Plantas de cada día; la hierba de San Juan (Hypericum perforatum)



   El hipérico o hierba de San Juan (Hypericum perforatum) es una planta arbustiva aromática de origen europeo, pero que se ha expandido con gracia y esmero por todas las zonas templadas del planeta y actualmente tiene una distribución mundial. Llega fácilmente al metro de altura, y quizá lo más característico en ella sean sus brillantes flores amarillas de cinco pétalos punteados en su margen, dispuestas en pequeños ramos terminales, que florecen a partir de mayo aunque tienen su mayor esplendor durante el solsticio de verano, entre San Juan y San Pedro, de ahí su nombre vulgar. Nombre también debido a que, según la tradición cristiana, un hipérico brotó de la sangre de San Juan Bautista tras ser éste decapitado. Otra curiosidad de esta planta es que, ya en la Edad Media, a los caballeros sólo se les dejaba participar en los torneos si juraban previamente no haber consumido hierba de San Juan, ya que esto les daba una ventaja desleal. ¡Los comienzos del doping!. Y era por aquella época también cuando los aldeanos echaban esta hierba a las hogueras en la noche de San Juan (24 de junio), para protegerse de los males acaecidos por la brujería, y así asegurar de paso buenas cosechas en un 2x1. Tras apagarse las hogueras, los ramos se ponían sobre los tejados de los hogares para protegerlos de los rayos y el fuego. 
Hierba de San Juan (Hypericum perforatum)


   Siempre ha tenido la hierba de San Juan un uso mágico, tanto religioso como pagano, colgándose ramos en las puertas y ventanas para alejar a los malos espíritus y demonios. El mismo nombre de “hipericum” significa “más allá de una aparición”. Además, al florecer con el solsticio, lleva intrínseca la simbología de la llegada del verano (el tiempo de cosecha y de abundancia), y el fin del mal tiempo y la oscuridad. 
Hierba de San Juan (Hypericum perforatum)



   Y no es sino hasta hace poco que en tiempos de guerra existía la creencia de que, al frotar la planta en un arma de fuego, tendría ésta una mayor puntería y precisión.

   Se reproduce fácilmente, tanto por estolones como por las numerosas semillas que produce a finales de junio, y sus hojas son opuestas, finas y enteras, con la peculiaridad de que tienen una glándulas que, al mirar a trasluz la hoja, dan la impresión de perforar ésta.

   Se puede encontrar sin dificultad en bordes de camino, cunetas y áreas removidas, así como en claros o eriales abandonados. Pero la belleza de su floración ha hecho que muchas especies de hipérico se planten en multitud de alcorques y jardines.




Decir que es una planta medicinal se queda muy corto, ya que si tuviésemos que elegir una, probablemente ésta sería la planta medicinal por excelencia. Tiene unas excelentes propiedades antiinflamatorias, antibióticas y sedantes, por lo que se ha utilizado desde tiempos inmemoriales para desinfectar heridas. De hecho, en algunas regiones también se le ha venido llamando “hierba de las heridas”, y su aplicación se venía haciendo en base a 100g de sus flores previamente secadas y mezclándolas con un litro de aceite de oliva, dejándolo reposar 40 días sin agitarlo, y posteriormente filtrándolo y aplicándolo con un algodón o una gasa no sólo en heridas, sino también en quemaduras, torceduras, hinchazones, calambres, lumbago, áreas reumáticas y artríticas.

Aceite de Hierba de San Juan (Hypericum perforatum)


   Si nos centramos más en los estudios de la medicina moderna, descubrimos que la hipericina que contiene resulta efectiva en la reducción del retrovirus VIH y hepatitis C. Pero el uso por excelencia, y por el que es mundialmente conocida, es porque es un excelente antidepresivo para casos leves o moderados, además ser indicado para cuadros de ansiedad, insomnio, dolores de cabeza, migrañas, epilepsias, infecciones mucosas, piedras del riñón, irritaciones de la piel, picaduras… además de, entre otras muchas aplicaciones, tonificar la circulación y de ser espectacularmente buena para afecciones del estómago, del corazón y páncreas.




   Un hecho importante es que puede tener contraindicaciones (puede provocar alergias, aumentar la fotosensibilidad, y ¡nunca suministrar a embarazadas o menores de 12 años!), y hay que consumirla siempre en pequeñas cantidades ya que en grandes cantidades puede resultar ser muy peligrosa. De hecho, hay una gran controversia acerca del uso de esta planta, y es recomendable usarla siempre bajo recomendación médica, o bajo la supervisión de un experto.

   Para terminar, os dejo una pequeña recetilla para trastornos del corazón, páncreas y estómago, avalada por un médico. Ahora sabemos que vale para mucho más, ¡pero tened cuidado con aumentar las cantidades! La infusión en cuestión la haríamos con una cucharadita de planta por cada medio litro de agua. Lo llevamos a ebullición, y lo retiramos del fuego tapado hasta que se enfríe como cualquier otra infusión antes de consumirla (máximo medio litro, dos o tres tazas, al día). Lo ideal sería hacerlo con la planta en fresco, pero puedes secarla y trocearla para almacenarla en tarros, y así tener disposición de ella todo el año.
Hierba de San Juan (Hypericum perforatum)

El Tomillo (Thymus vulgaris), la planta de los valientes


El tomillo (Thymus vulgaris), planta común donde las haya, de obligada presencia en todas las cocinas del mundo, que nos acompañaba ya en la antigüedad.
Y es que sí, en el antiguo Egipto se conocía muy bien su propiedad conservante y era utilizado para embalsamar los cadáveres. No os extrañará ahora si lo veis en los botes de conserva, o junto a otras especias en adobos de carnes ¿sabíais que en las primeras recetas de cerveza el tomillo se usaba para evitar que ésta se estropeara?
Una planta pequeñita, rastrera, aparentemente sin nada que ofrecer pero considerada "todopoderosa" por los fornidos guerreros romanos que la usaban en sus baños para no perder el coraje, y es que es justamente este poder el que le dio su nombre, Thymus viene del griego thymon que significa coraje.
Planta mediterránea típica pero que fue también conocida y usada en infusión por héroes escoceses para obtener fuerza y prevenir las pesadillas, definida como "enemigo del veneno" era quemada en habitaciones de enfermos para purificar el ambiente.
Mi antigua compañera  de trabajo me preparaba siempre infusiones de tomillo cuando estaba acatarrada,  con congestión y dolores de cabeza.

Perteneciente a la familia de las lamiáceas (antiguas labiadas por la forma de sus flores: 5 pétalos soldados que se asemejaban a una boca cuyo labio superior más corto y generalmente bilobulado y el inferior algo más largo y trilobulado). De carácter 100% mediterráneo, crece en zonas secas, soleadas y pedregosas. Las flores de un ligero tono rosado o lila (si son blancas el tomillo será el salsero thymus zygis) crecen al final de cada rama (racimos terminales) y son una de las más queridas por las abejas. Las hojas están repletas de diminutas glándulas por donde se escapan los aceites esenciales (mirad corriendo la foto inferior, porque se aprecia fenomenal) es por esto el fuerte aroma que desprende la planta al tocarla.
A pesar de ser una planta mediterránea es bastante resistente al frío, y si no que se lo digan al mío (el de la foto inferior), el pobre de origen español como la dueña, pasa temperaturas que podríamos tildar de extremas en invierno y ahí está, ¡con sus primeras florecillas!.


Aquí tenéis un par de recetas para aliviar los problemas estomacales y de garganta

Dolor de estómago, gases, colon irritable: Hierve una cucharadita por taza de agua y tómala 3 veces al día
Dolor de garganta: añade a la anterior receta zumo de medio limón y una cucharada de miel.

Y para terminar una anécdota, fijaos en las dos fotos, son el tomillo en París (el mío-Pilar) y el tomillo en Madrid (de Jose), en la misma época, qué diferencia, ¿verdad?. Es lo que tiene el sol y el calor mediterráneo que tanto nos falta por el norte.... :)

Plantas de cada día; la salvia (Salvia officinalis)


Vía
     Cuenta la leyenda que, allá por el siglo XVII en la ciudad francesa de Toulouse, apresaron a cuatro ladrones que se dedicaban sin remilgos a saquear las tumbas y casas abandonadas de los habitantes que morían  afectados por la peste bubónica, o que emigraban a causa de ésta. Curiosamente la peste negra parecía no afectar a estos asaltadores, y es por ello que, aunque se decidió condenarles a muerte por sus fechorías, antes de la ejecución les ofrecieron la posibilidad de salvarse si daban a conocer el secreto de por qué no les afectaba la temible plaga a ninguno de ellos. Y su secreto no era otro que el que posteriormente fue llamado “vinagre de los cuatro ladrones”, que se hace a partir de la maceración de salvia, junto a otras plantas como son el tomillo, el espliego y el romero (una por cada ladrón), para frotarla posteriormente por todo el cuerpo. Claro ejemplo de que no estamos ante una planta del montón, por mucho que la veamos de soslayo en algunos jardines o arriates. Estamos ni más ni menos que ante uno de los mejores bactericidas y antibióticos naturales que podamos encontrar.

   Imaginemos por un momento que una gran farmacéutica internacional descubre una sustancia química que es buena contra dolores de garganta, desde una simple gripe hasta faringitis aguda o ronquera, como infusión en leves cantidades o para hacer gárgaras. Imagina que es también un gran cicatrizante para heridas y úlceras, como compresa o lavando éstas con su infusión. Por no hablar de su papel ante intoxicaciones alimentarias, tonificador del aparato digestivo, hernias, su sorprendente capacidad de rebajar el nivel de azúcar en sangre en los diabéticos, indiscutible como relajante muscular y por consiguiente contra el insomnio, efectiva también como abortivo natural, previene el Alzheimer, vigoriza la piel, neutraliza malos olores corporales y como cosmético…

   Por Dios, seguro que habría mil interesados por la patente, yo mismo estoy por comprar acciones de esta empresa. Y oh, sorpresa, esta magia está ahí, a pie de calle, natural como ella misma, la salvia (salvia officinalis). ¡Si esta campeona es usada desde para tratamientos de fertilidad o trastornos hormonales, hasta como tinte natural del cabello para los más canosos! ¿Cuántas veces habremos recurrido a ella, sin nosotros siquiera saberlo?

   Y si todavía no nos convence lo suficiente como para abrirle las puertas de nuestra botica, quizá sí le abramos las de la alacena ya que es utilizada como especia en la cocina tradicional mediterránea, tanto española como francesa, italiana, portuguesa, griega o serbia. Usada para numerosas salsas o preparados de todo tipo, con un sabor un tanto áspero pero inconfundible para los que la hemos probado en infusiones, o simplemente como la bonita planta aromática que ella es.

   Reconocer esta labiada con nombre de mujer es bastante sencillo. Con su porte arbustivo que casi alcanza el metro, es una planta tomentosa con hojas lanceoladas de envés blanco y pubescente. Las pequeñas flores, violetas o blanquecinas, se agrupan en espigas terminales de gran belleza en primavera. De procedencia mediterránea, es una planta acostumbrada a ambientes secos y suelos escasos.

Plantas de cada día: El incienso (Plectranthus madagascariensis)



Vía
Hoy presentamos a una plantita poco conocida en general, aunque espero que no tanto a partir de ahora. Por variar un poco el tema no es una planta arvense, sino más bien de jardinería, procedente de zonas templadas de Asia y Australia. La tradición cuenta que fue traída a la península por los mercaderes árabes en la época de los taifas, y como tal, está cargada de leyendas. Como ya sé que os lo estáis preguntando, esta planta no es la fuente del incienso como tal. El incienso que conocemos comercialmente es una mezcla de distintas resinas aromáticas de origen vegetal, de entre las que destacan los árboles del género Boswellia, aunque también han venido siendo utilizadas otras especies como el Cedrus libani o nuestra querida sabina Juniperus thurifera. Pero también nuestra plantita ha venido siendo usada para ello a un nivel no comercial, ya que al hacer incisiones en el tallo se obtiene igualmente una gomorresina compuesta de goma ácida, resina y aceites esenciales.

A nadie se nos escapa el valor cultural y simbólico asociado siempre a la purificación que se le ha venido dando al incienso. De hecho, fue uno de los regalos al niño Jesús por parte de los Reyes Magos, y desde siempre ha venido asociado a las ceremonias litúrgicas de las iglesias católica y ortodoxa, aunque no nos engañemos que su origen en estos casos provenía de algo tan simple como es el combatir la poca higiene de las multitudes congregadas para dichas ceremonias. En la religión budista tiene carácter de mística, y es usada en sus ritos de purificación hacia lo trascendente, estimulando la meditación. En el ámbito esotérico, se dice que el incienso aleja las malas energías, es símbolo de buen augurio, y atrae la buena suerte y el dinero. A más de uno no nos vendría nada mal ni lo uno ni lo otro.

El incienso (Plectranthus madagascariensis) es una herbácea perenne bastante tomentosa y de tallos largos, trepadora y tapizante en suelos, así como excelente para plantar en macetas colgantes. Su mejor baza es el olor a incienso que desprenden sus hojas, lo que le hace un excelente repelente natural para mosquitos, además de ambientador. Necesita luz, pero no directa. Aguanta bien la sequía, y la prefiere a sustratos muy húmedos ya que podría pudrirse. Así pues, es una planta tanto de exterior como de interior. Su propagación por esquejes es formidable, no hay más que cortar un trozo y ponerlo en tierra húmeda, y ya tienes una nueva planta. La floración consta de discretos racimos blancos de pequeñas flores sin interés ornamental. Con el tiempo, los tallos leñosos suelen envejecerse y pierden la frondosidad de los pies nuevos, por lo que es recomendable su poda ocasional.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...