el quinto día de vida, se le encomienda a nuestra amiga una nueva función, si cabe, aún más importante. Le encargan ni más ni menos que la misión de ser nodriza, alimentando a las larvas más grandes con el llamado "pan de las abejas", compuesto de miel y polen.

   Es un trabajo agradecido, y le recuerda que apenas hace unos días era ella la que necesitaba ser alimentada. Por eso no le importa prorrogar este trabajo por más tiempo, y es que entre su sexto y el décimo día de vida, seguirá dedicándose a la alimentación de las larvas, aunque esta vez a las de menor edad, aportándolas para su correcto desarrollo jalea real (mucho más nutritiva que la miel común). Nuestra amiga nunca olvidará el momento en que redescubrió esta sustancia. Arde en deseos de conocer la fuente de tan sutil manjar… ¡cuantas más sorpresas cabe esperar para cuando salga fuera de la colmena!


   Pero ese día está aún lejano, porque desde su décimo primer cumpledías, y durante la semana siguiente, descubrirá una etapa fundamental, en la que pasará a ocuparse de la transformación del néctar en miel, produciendo además cera y construyendo con ella las celdas del panal. 


Vía
   Es un proceso cansado, pero ha de realizarlo con tesón y sin pausa. El proceso de elaboración de miel comenzará cuando una abeja recolectora le dé a nuestra amiga el néctar que haya recolectado. Entonces ella lo ingerirá, para mezclarlo en su buche con distintas enzimas, bacterias y ácidos orgánicos que irán transformando poco a poco la sustancia originaria en miel. Le han dejado claro que para su correcta elaboración, cada gota de mezcla ha de pasar de su buche hasta la boca la friolera de entre 120 y 240 veces, y no solo dentro de su propio cuerpo, sino que muchas veces el proceso habrá que reproducirlo pasándose el producto por la boca entre distintas abejas, enriqueciendo así la mezcla. Con el tiempo resulta divertido, siempre y cuando no te toque como compañera una abeja gruñona. Las gotitas de miel resultantes las va almacenando una a una en las distintas celdas, pero ni entonces todo el trabajo estará hecho, ya que para completar la mágica transformación, las gotitas han de reducir su contenido en agua hasta un 80%. Es por ello que, sobre la celda que las almacena, nuestra abeja moverá constantemente sus alas para darles aire y reducir su humedad hasta conseguirlo.

   Afortunadamente esta celda ya está completamente llena de miel, y puede cerrarla con propóleo, lo que asegurará su conservación durante años, según le ha comentado una compañera cinco días mayor.



 Lo bueno de esta etapa es que, si te aburres, te dejan dedicar tu tiempo a la construcción del panal, comenzando las celdas hexagonales, simétricas y de igual tamaño si exceptuamos las suites preservadas para futuros zánganos y reinas, desde el centro del cuadro y hasta completarlo en toda su extensión, gracias a la cera que puede generar con unas glándulas especiales, y gracias también al propóleo que les aportarán otras abejas. Se trata éste de un trabajo muy organizado, en el que mientras unas abejas realizan el modelado de las celdas, otras generan la cera necesaria para las anteriores.



   Y por fin llegó el día. Hoy nuestra amiga cumple 19 días, y hasta que tenga 21, tendrá permiso para salir de la colmena y ejercitar sus alas en cortos vuelos de ida y vuelta. Así, con el rabillo de sus cinco ojos, se da cuenta de que el mundo es algo inmenso y maravilloso, aunque en estos días se dedicará más bien a reconocer palmo a palmo el terreno que circunda la colmena. Dentro de esta nueva obsesión, cabe además el hecho de que deberá defender ferozmente su comunidad por si algún intruso se atreviese a acercarse demasiado.... No le gustaría, la verdad, ya que al clavar el aguijón perdería su aparato de defensa y parte del intestino y moriría sin remedio, pero por todos es sabido que morir por la supervivencia de la familia es una necesidad, además de un gran honor.

Vía

Ya está lista, ha cumplido con todas las fases y es una abeja obrera hecha y derecha. A partir de hoy, su día número 22, pasará el resto de su vida como abeja recolectora (pecoreadora), yendo de flor en flor para surtir a la comunidad. Puede llegar a visitar hasta 1.500 flores antes de llenar su buche, recolectando el polen y néctar por medio de su lengua. Como tiene un cuerpo muy peludo, transportará casi sin pensar en ello numerosas partículas de polen de una flor a otra, en lo que llamamos polinización. 


 Pero todo tiene su límite, y llenar su cuerpo de polen podría ser contraproducente para su propia movilidad. Es por eso que en sus patas traseras poseen unos “cepillos” de pelos especiales ("costillas de polen") con los que gustosamente se acicala y consigue retirar la mayor parte del polen o propóleo adherido a su cuerpo, apelotonándolo en los típicos “cestos” que cuelgan de la parte superior de sus patas traseras. Por fin es una abeja hecha y derecha, la envidia de toda la colmena, viajando de un lado a otro y descubriendo mundos y fuentes de alimento para comunicárselo al resto de hermanas. La vida le sonríe.

........................

¿Os habéis quedado con ganas de más?, ¿no conocéis nuestros post sobre las abejas, su importancia, sus roles, etc?, ¡no os preocupéis porque aquí los tenéis!

........................

La importancia de las abejas y su actual decadencia




   Están aquí desde el Devónico, unos 400 millones de años antes que el primer humano empezase a escribir su historia y, aunque para muchos son solamente unos pequeños insectos que producen miel y que pueden resultar muy molestos por sus picaduras, realizan una labor importantísima: la polinización. En su contínuo ir y venir de flor a flor, recogen y dispersan el polen, convirtiéndose en un eslabón esencial en la producción de más del 70% de nuestras plantas.

Vía




   Es curioso que no es hasta hace relativamente poco que nos hemos dado cuenta de la  importancia de estos insectos¿Sabías, por ejemplo, que el 40% de la fruta y la verdura que consumimos a diario y el 75% de la flora silvestre procede de la polinización que realizan las abejas? Interesante, ¿eh?. Si ya lo dijo Einstein: «cuando se muera la última abeja, cuatro años después, desaparecerá la especie humana». Como en tantos otros aspectos de su vida, nadie debió de tomarle muy en serio.




   Fue en el año 2005, cuando se empezó a investigar el "Síndrome de desaparición de las colmenas" (Colony Collapse Disorder, CCD) pero, a día de hoy, todavía se desconocen muchas de las causas de la disminución paulatina de las abejas de la miel (Apis mellifera). Existen viejos enemigos de las abejas, como la varroa, pero desde hace unos 10 años nos enfrentamos a una contínua desaparición de este importantísimo insecto que va más allá de los problemas conocidos hasta ahora. El CCD es una realidad, y empieza a preocupar no ya sólo a los científicos de todo el mundo, sino a los agricultores y apicultores, que ven con gran alarma cómo el número de individuos desciende año tras año. Parece que por fin se empiezan a dejar oír, y desde las altas esferas comienzan a tomarse tímidas medidas para focalizar e intentar frenar este retroceso. Ejemplo de ello es que hace poco más de un mes, en la Unión Europea se prohibió la comercialización de clotianidina, imidacloprid y tiametoxam, plaguicidas muy comunes de las compañías Bayer, Basf y Syngenta (un nombre muy premonitorio), por tener propiedades neurotóxicas para las abejas. Algo tan de cajón que asusta que se haya necesitado de tantas votaciones y tanto tiempo para su aprobación. Y no te creas, que ha salido adelante por la urgencia que supone, en ausencia de acuerdo por una mayoría cualificada entre los países. Si quieres ver más, haz click aquí para ver la noticia.

Vía
   No en vano, los estudios arrojan como causa más probable del CCD la mano del hombre. Parece ser que la modificación de hábitats y la agricultura moderna, con su correspondiente aplicación de insecticidas de manera poco responsable, tienen además mucha culpa de los distintos trastornos en la nutrición y orientación de estos pequeños insectos. Pero no parece que la causa sea única, y cabría señalar otras muchas (como la contaminación del aire, el cambio climático, parásitos, hongos, campos electromagnéticos de los postes eléctricos…) que podrían ser también desencadenantes comunes de la decadencia a nivel mundial de la abeja de la miel.

Vía




Pero, ¿y qué pasaría si desapareciesen las abejas? Pues la ciencia es tan grande que hasta para eso tiene respuesta. Tras estudios realizados por el Ingeniero Agrícola Salvador Sangregorio, tras aislar una población de manzanos de las abejas, se constató que el número de frutos madurados fue prácticamente nulo. En el caso de otros cultivos como peral, almendro o colza entre otros, la producción sufría un grave decaimiento de hasta el 40%. Alberto Castro (apicultor de Apitecnic) ha afirmado que "si no existieran polinizadores naturales como las abejas, no habría plantas, sin ellas no existirían los animales herbívoros y sin éstos, los carnívoros tampoco, por lo tanto al hombre le quedarían muy pocas posibilidades de sobrevivir sin estos insectos".



   Las consecuencias parecen claras.


Vía

........................

¿Os habéis quedado con ganas de más?, ¿no conocéis nuestros post sobre las abejas, su importancia, sus roles, etc?, ¡no os preocupéis porque aquí los tenéis!

........................
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...