La historia de Lorenzo Manuel Durán es digna de contar. Este artista cacereño, a la edad de 36 años, sufrió el duro revés del desempleo. Este hecho, lejos de ser un traspiés, resultó ser una bendición ya que le hizo volver sus pasos hacia lo que era su verdadera pasión; el arte y la naturaleza.
Como él mismo dice, tomó conciencia de ello cuando, reflexionando acerca de qué hacer el resto de sus días, observó a una oruga que se comía una hoja. Fue ese simple momento y no otro el que cambiaría su vida por completo, al surgir la inspiración y hacerle ver la posibilidad de cambiar los lienzos (que nunca abandonará completamente) por hojas vegetales.
En realidad ese fue el pistoletazo de salida, ya que a partir de aquel momento se abrió un mundo de experimentación en el que prácticamente todo material de la naturaleza brindaba nuevas posibilidades, explorando nuevos mundos a través de su imaginación y su escalpelo. Para ello dibuja previamente la figura deseada en un papel, y la fija a la hoja. Cortando con precisión quirúrgica, va retirando el tejido vegetal sobrante hasta que la obra va tomando forma.
Fruto de su paciencia y tesón son estas maravillosas obras con las que os dejamos, todas ellas sacadas de su blog particular, y que le han aportado fama y un merecido prestigio internacional. Si quieres verle en acción, pulsa aquí para ver cómo lo hace.
Fruto de su paciencia y tesón son estas maravillosas obras con las que os dejamos, todas ellas sacadas de su blog particular, y que le han aportado fama y un merecido prestigio internacional. Si quieres verle en acción, pulsa aquí para ver cómo lo hace.
Que interesante...qué pena que sea un material tan frágil.
ResponderEliminarSí, la mayor parte de las cosas que merecen la pena lo son. Y lo mejor, la idea :)
EliminarPrecioso
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