Plantas de cada día; el jaguarzo (Cistus albidus)


   Con fijarse un poco por donde uno anda, puede sorprenderse con cosas maravillosas. No hace mucho encontré al dar un paseo una de mis favoritas en un jardín; el jaguarzo o jara blanca (Cistus albidus). Acostumbrado a verla por el monte, es bonito ver que la gente se da cuenta de la belleza que tienen las especies que no son tan típicas.

   La etimología de su nombre viene del latín clásico, en el que el epíteto albidus viene a definir el aspecto blanquecino de sus hojas, densamente tomentosas en base a pequeños pelitos que evitan que haya un exceso de evapotranspiración además de ser una barrera natural contra el ataque de los insectos. Son dichas hojas además algo ásperas y de forma ovalada, opuestas, de margen levemente revoluto, y con tres nervios muy marcados. En cambio, el nombre vulgar de "Jara" deriva del término árabe "Xara", que significa "matorral".
   Es una planta perennifolia típicamente mediterránea, que acepta todo tipo de suelos (mientras no estén encharcados), aunque prefiere los calizos. Como buena jara tiene un porte arbustivo que alcanza y sobrepasa el metro y medio, y prefiere exposiciones a plena luz, y climas secos. También aguanta heladas leves, y se hace un elemento a tener en cuenta como tapizante de cunetas y altas pendientes.
  
   Aunque hasta hace poco no ha sido muy usada, es una planta estupenda para la jardinería, tanto para rocallas como arbusto ornamental, o formando manchas y setos de porte natural adornando caminos, y no solo por su rusticidad, sino que además tiene una abundante floración entre los meses de mayo y junio. Las terminales y solitarias flores, que recuerdan a las rosas con cinco característicos pétalos rosados aunque con llamativos estambres amarillos, son efímeras (duran apenas un día), pero la planta renueva su floración de una manera casi contínua durante casi dos meses.

   Las hojas de esta planta aromática, bien conocida en el norte de África, ha venido siendo usada por la comunidad árabe para hacer un tipo de té especialmente digestivo que además alivia el dolor de estómago y de cabeza, y tiene propiedades aperitivas (abre el apetito). También dicha infusión resulta cicatrizante y  desinfectante, y así tradicionalmente se ha usado para aliviar inflamaciones y lavar úlceras y heridas. Antiguamente tanto la infusión de sus flores como el ládano extraido de la planta (resina pegajosa que produce de forma natural, de un olor intenso) también se usaban como jarabe para la tos, y en algunas zonas del Levante español han sido además utilizadas como un sustitutivo del tabaco en épocas de carestía. También sus hojas se han empleado como estropajo, para la limpieza en el monte de los utensilios de cocina.




   Se considera oportuna la poda primaveral de ramas más viejas, para que brote con más fuerza. No acepta bien los trasplantes, aunque puede multiplicarse tanto por semillas en otoño como por esquejes en verano, y su propagación es especialmente abundante en terrenos recientemente incendiados (característica compartida para la mayoría de las jaras, que resultan ser pirófitas), ya que sus semillas, además de comestibles, resisten francamente bien el fuego.

4 comentarios:

  1. He de reconocer que esta plantucha también me encanta, y la idea de usar plantas autóctonas en los jardines no me puede parecer mejor.

    Hay plantas estupendas, super bonicas y que no les hacemos todo el caso que se merecen.

    ah! qué interesante todas sus propiedades!

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  2. Sí, esta planta! Tengo varias localizadas.
    Cómo me gusta esta sección! :)

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  3. Los hispanos latinos le llamaron "STIPPA" y la evolución fonética del latín al castellano generó "ESTEPA", nombre por el que se le conoce en nuestro idioma.

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    1. ¡Anda, qué curioso! Como los espartos por aquí. ¡Muchas gracias por tu aportación!

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