El rusco (Ruscus aculeatus)


   Si nos vistiésemos con un velo para entrar en el oscuro mundo de la Edad Media, y nos hablasen de una planta mágica muy codiciada, que aleja tormentas y mantiene siempre lejos la amenazante presencia de brujas y hechiceros, la miraríamos ojipláticos y con el mayor de los respetos. Si pudiésemos viajar un poco más allá en el tiempo, nos pusiésemos una toga para mezclarnos en la cultura de la Antigua Grecia, y una vez allí el mismísimo Dioscórides así como cualquier otro médico clásico nos hablasen del Arrayán salvaje, un mirto bendecido por los dioses que cura cuerpo y alma, y que forma parte del remedio conocido como "Jarabe de las cinco raíces", sin duda pensaríamos que no es una planta cualquiera.

Dioscórides, un personaje sin parangón en la historia de la botánica (vía)

     Y es que no lo es, aunque en tiempos recientes haya pasado a ser poco más que una pequeña desconocida para excursionistas y viandantes. El Rusco (Ruscus aculeatus) es en realidad un arbusto perenne de la familia de las liliáceas que ronda entre los veinte centímetros y el metro, siempre ligado a zonas cálidas, con sombra y suelos húmedos. Típica especie de sotobosque mediterráneo acompañando a la encina hasta los mil metros de altura, no soportará heladas, y aunque puede estar presente en suelos relativamente básicos, en general resulta ser un buen indicador de acidez en el sustrato.

Restos vestigiales de las "hojas verdaderas" del Ruscus aculeatus (vía)

   Etimológicamente, el término "aculeatus" proviene del latin y viene a significar "punzante, con aguijones o espinas". Y es que lo primero que llama la atención de esta planta son sus filóclados o falsas hojas; alternos y sésiles (no pedunculadas), de forma ovalada pero levemente lanceolada para finalizar en una rígida punta. Y decimos que son falsas hojas porque en realidad no lo son, sino que son tallos secundarios que salen de los principales, cilindricos y lisos, tomando una forma plana y similar a hojas. Además, y para poner colofón a un mundo al revés, resultan ser el principal órgano fotosintético de la planta. Sus verdaderas hojas son en realidad muy pequeñas (de apenas tres milímetros) y pasan desapercibidas a modo de estípulas, insertándose directamente en el tallo principal (caulinares) axilarmente a los filóclados. Con el desarrollo de estos últimos, las pequeñas hojas "verdaderas" terminarán por caer y desaparecer rápidamente.

   Un claro hecho que atestigua la verdadera naturaleza de esos filóclados es que las flores y frutos aparecerán en la parte central y superior de estas "falsas hojas", ofreciendo un aspecto cuando menos curioso.


     Es una planta muy rizomatosa, siendo esta la principal vía natural de su dispersión. De sus rizomas subterráneos brotarán tanto tallos florales masculinos como femeninos. Es por ello que sus discretas y pequeñas flores serán unisexuales, de un color blanco verdoso algo violáceo, y la mayor época de floración tendrá lugar a finales del invierno o principios de la primavera aunque puedan encontrarse ejemplares en flor a lo largo de todo el año. A pesar de su menudez resulta ser una flor atractiva para numerosos tipos de insectos, que las polinizarán dando lugar a sus característicos frutos rojos a finales de otoño e invierno.
El rusco se ha venido usando como adorno navideño por su ligero parecido con el acebo
(como un huevo a una castaña)

   Estos frutos son unas bayas rojizas brillantes, de hasta 15 milímetros de diámetro, encerrando en su interior de una a cuatro grandes semillas. El sabor de la baya es dulce, por lo que atraerá a distintos animales, en su mayoría aves y mamíferos, que la comerán con gusto. Estos dispersarán las semillas tras su digestión y defecación, propagando la especie por nuevos hábitats. Sin embargo dichos frutos resultan ser algo tóxicos para el hombre, y pueden provocar vómitos y diarreas.

   Debido a la similitud de sus frutos con los del acebo (Ilex aquifolium) se le ha venido llamando también acebillo o arrayán salvaje. Desgraciadamente, esto ha dado pie a su recolección como adorno navideño, lo que en muchos casos ha puesto en peligro su persistencia. También se le ha dado en llamar "escobilla", y es que ese era uno de sus múltiples usos antiguamente, usándose sus ásperos tallos como cepillo para las superficies más exigentes, tales como comederos o barriles de vino. En algunas regiones se le ha venido llamando así mismo "espina ratera", ya que sus punzantes filóclados eran atados en las bodegas alrededor de sogas y ganchos destinados a colgar quesos y embutidos, como medida disuasoria para los temidos roedores que andarían al acecho para pegarles un buen mordisco. También sus semillas han sido usadas como frugal sucedáneo del café, y los brotes más tiernos (normalmente recolectados en el mes de abril) se han consumido por su suave sabor, algo amargo, como verdura cocida, en menestras y cremas, o simplemente a la plancha. Y es que es sin duda un alimento muy nutritivo en fresco, tal y como se comería un espárrago, resultando excelente aporte de calcio y potasio, además de abrir el apetito (aperitivo) y diurético.

Las semillas de rusco fueron en otra época un buen sustituto del café.

   Es una especie apreciada en jardinería, en pequeños rodales o setos que destacan por su color verde oscuro, así como por el rojo brillante de sus frutos. Para ello siempre se cultiva en semisombra, asegurando cierta humedad en el suelo, sobre todo en verano, evitando al máximo los suelos encharcados. Su multiplicación no es complicada, y aunque puede reproducirse a través de sus semillas, es mucho más rápido y común multiplicarlo dividiendo macollas con sus raices, o directamente a través de esquejes en primavera.
Setos de Ruscus aculeatus en el jardín de El Capricho, en Madrid

   Es un género el de los ruscos que se está abriendo camino a pasos agigantados en cuanto a su cultivo para la comercialización como relleno en arreglos florales, debido a su fácil reproducción y manejo, que además de reducir costes aporta un bonito y duradero color verde a ramos y centros.

El rusco, como soporte y elemento decorativo en ramos y centros (vía)

   Pero sin duda si por alguna razón es conocida esta planta, es por sus propiedades medicinales. Ya hemos comentado cómo formaba parte del antiquísimo "jarabe de las cinco raíces", que era preparado en base a 30 gramos de cada raíz (rusco, apio, hinojo, espárrago y perejil) por cada litro de agua, colando el líquido resultante para añadir y mezclar después con 850 gramos de azúcar. Resultaba un excelente diurético y aperitivo, aunque no se recomendaba tomar más de tres cucharadas diarias. Puntualmente un sucedáneo de este tónico se preparaba únicamente con la raíz del rusco, a razón de 20 gramos de rizoma por litro de agua, posteriormente edulcorado y tomando no más de tres tacitas diarias.

Detalle del rizoma de Ruscus aculeatus (vía)
   Otro remedio tradicional que ponía en relevancia sus propiedades diuréticas era el llamado "Vino de rusco", que consistía en  mezclar 80 gramos de rizoma de rusco por litro de vino blanco, dejándolo macerar durante 8 días y agitándolo diariamente. Finalmente se filtraba y envasaba, tomando dosis de no más de dos vasos pequeños diarios. También datado era su uso para la disolución de cálculos y piedras de la vesícula, para lo cual se cocían 30 gramos de rizoma de rusco en un litro de vino.

   Es un apreciado remedio contra hemorroides y varices, debido a sus propiedades vasoconstrictoras y antiinflamatorias. Para ello se aplicará de forma externa en el área afectada a través de baños y compresas con el agua resultante de la decocción de su rizoma. Su contenido en rutósido mejora la circulación y ha resultado ser un buen remedio contra males tan dispares como la celulitis, artritis (reduciendo la cantidad de ácido úrico), o la gota, aunque su uso con el tiempo ha ido decayendo en favor de una industria farmacéutica más actual, que ofrece unguentos y cremas más efectivas y concentradas. 
¿Un lápiz mágico antiojeras de extracto de rusco y pepino? ¿Un anticelulítico?
Solo dos ejemplos de los muchos usos y aplicaciones que se generan a partir de esta planta (vías 1 y 2)

   También es un tónico energético natural y un buen remedio para bajar la fiebre, para lo cual se procederá a tomar dos o tres tacitas al día de la infusión de 25 gramos de rizoma de rusco por cada litro de agua, colando esta finalmente y endulzándola a gusto para evitar su leve sabor amargo.

   Un uso más actual si cabe es el que resulta de su aplicación en distintos productos cosméticos, así como para baños de pies y baños relajantes en general, siendo un buen antiinflamatorio para el dolor de articulaciones. Para ello, al margen de distintos productos que contienen preparados en base a esta planta, puede hervirse 50 gramos de rizoma por litro durante un cuarto de hora, dejándolo enfriar levemente antes de su uso.

   En su composición se han encontrado distintos saponósidos, tales como la ruscogenina y neoruscogenina. Estos componentes, entre otros, harán de esta planta un apreciado extracto para numerosas cremas de manos y bálsamos para pieles enrojecidas, así como para lociones para después del afeitado, cremas para mitigar quemaduras solares, o trastornos capilares.

   Nunca debe usarse durante el embarazo o la lactancia, recordemos que en altas dosis puede resultar muy tóxica.

   Un hecho curioso es que, aunque sus aplicaciones son bien conocidas desde la más remota antiguedad, su composición química, especialmente la correspondiente a su rizoma, es prácticamente desconocida. Y es tan sólo desde los últimos años que se ha empezado a investigar y apenas hemos comenzado a saber algo más de sus numerosas propiedades intrínsecas.
Detalles morfológicos (vía)

Lufa: la esponja vegetal


¡Buenos días!

La lufa es una planta de esas que son más que interesantes porque además de bonita  por ser una planta y tener flores, ¡es muy útil!. Seguro que el nombre no os dice demasiado, o más bien nada, pero si os digo que muchos de vosotros la usáis todos los días...
                                    ilustración

La lufa, nos sirve de esponja exfoliante (¡rasca lo justo!), activa la circulación y además es lógicamente de origen natural..

1, 2, 3
Las semillas por lo que tengo entendido se pueden comprar relativamente fácil en algún centro de jardinería. Si se cultiva en terraza que sea en una buena maceta y con una barandilla cerca para que pueda enrollarse, intentando que los frutos den hacia la terraza, que como le de a alguno por caer la ¡liamos parda!.

Es importante que donde se plante tenga mucho sol y sin temperaturas frías. El año pasado yo las planté en mi terraza y aunque la planta creció los frutos salieron en septiembre, ya demasiado tarde para madurar y convertirse en una esponja de un tamaño aceptable (moraleja, el clima parisino no es ni mucho menos el adecuado para estas plantas). El casero de mi apartamento, de origen egipcio me dijo que él las recordaba en su país, me dijo que crecían casi como malas hierbas, no necesitaban casi cuidados.

Para saber si las flores que van saliendo darán una lufa hay que fijarse en la parte trasera de la flor, si ésta tiene forma redondeada y algo inflada estáis de suerte, se trata de una flor femenina, de lo contrario tendréis que seguir esperando porque se tratará de una flor masculina (sucede exactamente igual que con los melones).

El fruto hay que dejarlo secar en la rama, una vez seco habrá que pelarlo para conseguir la esponja vegetal.  Aquí tenéis un vídeo para saber cómo pelarlas.

Tras pasar 3 semanas en agua sin que pareciese que tuviesen la intención de germinar, decidí darles una segunda oportunidad y meterlas en tierra. ¡Esa fue la solución! en una semana ya podían verse las raíces (sí, soy impaciente y escarbé para ver si habían dado señales de vida) Conclusión: el remojado previo en agua sobre algodones es útil en tanto en cuanto se consigue hidratar rápidamente a las semillas y se ablanda la cubierta que es bastante fuerte. 

Para los más curiosos aquí tenéis la evolución de mis pobres y maltrechas lufas del año pasado.




Y ahora para terminar de convenceros, mirad lo que se puede llegar a hacer con esta planta O_o

group of plantershot chocolate set with and without loofahlampshade detailpicture of all the objects

Diseños realizados por el mejicano  Fernando Laposse

 ¿qué es lo que haríais vosotros con una?

Planificando que es gerundio. Plantas melíferas

¡Hola a todos!

El año pasado os contábamos algunas de las proezas de abejas, ¿las recordáis?, su danza indicadora del camino al que dirigirse para encontrar las flores, el uso del astro rey como brújula para seguir las instrucciones de su danza, la importancia del tan nombrado y desconocido zángano, de la reina y de las obreras, las diferencias mayores entre sus primos hermanos, los abejorros...
Una función principal, bien conocida por todos: la miel, y otra aún más importante y no tan conocida, la polinización que hace que podamos disfrutar de frutas y verduras.

Ahora en invierno les tenemos un poco olvidadillos, pero no hay que pasar por alto que justo ahora es el mejor momento para planificar las flores de primavera y verano que harán las delicias de estos bichejos...


Plantas meliferas
Lavander: Lavanda, Catmint: Hierba gatera , Sage: Salvia, Thyme: Tomillo, Fennel: Eneldo, Borage: borraja, Crocus: azafrán, Buttercop: Botón de oro, Hollyhocks: malva silvestre, Anemone: anémona, Snowdrops: campanillas de invierno, Sweet asylum: aliso de mar, Poppy: Amapola, Sunflower: girasol, Heliotrope: heliotropo.

Plantas meliferas
¿Y por qué no aprovechar para construir un hotel de insectos?
Aquí encontraréis un post fantástico que nos escribió Jose con todo lujo de detalles.

Por si os apetece recordar un poco las peripecias de abejas y abejorros aquí tenéis unos cuantos post:

La importancia de las abejas y su actual decadencia
La danza de las abejas
Composición de una colmena; La abeja obrera
Composición de una colmena; la abeja reina y el zángano
Abejorros I
Abejorros II


 

14 de febrero... ♥

 
Hoy, 14 de febrero, las flores son  más que nunca las protagonistas.
 Hemos decidido ponernos el disfraz de romanticones y aprovechamos para presentaros algunas ideas cuando menos originales, algo menos vistas que la clásica rosa roja. Y es que desde aquí reivindicamos que se regalen flores, pero... en maceta que así nos duran más y disfrutamos mucho más tiempo de ellas 



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¡Recordad que cualquier día es bueno para hacer hueco a una planta!

Musgos y líquenes en casa

¡Hola!

He de confesar que una a veces tiene gustos rarunos y hoy quiero descubriros uno de ellos.

Los musgos y líquenes son mi pequeña debilidad, éstos pasan desapercibidos entre un montón de plantas en el bosque o entre ladrillo y ladrillo en los muros de pueblos e incluso ciudades.

Ambos son unos seres especiales, los musgos son plantas no vascualares, es decir sin mecanismos especializados que conduzcan la savia, tampoco tienen ni hojas ni tallo propiamente dichos y su sistema reproductivo, ¡ay! pesadilla en mis tiempos mozos de universidad, un puñado de nombrajos me vienen a la cabeza generación heterofásica y heteromórfica, gametófito, gametangios, anteridios, arquegonio, para no aburriros digamos que es una reproducción igualmente "especial". 
Los líquenes, organismos pioneros y creadores de suelo, son como nos enseñaban ya de canijos, una "mezcla" (relación simbiótica) entre hongo y alga. El hongo obtiene su alimento a través de los nutrientes (hidratos de carbono) creados por el alga a partir de la fotosíntesis  y el alga consigue del hongo la protección necesaria frente a la desecación, permitiéndole colonizar espacios imposibles para un alga.


 Pues bien una vez introducidos a mis protagonistas hoy os los quiero presentar como un elemento más a tener en cuenta a la hora de pensar en "verde" para nuestras viviendas, terrazas y/o jardines. ¿Por que no jugar con su color y su textura? El mejor lugar sería en zonas húmedas como el baño, o en cualquier lugar de la casa pero situados en el interior de un bote de cristal cerrado. En el exterior las zonas umbrías  son las mejores. Aún así son muy resistentes a la sequía recobrándose sin casi problemas tras ser humedecidos.

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Me gustaría que tuvierais cuidado, porque en algunas regiones su labor ecológica (sobretodo en la protección de suelos) es tan importante como para haber sido prohibida su recolección, por lo tanto, informaos bien antes de salir a recolectar y si en vuestra zona no es posible pensad que cada vez más se pueden encontrar en tiendas especializadas. Sin ir más lejos hace algún tiempo en el Domaine de Courson se presentaban macetas enormes con musgos formando diferentes formas como por ejemplo la que aquí abajo


Por último os dejo con una idea que me impactó, 
además incluye la receta para que los más artísticos dejen volar su imaginación....


Grafitti de musgo

Plantas de cada día; la chupamieles (Anchusa azurea)

   La chupamieles, lengua de buey, alcalcuce o argámula (Anchusa azurea) es una boraginácea ruderal de nuestros campos y bordes de camino que crece vigorosa a pleno sol en suelos bien drenados (tanto calizos como silíceos) y que, por sus inflorescencias con espigas de flores de un color azul intenso tan característico, se ha hecho un hueco en numerosos jardines silvestres. De hecho, el término "azurea" es un epíteto latino que viene a significar "azul profundo". Perenne y bienal, florece a finales de primavera o verano de su segundo año, con unas flores hermafroditas de cinco pétalos que, soldados por su base, conforman una alargada corola tubular, al igual que el resto de la planta, muy tomentosa y cubierta de pelillos algo rígidos.

   Aunque muy ramificada desde la base, su altura va desde el medio metro hasta sobrepasar ampliamente el metro, y sus alternas hojas tienen forma lanceolada, a la que hace referencia (además de por su tacto áspero) el nombre vulgar de "lengua de buey".

   El nombre de "chupamieles" da idea además de lo ligada a la cultura popular que ha estado esta planta; era ya en el siglo XI cuando Umdat Al-tabib (un botánico anónimo hispanomusulmán) relataba que "las gentes chupan la flor de esta planta y extraen del fondo de la flor una lágrima de miel".


   Es además una planta medicinal que popularmente se ha utilizado en forma de infusión como antiinflamatorio, diurético y sudorífico, siendo apta ante procesos gripales y catarrales. Para ello se recolectarán en verano sus hojas y flores, administrando una cucharadita por taza, unas tres tazas al día. También ha venido siendo usada para afecciones cutáneas como dermatitis, soriasis o contusiones y hematomas, así como para calmar y suavizar la piel. En estos casos, se utiliza la planta usándola por medio de cataplasmas o lavados en la zona afectada. ¡Pero mucho cuidado! Su uso tiene que estar regulado por un experto, ya que puede resultar muy tóxica en mujeres embarazadas, así como en niños y casos de hepatopatías.
   Popularmente, su raíz machacada se ha utilizado como emoliente cosmético para dar color a las mejillas. Como pariente de la borraja que es, sus hojas son comestibles. Cocidas y aliñadas, o también rehogadas, tienen un sabor suave y delicado, aunque hay que cocerlas bien para que sus pelillos no resulten ásperos en el paladar. Se reproduce con facilidad a partir de esquejes de raiz, así como por semillas.

Hoteles para los insectos

 
Hotel de insectos en el Jardín de Luxemburgo de París






   Ya anteriormente en el blog hemos dejado constancia de lo beneficiosas que son diferentes especies de insectos (abejas, abejorros, luciérnagas...). Y no solo ellas, hay infinidad de especies de insectos en nuestro entorno que desconocemos y que juegan un papel importantísimo en la polinización de nuestras plantas, por no hablar del gran beneficio previniendo y controlando la expansión de distintas plagas, sin la necesidad de recurrir a pesticidas y demás arsenal contaminante.

Hotel de insectos, integrado en las calles de París
   La figura de un hotel para insectos está francamente desarrollada en Centroeuropa y Gran Bretaña, ante la problemática que derivó la grave desaparición de insectos en bosques muy tratados por la mano del hombre. Ahora comienza a dejar verse en también en parques y jardines de medio mundo como una idea genial destinada a facilitar un refugio lleno de habitaciones preparadas para darles cobijo en la época invernal, cuando más vulnerables son al no encontrar árboles muertos o suelos sueltos de una forma fácil y natural.


   Un buen hotel de insectos no está destinado a un insecto en particular, sino que cumple la función de diversificar al máximo la oferta para llegar al máximo espectro de insectos posible. Por ejemplo y como ya sabemos, sólo una pequeña parte de las abejas o abejorros que existen viven en grandes colmenas. La mayoría de ellos son solitarios y pacíficos (no son agresivos al no tener colmena que defender, y solo en caso de que su vida corra peligro usan su aguijón), y excavan agujeros en el suelo para pasar el invierno y hacer su puesta. Otros muchos aprovechan los tallos huecos, otros se hacen su propia celda con un poco de barro, y otros simplemente se ocultan entre la hojarasca. Es el caso también de las mariquitas, que pasan el invierno hibernando ocultas entre las hojas secas esperando a que pasen las inclemencias meteorológicas... ¿te habías planteado antes que al quitar la hojarasca de tu jardín, quizá estés eliminando de paso un aliado depredador tan maravilloso como este? Pero no queda ahí la cosa, porque hay muchos otros insectos beneficiosos a los que un hotel podría ayudar, como algunas mariposas, escarabajos, crisopas, arañas, libélulas, tijeretas... Puedes tener localizado así todo un mundo en conexión, para poder observarlo y aprender de él, dando un cierto equilibrio a tu jardín. ¡También puedes atraer a animales anfibios como ranas, tritones o erizos si dejas a ras de suelo piedras y raíces!


   Con suerte algunos de nuestros inquilinos estarán tan contentos que usarán el hotel para largos periodos, desarrollándose los huevos, pasando por la fase larvaria, y hasta la edad adulta. Naturalmente no podemos controlar por completo qué tipo de insectos visitarán nuestro hotel, incluso puede darse el caso de depredación entre inquilinos, pero al menos sí sabremos que estamos dando una oportunidad a muchos que, de otra manera, tendrían muy difícil la supervivencia ante la falta de madera muerta y hojarasca. Ten por seguro que no todas las especies de insecto utilizarán hábitats artificiales. Y dentro de las que sí lo utilicen, cada especie tendrá diferentes requisitos de anidación (tal y como lo hacían los pájaros en las cajas nido, ¿os acordáis?). Con el tiempo, podremos irnos dando cuenta de cuales son los lugares preferidos de nuestros amigos favoritos... pero recuerda siempre que todos son necesarios, y que a la larga favorecer sólo una especie puede ser un error.

   Algo de lo que todos hablan y hacen ver es que este invento fascina y engancha. No ya sólo por el éxito en la polinización de tus flores y hortalizas, o porque sea siempre bonito en nuestro entorno, sino que es enormemente didáctico para niños y adultos como actividad al aire libre. Este quizá sea el mayor valor del hotel, como elemento educativo para escuelas y jardines públicos, una forma atractiva de explorar el mundo de los insectos de jardín y su importancia real.


Hotel de insectos, en el Jardín de Plantas de París





   Naturalmente puedes buscar en tiendas especializadas y comprarte un sofisticado hotel para insectos en tu jardín, pero nosotros aconsejamos hacernos uno nosotros mismos, ya que la experiencia en sí misma es de largo mucho más gratificante y puedes dar rienda suelta a tu vena artística y focalizarlo también como elemento decorativo. Y una vez más, como ya vimos con las cajas nido y comederos para pájaros, podemos hacerla sin mucho esfuerzo y utilizando únicamente materiales reciclados; madera de pallets para la estructura y una rejilla de gallinero para sostener todas las "habitaciones" en su sitio además de evitar la predación por parte de los pájaros, y para el interior buscaremos ramas secas, cabezas de cardo secas, piñas, cortezas, cañas o bambú, hojas, musgos y líquenes, pequeños troncos que perforaremos con agujeros de varios diámetros y profundidades... Aquí ya entra la imaginación de cada uno. Pero eso sí, es importante utilizar maderas no tratadas... ¡podrían desprender a la larga productos químicos que matasen a nuestros nuevos vecinos!
   Pero, ¿cómo hacer un hotel de insectos? No hay misterio ninguno, tu coge los listones de los pallets, e imagínate lo que puedes sacar de eso. En realidad es como hacer una caja poco profunda con pequeñas estanterías, en la que luego encajarás todo el material antes comentado que conformarán las "habitaciones" de nuestro "hotel". Lo importante es la idea, tener claro lo que uno quiere... el resto, es cortar y clavar ;)

   Te exponemos a continuación algunos proyectos simples. Pero si no es lo que buscabas, y no te inspiran... ¡no dudes en buscar por la red! Está plagada de ejemplos alucinantes, que de seguro te enamorarán. ¿Te acuerdas del Jardín de Luxemburgo que hace poco visitamos en París? ¡Era un buen ejemplo de ello!

A   Un hotel asequible pero de lujo sería el que nos plantean desde la página de thegreenlever, altamente recomendable para proyectos DIY. En él se exponen con detalle todos los materiales a utilizar (1 y 2), cómo realizar el claveteado a escuadra (3 y 4) así como la disposición del material interior (5, 8 y 9) y acabado en el tejado (6) y en la espalda (7). El resultado final es increíble (10).


Modelo propuesto por thegreenlever (vía)
B   Otro modelo similar es el que nos plantean desde la asociación Nature Kenya, en asociación con la National Geographic: 
 

Vía
C   El tercer proyecto que os presentamos a continuación nos explica los diferentes tipos de texturas y materiales utilizados, destinados a los distintos tipos de insectos a hospedar. Puedes verlo más desarrollado en la página ideas sostenibles, que en sí misma marca también un referente para todo aquel maniaco del bricolaje y el jardín.
 

Vía
siendo;

1. Paja o madera: proporcionan abrigo, óptimo para las crisopas, cuyas larvas se alimentan de plagas como pueden ser pulgones, cochinillas, moscas blancas, o huevos de ácaros.

2. Cañas de bambú, que proporcionan refugio para abejorros y abejas solitarias que polinizan las primeras flores de los árboles frutales, ya en el mes de marzo.

3. Macetas colgadas boca arriba y llenas de heno; atrae tijeretas que gustan de plagas como los pulgones.

4. Tablas de madera apiladas tras una rejilla, aptas para insectos xilófagos que intervienen en la descomposición de la madera muerta.

5. Los troncos agujereados son un refugio muy apreciado por muchos polinizadores, como las abejas y las avispas solitarias, cuyas larvas se alimentan de pulgones.

6. Los haces de varillas de médula de escaramujo, rosa, baya del saúco o cañas, proporcionan un refugio perfecto para los sírfidos y otros himenópteros.

7. Ladrillos: son apreciados por abejorros y abejas.

8. Pequeñas maderitas superpuestas unas sobre otras atraerán a mariquitas que vienen a pasar el invierno. Sus larvas consumen una gran cantidad de pulgones. Algo similar podríamos conseguir haciendo pequeñas ranuras en nuestras maderas planas.

D   Pero hay otros modelos mucho más sencillos, por si lo que queremos es hacer uno para un espacio reducido, o "para ver cómo resulta" antes de lanzarnos con un proyecto mayor. En este caso, bastará con hacer una pequeña caja o estructura de madera rudimentaria, y rellenarla con el material apropiado. Otro tipo también muy sencillo y efectivo aunque quizá no tan vistoso consiste en apilar pallets completos, e insertar los distintos tipos de materiales en su interior. Tiene la gran ventaja de hacer a los anfibios del lugar partícipes de nuestro proyecto. 



Distintos tipos de hoteles para insectos (Vías 1, 2 y 3)

   El lugar ideal para su colocación será en un lugar soleado, aunque siempre protegido de la intemperie, y relativamente cerca de las flores silvestres, árboles y arbustos de los que posteriormente se alimentarán. Por ejemplo así de paso también facilitaremos los numerosos viajes de algunas abejas hembra que pondrán un huevo en cada pequeño agujero, pero siempre acompañado de la cantidad de polen y néctar necesaria para el temprano desarrollo de su descendencia antes de cerrar la celda, lo que le llevará en torno a unos treinta viajes para cada una.

   Un hotel de insectos necesita también de cierto mantenimiento. Así, a los dos o tres años convendría renovar o limpiar a fondo las "habitaciones" interiores para evitar la proliferación de parásitos o enfermedades en los insectos.

   Es importante cerrar con una malla el hotel de insectos, ya que así impediremos que algunos pájaros tomen nuestro invento como un maravilloso restaurante. Y recuerda que la plantación de flores resulta a la larga el mejor método para atraer enemigos naturales de las plagas de jardín, además de agentes polinizadores. Las corrientes modernas no conciben un jardín sin alegres mariposas ni mariquitas, resultan ser tan importantes como las propias flores. Es por ello que, poco a poco, los pesticidas dejan de tener sentido en nuestros jardines.


Vía
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