En una excursión a Mantes la Jolie un pueblecito no lejos de París, me surgió cierta curiosidad sobre los jardines medievales al ver en un pequeño ángulo de su parroquia una representación de este estilo.
Es por esto que hoy quiero hablaros un poquito sobre ellos.
La estructura típica del jardín medieval de los claustros de monasterios y conventos seguía el modelo del
Hortus Conclusus.
Se trataba generalmente de un jardín donde primaba la
utilidad más que su aspecto decorativo. De él se debían obtener: alimentos, tejidos, medicinas y en ocasiones flores.
Su estructura simple es geométrica generalmente
cuadrada y subdividida en 4 cuadrados con un punto de agua y/o un árbol en el centro con una
puerta de entrada orientada
al este.
El conjunto estaba
cercado con setos vivos, enramados de sauces o avellanos, piedras etc. en ocasiones éstos servían de sostén para plantas trepadoras o frutales.
De igual manera las distintas zonas en su interior estaban limitadas por cercos, pero en este caso éste era siempre de poca altura.
Esta estructura básica podría repetirse fractalmente. En
estas nuevas estructuras algo más sofisticadas aparecen frecuentemente
laberintos.
¡Con la Iglesia hemos topado! y por su puesto todo está atado y bien atado, hasta los jardines.
La estructura que os acabo de comentar, no es una estructura al azar, todo en ella está pensado y repensado.
Estos jardines estaban cargados de simbología.
Su fin último era buscar la representación del jardín del Edén.
El hecho de que éste no se tratase más que de una idea preconcebida sobre lo que sería el jardín del paraíso y por tanto alejada de la realidad, hacía que estos mismos jardines no guardasen muchas similitudes con la estructura silvestre y caótica de la naturaleza. Es más el cercado característico de estos jardines buscaba precisamente la protección frente a esa naturaleza "salvaje".
En él el/los árbol/es central/es representaba/n el árbol sagrado del paraíso y curiosamente según cuenta la Biblia el primer ser humano no nació allí sino que fue llevado a él en calidad de "jardinero divino". ¿No os parece curioso?.
Curiosamente también, la palabra Edén significa llanura y es por esto que generalmente estos jardines no tienen ningún tipo de relieve ni natural ni artificial, pues su presencia indicaría barbarie.
A él se accedía por el lado Este por tratarse de la dirección ritual por excelencia correspondiente a la salida del sol.
El punto de agua representaba corrientes mágicas de agua cuya misión era propagar la vida a las cuatro regiones del mundo, definidas a su vez por los cuatro puntos cardinales.
La forma era cuadrada porque el número 4 simboliza el cosmos, ya que son 4 los puntos
cardinales y por lo tanto se necesitaba una superficie que pudiese dividirse fácilmente en cuatro partes iguales y ésta no es otra que el cuadrado. Aunque también se encuentra el 3 y múltiplos por representar éste a la trinidad. Y si sumamos 3+4 obtenemos el 7 que en el cristianismo representa la perfección (como veis en el fondo tenían sus artimañas para dotarle a todo de significado).
Los
laberintos servían para a
huyentar a los diablos por pensarse que en ellos no sabrían orientarse.
La que aquí os escribe no es que sea muy creyente precisamente, pero todas estas historias y significados me parecen super interesantes para entender bien la estructura, además de curiosos ¡claro!.
Aunque seguramente habrá más, aquí os presentamos algunas de las especies usadas en aquella época.
A pesar de que en la actualidad no hay ningún jardín medieval que haya sido conservado hasta la fecha prácticamente en cada convento, castillo o iglesia podemos encontrar representaciones más o menos ajustadas a la descripción.
Sainte Suzanne
Sarrant
Vía
Donnemarie-Dontilly
Si os habéis quedado con ganas de ampliar vuestro conocimiento sobre el tema, hay un artículo muy interesante llevado a cabo por Pilar de Insaustiy Adolfo Vigil de Insausti arquitectos y profesores en la Universidad Politécnica de Valencia
Mito y naturaleza del paraiso al jardin medieval