Concurso Internacional de Rosas Nuevas Villa de Madrid 2016


CONCURSO INTERNACIONAL DE ROSAS NUEVAS VILLA DE MADRID


Como cada año el Ayuntamiento de Madrid convoca el Concurso Internacional de Rosas Nuevas Villa de Madrid, en el reciento de la Rosaleda del Parque del Oeste. Este año han competido en la 60 edición del concurso, 79 variedades de rosas procedentes de  9 países. El concurso cuenta con un jurado de profesionales pero también el concurso esta abierto a la participación ciudadana. Durante seis días todas las personas que acudieron a la Rosaleda pudieron emitir su voto para premiar a la rosa de Madrid.

También como cada año nuestro colaborador, amigo y gran fotógrafo Joaquin Ruiz nos cede estas maravillosas fotografías con los resultados del concurso.

¿Queréis saber cual ha sido la rosa elegida por los madrileños este año? pues seguir leyendo.

Antes de presentar el podium mostraremos los siguientes premios:

Plantas de cada día; el carraspique blanco (Iberis pectinata)


   El género Iberis, con más de cincuenta especies de plantas herbáceas y arbustivas, queda repartido por el continente europeo. Algunos de sus integrantes han sido usados en homeopatía para combatir la ansiedad y dolores musculares, aunque más fama sin duda han conseguido gracias a la belleza de su floración, que ha llevado a diferentes especies a ser muy apreciadas en jardinería.

Plantas de cada día; la gatuña (Ononis spinosa)


   La gatuña (Ononis spinosa) debe su nombre común sin duda a las numerosas espinas solitarias que frecuentemente tiene esta leguminosa, habitante de baldíos y bordes de camino, así como prados y herbazales de toda la cuenca mediterránea. El nombre de este extenso género sin embargo deriva del griego "Onos", que viene a significar "asno", debido a la predilección que sentían y sienten por esta planta tanto para comerla como para rascarse en sus ramas cuando no encuentran nada mejor a mano. De ahí que comúnmente también se le halla llamado "asnillo" o "peine de asno" entre otros.

Plantas de cada día; el beleño (Hyoscyamus albus)


   El beleño blanco, adormidera de zorra, hierba loca o flor de la muerte (Hyoscyamus albus) es una sorpresa más que nos guarda el ancho mundo de las solanáceas. ¡El propio padre de Hamlet parece ser que murió envenenado con esta planta! Y es que la familia de los pimientos, tomates y patatas tiene parientes la mar de peligrosos, ya lo vimos no hace mucho con el estramonio, y conviene conocerlos.

La Othonna de hoja de alhelí (Othonna cheirifolia)

   La Othonna cheirifolia (Othonna de hojas de alhelí, si traducimos del francés o inglés) es una planta que se abre camino a pasos agigantados en nuestros jardines por sus bellas hojas y floración. Ya era sin embargo bien conocida en el mundo anglosajón hace más de un siglo y con razón, porque esta especie originalmente endémica de las áridas laderas del Atlas sahariano en Argelia y hasta Túnez, resulta ser una especie tan frugal como bella. 

Plantas de cada día; la zamarrilla (Teucrium capitatum)


   En una fría mañana, un fuerte brazo está a punto de desafiar el destino del mundo conocido. Teucro, ausente de la feroz batalla que se desarrolla a su alrededor, tensa desde su navío firmemente el arco dorado y Héctor, responsable de la defensa de la ciudad Troyana, está en el punto de mira. Por mucho que los oráculos anunciaran que mientras Héctor viviera en Troya ésta no caería, de todos es sabido que también su arco jamás ha errado un objetivo, y a esa idea se aferra apuntando cuidadosamente. De pronto Teucro se sorprende de cómo el tiempo parece haberse detenido en un instante. A su alrededor los gritos y el sonido del metal han cesado, y tan solo una creciente luz suspendida lo ilumina todo. Es la luz del propio Zeus, que al tocarla rompe la cuerda en el justo momento en que la flecha sale disparada.

Plantas de cada día; el cardillo (Scolymus hispanicus)



   Es común relacionar cualquier tipo de cardo con una "mala hierba", algo improductivo e indeseable que hay que desbrozar. Muy pocos ven en esta multitud de tan poco exigentes géneros la belleza de sus flores, sus formas o sus portes, aunque poco a poco algunos visionarios comienzan a darles el lugar que merecen dentro del mundo de la jardinería. Quizá el cardillo o tagarnina (Scolymus hispanicus) es la excepción dentro de esta mala fama tan generalizada, aunque tan solo sea este un amor interesado. Por el interés te quiero Andrés, y es que el que lo conoce suele ser porque lo ha degustado. Pocos lo relacionarían con la bella planta que es, llena de maravillosas flores amarillas adornando y dando color al baldío más gris del mundo. 

Plantas de cada día; el estramonio (Datura stramonium)

   El estramonio (Datura stramonium) es una planta anual relativamente común en baldíos, cunetas y terrenos abandonados de todo el mundo allá donde encuentre un clima templado o subtropical. Su origen es incierto, algunas fuentes defienden que es nativo de la India, otras de América, mientras que otros lo sitúan en la zona del Mar Caspio. Sin duda una planta controvertida en todas sus facetas.


El estramonio habita en cunetas, baldíos, y como mala hierba en tierras de cultivo.
    Se trata de una solanácea extremadamente venenosa y de enorme variabilidad en el tamaño según los individuos, que ha sido utilizada por el hombre desde tiempos inmemoriales por sus cualidades psicoactivas y estupefacientes en numerosos rituales y ceremonias. Ya sólo la denominación genérica "Datura" deriva del nombre del veneno indio "dhât", utilizado por los miembros de la letal secta thug o "de los estranguladores".
Arriba, un grupo de thugs asesina a un viajero, según un grabado de la Biblioteca Británica.
Abajo, única fotografía conocida de los integrantes de dicha secta, en 1894.
No quedan muchas ganas de conocer a los chicos (vía)

Plantas de cada día; La milamores o valeriana española (Centranthus calcitrapae)



   Es Centranthus un género que comprende nueve especies distribuidas por la región mediterránea. Algunas de ellas, como C. ruber y C. angustifolius son muy usadas en jardinería, naturalizándose con gran facilidad. En concreto, la Valeriana española o milamores (Centranthus calcitrapae) es una hierba glabra y anual de color verde glauco, con ciertas tonalidades rojizas. Sus tallos erectos (quizá algo ramificados en su base pero sin ramas axilares) puede llegar a los 80 cm, aunque en realidad normalmente no superará los 40 cm ya que la altura y robustez de las plantas estará condicionada por factores ecológicos tales como la disponibilidad de agua, riqueza de nutrientes o la temperatura, pudiendo ser muy variable en individuos de una misma población.

Plantas de cada día; la viborera (Echium vulgare)


   ¿Os acordáis que hace poco vimos la viborera (Echium plantagineum), una pequeña boraginácea cuyas semillas y hasta flores se parecían a cabezas de vívoras? ¡El mismo género "Echium" significa "víbora" o "culebra"! Pues hoy os traemos a su hermana mayor, también llamada viborera, buglosa o viperina (Echium vulgare), con la que comparte numerosas afinidades más allá del nombre vulgar, que es el mismo para todas las especies del género. De hecho esta también se creía que era un remedio contra las mordeduras de serpiente, o que su presencia conseguía alejar a estos reptiles del hogar... lo cual es sin duda un mito, vaya por delante.

Plantas de cada día; la viniebla (Pardoglossum cheirifolium)


   La viniebla fue bautizada en 1753 con el bonito término latino de Cynoglossum cheirifolium por Carlos Linneo; un nombre acertado para este género, ya que viene a significar literalmente "lengua de perro", haciendo honor a la especial forma de sus hojas. El término cheirifolium hace también referencia al parecido que guardan estas hojas con las del Cheiranthus cheiri.

Plantas de cada día; la hierba estrella (Plantago coronopus)



   La hierba estrella o estrellamar (Plantago coronopus) es una hierba anual o bienal que recibe su nombre de la especial forma de sus hojas, basales y dispuestas en roseta, y muy divididas. Como ya viésemos, el significado del género Plantago aludía a la "planta del pie", por la forma de las hojas de muchas de sus especies. No es algo significativo para la hierba estrella, que al tener hojas pinnadas en nada recuerda a la forma de un pie o huella. Sin embargo, la imaginación de Plinio el Viejo le llevó a compararlas algo más acertadamente con las patas de un cuervo, que es lo que viene a significar el epíteto latino "coronopus".


 

Plantas de cada día; la ferula o cañaheja (Ferula communis)


   Cuenta el poeta griego Hesíodo en su obra "Teogonía", allá por el año 700 a.C., cómo el titán Prometeo, en su afán benefactor hacia la humanidad, robó el fuego sagrado de Zeus y lo transportó en el carro alado de Helios hasta la tierra escondido en una cañaheja prendida, ardiendo en su interior oculta lentamente. La historia venía de un poco más atrás, ya que precisamente Zeus había negado al hombre el fuego como castigo a otro engaño previo del mismo Prometeo, quien había sacrificado un buey partiéndolo en dos, dándole a elegir entre la parte con la piel y los huesos pero oculta bajo jugosa grasa, y dejando la carne en la otra mitad.

Plantas de cada día; la hierba del traidor (Nonea vesicaria)

   El género que hoy nos ocupa tiene un nombre de lo más bonito; Nonea. En principio el nombre de esta boraginácea es atribuido a la memoria del médico y botánico alemán Johann Philipp Nonne, aunque según otras fuentes cercanas a Dioscórides podría habérselo dado por un nombre obsoleto alternativo al género Anchusa.

   Sea como fuere, este género tan común como desconocido abarca cerca de 35 especies, todas ellas especialistas en las duras condiciones que ofrece el clima mediterráneo. Tienen su origen y máximo apogeo en la zona más oriental de la cuenca mediterránea, aunque no por ello deja de estar presente con al menos cinco especies en la península ibérica. 

   La Nonea vesicaria (vergonzosa, lanuda blanca, o hierba del traidor) es una preciosa herbácea anual de entre 10 y 40 cm de longitud, relativamente abundante del centro, sur y este de la península. El nombre de lanuda blanca le viene sin duda debido a la abundancia de pequeños pelillos que la cubren por completo dándole un aspecto algodonoso, mientras que los otros dos (vergonzosa o hierba del traidor) probablemente le vengan debidos a que los pétalos apenas son mayores que el cáliz que las cubre y dan la impresión de estar "escondidos". El epíteto "vesicaria" proviene probablemente de una posible antigua aplicación médica para casos de infecciones urinarias, o símplemente al aspecto hinchado de dicho cáliz durante la floración, que se asemeja en forma a una vejiga.

   La encontraremos normalmente en el borde de un camino o en las márgenes de los cultivos, en suelos desde la costa y hasta los mil metros, tanto ácidos como básicos aunque preferiblemente con cierta presencia de nitrógeno. 

   Podrá desarrollarse en uno o varios tallos rectos aunque poco ramificados, pero siempre cubiertos de dos tipos de indumento; uno basado en pelos largos, de hasta 0.8 mm de longitud, y otros más cortos y glandulares. Sus hojas serán enteras o insinuadamente dentadas, siendo las caulinares inferiores algo más estrechas en su base y espatuladas. Las superiores resultarán más oblongas y agudas, además de sentadas. Las flores (actinomorfas, asimétricas) aparecerán tempranas entre los meses de febrero a mayo, y se agruparán en inflorescencias cimosas.

   Una cima es un tipo de inflorescencia en la que la flor terminal del eje es la primera en abrirse, mientras que las demás se desarrollan lateralmente. En estas inflorescencias el eje principal termina en una flor, por lo que deja de crecer, pero algo más abajo del mismo se desarrollan yemas que darán nuevas flores y que, en ese momento, dejarán también de crecer.

   El cáliz quedará dividido y con un aspecto cilíndrico, dando un aspecto vejigoso y peludo. La corola será de un color violeta oscuro o amarillento, que apenas se mostrará debido a la longitud del cáliz. Las núculas o frutos secos, dispuestas bajo las hojas, tienen un aspecto peculiar y característico que ayudará a reconocer y conocer a este habitante tan curioso de cunetas y baldíos.

   Actualmente se está estudiando el potencial uso de sus semillas, al igual que en otras boragináceas, como nueva fuente de ácido γ-linolénico.

Plantas de cada día; la cañareja (Thapsia villosa)

   Seguro que más de una vez la hemos visto vegetando por suelos áridos, pobres en nitrógeno, muy soleados (no soporta la sombra) y secos, algo degradados. También al borde de caminos y claros de bosque de la zona occidental mediterránea, englobando con ello tanto el norte de África como la península ibérica y Francia. Es la cañareja o zumillo (Thapsia villosa); una herbácea perenne y ruderal bastante común que habita en todo tipo de suelos desde el nivel del mar y hasta los 1800 m.

Plantas de cada día; la cicuta (Conium maculatum)


   Hoy nos visita una planta con mucha historia, la cicuta o beleña (Conium maculatum). Aunque hoy la catalogamos de mala hierba, ya el propio Linneo, en su Hortus cliffortianus (1737) decía que tan solo el nombrarla infundía miedo en grandes y pequeños. No es para menos, sin duda es la más peligrosa de las umbelíferas, aunque quizá lo más soprendente sea el desconocimiento general de su existencia como elemento relativamente frecuente en bordes de camino o terrenos removidos a orillas de cualquier paseo.

Plantas de cada día; la Erophila verna (Pan y quesillo)


   El pan y quesillo o yerbecilla temprana (Erophila verna) es una pequeña herbácea anual con un marcado carácter ruderal y arvense, que aunque en nuestros habituales paseos pase inadvertida, ella está ahí presente en lugares tales como eriales, bordes de camino, muros de piedra, claros de matorral o ribazos de toda Europa y parte de Asia. Si nos agachamos y fijamos bien la vista a nuestros pies, quizá podamos verla discreta por su temprana y bonita floración, que suele comenzar con el final del invierno en esos primeros días francamente primaverales cuando aún las últimas nieves no han terminado de recogerse, para extenderse largamente hasta el mes de julio. Su carácter rústico le ha llevado, seguramente ayudada de la involuntaria mano del hombre, a cruzar océanos y naturalizarse también en los enclaves más cálidos de Norteamérica y el continente australiano.

Hay que mirarse detenidamente a los pies para que no le pase a uno inadvertida...
   Si os acordáis, su historia es muy similar a la de la Cardaria draba, y no es casualidad ya que ambas resultan pertenecer a la enorme familia de las crucíferas. ¡Incluso con anterioridad se le vino a denominar Draba verna debido a su alto grado de polimorfismo intraespecífico!

   Aunque no llega al caracter invasor ni a considerarse una plaga como la draba, tiene costumbres y querencias similares; como aquella, vive a pleno sol, en suelos normalmente esqueléticos y secos (es indicadora de sequedad). Sin embargo, soportará casi todo tipo de suelos, tanto ácidos como básicos, y podrá estar presente en localizaciones de carácter más umbrófilo y prácticamente a cualquier altura; desde una arenosa duna casi al nivel del mar, hasta altas montañas que superen los 2000 metros.



Detallada lámina (y excepcional trabajo como siempre) de la Flora Ibérica (vía)

   Normalmente rondará los 15 centímetros de altura (aunque podrá variar enormemente, pudiéndose encontrar ejemplares de entre 3 y 30 centímetros), y tendrá una presencia efímera, completando su ciclo vital rápidamente. Se cree que su mayor o menor desarrollo podría estar ligado a la disponibilidad de agua en el entorno, y siempre condicionado por la brevedad de su ciclo de vida.


   Su sistema radical estará poco desarrollado, y sus hojas se dispondrán en rosetas, con forma espatulada y más o menos lanceloadas, normalmente con terminación apuntada. También serán pubescentes, con patentes pelillos tanto estrellados como simples, y su margen será insinuadamente dentado, marchitándose sin embargo incluso antes de que los frutos lleguen a madurar. Sus pequeñas y blancas flores (de unos 3 mm de diámetro) se caracterizarán por tener los pétalos profusamente divididos en dos lóbulos, y estar dispuestas en largos tallos florales que se ramificarán terminalmente dando lugar a numerosos racimos, de entre 3 y 17 flores.
   El fruto tendrá forma de silícula plana, elíptico-apuntada, que llegará hasta el centímetro de largo por unos 3 mm de ancho, guardando con recelo unas 50 semillas en su interior. Conforme vaya dispersando su preciada carga, la vaina verde tornará a un marrón algo traslúcido que a menudo permanecerá en la planta.
   Como curiosidad, y al estar siempre presente en suelos poco nitrogenados, resulta ser un buen indicador en parques y jardines, marcando un buen momento para proceder a la enmienda orgánica.

(vía)

   Sus hojas tienen propiedades medicinales, entre las que se destacan su carácter astringente y vulnerario, utilizadas en forma de infusión para heridas leves o pequeñas quemaduras y rozaduras. Además ha sido utilizada como como tratamiento para infecciones dermatológicas tales como el panadizo.


La Rosa de Siria (Hibiscus syriacus)


   Estoy seguro de que más de una vez la hemos visto en algún jardín, y es que la Rosa de Siria, Altea o Flor de Sharon (Hibiscus syriacus), con sus grandes y llamativas flores, está comenzando a ser una planta muy utilizada en jardinería. Este arbusto caducifolio puede llegar a tener hasta varios metros de altura, pudiendo dar lugar a través de la poda dirigida a árboles de pequeña pero vistosa copa, dando color y variedad a las típicas alineaciones de calles estrechas.

   Como su nombre indica, esta integrante de la gran familia malvaceae tiene su origen en el este y sur del continente asiático, y aunque admite casi todo tipo de suelos (incluidos los calizos o levemente salinos), aguantando además el frío y heladas leves, siempre preferirá exposiciones a pleno sol y suelos nunca encharcados. Es bastante frugal, aunque una correcta fertilización asegurará un follaje más lustroso y una mayor floración.

   Sus hojas son pecioladas, caducas, alternas, tosca e irregularmente dentadas, con una forma piramidal trilobulada que marca claramente los nervios radiales que nacen desde el mismo peciolo foliar. Tienen un tamaño considerable, entre cinco y siete centímetros, siendo además tomentosilla por el envés debido a sus característicos pelillos estrellados.

   Su tronco tiene un característico color gris plateado, y tenderá a un porte ramoso que habrá que ir dirigiendo a través de las podas oportunas. Es una planta que puede llegar a tener grandes dimensiones, por lo que habrá que tenerlo en cuenta a la hora de planificar el lugar de plantación. Tiene además cierto carácter invasor, por lo que no está de más controlar su libre propagación.

   Aunque en climas cálidos puede verse en floración durante todo el año, por norma general sus flores aparecerán desde finales de verano hasta bien entrado el otoño, y se producirá en los brotes que hayan crecido en ese año. Es por ello que se recomiendan podas fuertes anuales a finales del periodo invernal y tras las heladas, siempre manteniendo una estructura principal básica, para así fomentar el rebrote y tener una abundante floración llegado el verano.

   El color de sus flores es variable, siendo el color violeta y rosado los más comunes, aunque en mezcla con blancos y también rojos en su parte más interna. Se han cultivado también variedades menos comunes de colores malvas y azulados. Se presentarán solitarias o por parejas, y su gran tamaño (que llegará hasta los diez centímetros de longitud en algunos casos) vendrá dada en función de sus grandes pétalos, de entre cuatro y siete centímetros. Son característicos también sus grandes estambres amarillos o blancos y la forma de trompeta que le confieren a la flor en su globalidad.

   Su efímera floración (apenas dura un día, aunque lo compensa con una alta tasa de renovación) dará lugar a unos frutos con forma de peludas cápsulas parduzco-amarillentas. Se reproduce fácilmente, tanto por semillas como por esquejes.

   Como curiosidad, cabe señalar que es la flor nacional de Corea del Sur, donde se la denomina mugunghwa, que viene a significar "eternidad" o "inagotable abundancia". La historia y las costumbres de dicho país van ligadas la una a la otra, hasta el punto de que el antiguo Reino de Silla se denominó a sí mismo País del Mugunghwa, e incluso ya en la antigua China se referían a Corea como el "país de hombres y nobles donde florece el mugunghwa". Esta flor omnipresente tiene también un lugar privilegiado en su himno nacional, donde desde poco después de la liberación del régimen colonial japonés en 1945, en actos públicos y escuelas puede oírse recitar “Mugunghwa samcheolli hwaryeo gangsan”, que viene a decir ”Mugunghwa, país de miles de millas de hermosas montañas y ríos”.

   Sus hojas también han sido usadas allí como infusión a modo de té, y sus comestibles flores son sin duda un elemento común en su gastronomía. La planta se dió a conocer en Europa en el siglo XVI, y desde entonces se han generado multitud de variedades distintas. Su uso ornamental ha ido incluso algo más allá de la propia jardinería hacia el ámbito ornamental interior, al ser también considerada como flor de corte, pudiendo incluso hasta brotar efímeramente la rama cortada y colocada ya en un jarrón, dando lugar a nuevas flores.

El Hibiscus syriacus, siempre ligado a la cultura e identidad sur coreana (vías 1, 2, 3, - 4 - 5, 6 y 7)

   En su contra se han esgrimido argumentos tales como que requieren muchos cuidados por la multitud de enfermedades que conllevan,  como la roya, oidio, o podredumbre, además de numerosas plagas como la araña roja, mosca blanca, o la proliferación de pulgones. En realidad, si mantenemos la planta en su calidad de estación (a pleno sol, evitando suelos encharcados o compactos, lejos de vientos y fuertes heladas), y realizando una poda adecuada en el mes de febrero, no deberíamos tener mayor problema.

   También se le ha tachado de atraer multitud de hormigas, aunque esta no sea una plaga en sí misma, sino una consecuencia directa de la presencia de los pulgones, a los que visitan para alimentarse de la melaza que generan.

   Otro célebre integrante del género Hibiscus es el Hibiscus rosa-sinensis o Rosa china, con hojas mucho más ovaladas y flor característica de un color rojo vivo. A diferencia de la anterior, no resiste las heladas de cierta intensidad.


Hibiscus rosa-sinensis o Rosa de China (vía)

Plantas de cada día; el renículo (Adonis microcarpa)


   La herbácea que hoy os presentamos tiene mucha historia recorrida, tanta que su género (de apenas seis especies peninsulares) tiene por nombre el del dios griego de la vegetación y la floresta...

   Y es que en la Antigua Grecia se dio el hecho de que, fruto del incesto entre Mirra y su padre Cíniras, nació Adonis, un muchacho de tal belleza, que a toda aquella que osara solo mirarle robaba el corazón sin remedio. Esta fué la razón y no otra por la que la mismísima Afrodita quedó hechizada y decidió abandonar el Olimpo, para conseguir arrebatar al chico de las Náyades que le custodiaban...

Nacimiento de Adonis, del tronco de un árbol en el que su madre Mirra
se transformó intentando evitar el incesto. Guillaume T. de Villenave (vía) 

   Para ocultarlo en su huida, Afrodita le escondió en un cofre y se lo entregó a Perséfone para que lo guardara en el inframundo, pero esta última al abrir el cofre quedó igualmente prendada de Adonis, por lo que se negó a devolver el cofre con su preciado contenido.

   La feroz disputa que consecuentemente sucedió entre ambas diosas quedó finalmente resuelta por Zeus, que decidió que Adonis pasara cuatro meses con Afrodita, los cuatro siguientes con Perséfone, y los otros cuatro con la que él eligiera entre ambas.

Perséfone y Sísifo, en su viaje por el inframundo,
pintadas en un ánfora ática (530 a. C.) (vía)
  Finalmente Adonis se decantó por afrodita, lo cual tuvo nefastas consecuencias para él. Los dioses son caprichosos y tienen muchos enemigos, por lo que tener tal relación con uno, y no ser inmortal, no podía traer nada bueno.

Adonis retenido por Afrodita-Venus antes de su encuentro con el jabalí.
Francois Lemoyne, "Afrodita y Adonis" (vía)


   No se sabe a ciencia cierta si fué por mandato de Artemisia como represalia por la muerte de Hipólito, o por los celos del mismísimo Ares que era también secreto amante de Afrodita, pero el hecho es que una tarde que Adonis salió de caza, fué destrozado salvajemente por los colmillos de un misterioso jabalí.

"La muerte de Adonis", de Eugenio Álvarez Dumont (vía)
   Al oir sus gritos, Afrodita corrió descalza por el bosque lo más rápido que pudo en su auxilio, pero no pudo evitar finalmente el fatal desenlace. Cuando llegó, solo pudo ver cómo de cada gota de sangre que brotaba de su cuerpo ya muerto nacía una flor roja llamada anémona. La leyenda también cuenta que, en su frenética carrera para socorrer a su amante, Afrodita se hirió sus tobillos con las zarzas de tal manera que su sangre formaba regueros de los que brotaban flores, a las que se vino en llamar Adonis.

"El despertar de Adonis", en una reinterpretación de John William Waterhouse (vía)
Obsérvese las flores rojas que les acompañan...

   Lo cierto es que su leyenda guarda muchos símiles con la del dios Osiris de Egipto, por lo que no se descarta una posible adaptación entre ambos mitos. El propio Luciano de Samósata ponía en tela de juicio si las celebraciones anuales en el río Adonis, actual Nahr Ibraim en Siria, en el que anualmente se teñían sus aguas de rojo por sus especiales depósitos sedimentarios, eran en honor de uno u otro.

El historiador griego de origen sirio
Luciano de Samósata (125-180 d.C.) (vía)
   Tras su muerte, Adonis fué divinizado para el culto femenino, portando en sí mismo el simbolismo del consuelo ante la belleza efímera, la vida floreciente que es abatida por la vejez y la muerte, así como la primavera que sucumbe ante el invierno. En los templos a él dedicados, las mujeres se sentaban en la puerta y lloraban, sembrando al llegar la primavera en tejados planos así como en cuencos de barro los llamados "jardines de Adonis", en los que plantaban hinojo, lechuga, trigo y cebada entre otras hierbas de crecimiento rápido, que tras un corto periodo de apogeo terminaban por marchitar prontamente.

"The gardens of Adonis", de John Reinhard Weguelin (vía)
Portando los jardines de Adonis en sus manos, las mujeres
daban rienda suelta a su alegría por la llegada de la primavera.


   En concreto, el renículo o adonis negro (Adonis microcarpa) es una hierba anual que suele medir entre 10 y 25 centímetros, con hojas muy segmentadas (pinnadas), glabras y normalmente ramificadas desde su base, algo más pilosa. Las flores aparecerán por el mes de abril y hasta junio, terminales y solitarias, con 5-8 sépalos pilosos, glandulares y caducos que medirán dos terceras partes de los pétalos. Dichos pétalos se dispondrán en un número que variará entre 5 a 20 tendrán un color amarillo limón brillante (aunque también pueden darse colores más rojizos) pudiendo estar además levemente manchados de un color oscuro en su base. Destacarán en ellas unas anteras negro-violetas muy patentes.


Obsérvese sus hojas, muy segmentadas
 
   El rugoso fruto será una característica fundamental para su determinación, y constará de un poliaquenio denso, alargado y picudo en su parte superior, con aquenios rectos de unos tres milímetros aproximadamente, de dientes obtusos, ascendentes y poco desarrollados, con pico corto y a menudo algo más negruzcos. No en vano, el epíteto latino "microcarpa", dado por Augustin Pyrame de Candolle en 1817, significa "pequeño fruto".


Véase el tamaño de los sépalos en comparación con los pétalos, así como el picudo poliaquenio
    Aparecerá mayormente en pastizales, baldíos, cultivos de secano y tierras removidas de la región más mediterránea de la península ibérica, además de la costa atlántica marroquí, prefiriendo suelos básicos, aunque no sea este un factor limitante. También se ha naturalizado en el sudoeste de Australia, donde se le denomina "ojo de faisán" (Pheasant's eye).


   Su semilla puede resultar tóxica al ser consumida por el ganado en grandes concentraciones.

   Es una especie autóctona que, debido a la especial forma y color de sus hojas, su resistencia a la sequía, así como por la incuestionable belleza de su floración, ha venido siendo seleccionada y cultivada en invernaderos para su plantación en parques y jardines.

Las hojas del A. microcarpa son glabras, aunque ligeramente tomentosillas en su zona basal

   Como especies similares encontramos, descartando el resto de ranunculáceas, las distintas especies del género Adonis, dentro del cual las especies A. vernalis y A. pyrenaica resultan ser vivaces. El resto de especies, entre las que encontramos el A. microcarpa, son todas anuales. De entre ellas, A. aestivalis se caracterizará por sus pétalos rojizos o amarillo limón siempre manchados por una patente mancha negro púrpura en su base. Tendrá además aquenios con la giba en su parte media, lejos del pico.

Adonis flammea (vía 1), Adonis Annua (vía 2),
Adonis aestivalis (vía 3)A. vernalis (vía 4) y A. pyrenaica (vía 5)


    A. flammea tendrá pétalos algo más estrechos, a menudo desiguales, de un color rojo escarlata, y sus sépalos serán la mitad de largos que los pétalos, además de tener un aquenio con el pico erecto y giba muy pronunciada. Por el contrario, A. annua, aunque de similar color, estará habitualmente manchada en su base de negro o amarillo y tendrá las hojas pubescentes. Además, sus aquenios tendrán su parte superior más plana, o al menos poco curvada. 

Comparación entre las pubescentes hojas del A. annua, y las glabras del A. microcarpa (vía)

Detalles morfológicos de Adonis microcarpa (vía)

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