Luciérnagas II



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    Ya lo vimos en nuestro anterior post, es un insecto tan popular como desconocido. Parece un gusanito aislado vagando por el mundo, y resulta que por conocer se conocen más de 2.000 especies distintas de lampíridos. E incluso yendo un poco más allá, resulta que son unos insectos que todavía tienen mucho que ofrecer. Sin ir más lejos, en el 2008 se ha descrito en Portugal una nueva especie, la Lampyris iberica, que más que probablemente tenga presencia en nuestro país, por lo que habría que revisar las numerosas citas de entre otras la más común Lampyris noctiluca, ya que todas las especies de luciérnagas resultan ser relativamente parecidas y tener comportamientos similares. Citaremos a continuación una breve reseña de las más comunes:

 


Larva, hembra y macho de Nyctophila reichii
(Vía fotografías 1, 2 y 3)
  
    La larva de la luciérnaga mediterránea (Nyctophila reichii) es característica por su color rosado veteado en negro ventral, que se advierte incluso en su parte dorsal, más negruzca. Como todas las larvas gusta de ambientes húmedos, y su tamaño puede variar hasta los tres centímetros propios de una hembra adulta. Dichas hembras serán de un color amarillo pajizo, melado, con tonos rosados bajo la cabeza y cara ventral, y siempre mayores que los machos. Tiene además dos pequeñas alas vestigiales de color marrón, aunque no pueden volar por lo que su movilidad es muy reducida.

   El macho en cambio tendrá élitros de color marrón claro bordeados (lo que les diferenciará de los Lampyris), teniendo además en su parte inferior una característica mancha rojiza. Brillan por medio de unos puntitos de luz cuando son molestados (por ejemplo, cuando se les coge), y el tamaño relativo de sus ojos respecto al cuerpo es muy grande, para poder localizar así a las hembras.

   Se ha constatado su presencia en casi toda la península, siendo menos frecuente en el tercio norte occidental.


Larva, hembra y macho de Lampyris noctiluca (Vía 1, 2 y 3)


    Tanto en el caso de la luciérnaga europea (Lampyris noctiluca), como en el de la luciérnaga ibérica (Lampyris iberica) y Lampyris raymondi, la larva sólo puede diferenciarse a nivel de género, siendo esta grisácea con manchas rosaceo-anaranjadas en los vértices laterales de sus segmentos. La parte ventral suele ser blancuzco-amarillenta, aunque raramente también puede tener algún tono rosado. Brillan durante varios segundos de duración y con intervalos de decenas de segundos en oscuridad.

   La luciérnaga ibérica hembra tiene una mancha rojiza en los laterales de la parte posterior de su cabeza (pronoto), y la coloración de segmentos abdominales resulta ser más clara que la de la hembra de luciérnaga europea. Estas últimas son de tono más oscuro y carecen de los puntos rojos en el pronoto así como de alas.
  

Lampyris iberica hembra (izquierda, véase su órgano luminiscente) y macho (derecha)
 

Lampyris raymondi macho (izquierda) y hembra (derecha)
    Los machos de la luciérnaga ibérica tienen dos puntitos blancos en la parte posterior del pronoto. Los élitros son de tono tostado, con un margen de coloración más clara. El aspecto general de la luciérnaga europea es oscuro, negruzco mate; apenas se distingue el margen de los élitros. Y la luciérnaga Lampyris raymondi tiene una coloración más clara y brillante que la luciérnaga europea (tonos tostados en los élitros y márgenes más claros).


   La distribución global de las tres especies se centra en la mitad norte de la península.


   Otras especies ya algo menos representativas pueden ser la luciérnaga de las Baleares (Nyctophila heydeni), o las luciérnagas con "gafas" (Lamprohiza mulsanti, L. paulinoi). También se ha encontrado presencia puntual de la luciérnaga longicorne (Phosphaenus hemipterus), Phosphaenopterus metzneri, o Luciola lusitanica. Si quieres saber más, visita aquí esta completísima página de José Ramón Guzmán Álvarez, entre otros, que resulta un referente en el tema de las luciérnagas ibéricas. Aporta además unas siempre agradecidas tablas de identificación.





Macho de luciérnaga mediterránea (vía)
 
   Parece a priori que el descenso de la población de luciérnagas es algo que todos tenemos claro. No hablamos ya de esas luciérnagas tropicales de Brasil que dan masivos espectáculos nocturnos llenos de color (que también), sino cada uno en nuestro pueblito; con cualquiera que hables, te comentará que antes sí que había muchas, pero que ya hace tiempo que no las ven en las noches de verano.




   En realidad parece que esta sensación que tenemos todos es en parte cierta y en parte no. Una de las causas más manejadas para no ver luciérnagas es el hecho de no conocerlas, y sobre todo el hecho de que la gente, al crecer, ya no visita tanto los ambientes rurales donde las veían cuando eran más jóvenes. Y tampoco se encuentra tiempo ni curiosidad para ir en su busca. ¿Hace cuanto que no sales a andar despreocupadamente por el campo entre el crepúsculo y la noche, entre los meses de mayo y agosto, sin linternas y observando simplemente por el placer de observar, a las orillas de un río, en un prado o entre las huertas?


Larva de Lampyris sp. cazando una babosa (vía)
  
   Pero sí, es cierto que incluso los que sí lo hacen, constatan que hay una menor presencia de luciérnagas en nuestros campos. Y las razones son tan variadas como nombres tiene el pobre bicho. Quizá la razón sobre la que giran todas es el cambio del paisaje agrícola en los últimos años. El abandono de las zonas rurales y con ellos de huertas y pastos montanos hacen que prolifere el matorral y el arbolado, y eso no le es favorable a una especie que se alimenta básicamente de caracoles y babosas, en lugares húmedos y cultivos. El abuso de insecticidas y herbicidas está causando estragos no ya en las luciérnagas sino en toda la población de invertebrados, y fuera del medio rural, las huertas y jardines que aún persisten suelen estar rodeadas de calles de hormigón y asfalto. La imagen de una población rodeada de huertas en las afueras, se ha sustituido por una ciudad rodeada de chalets y nuevas urbanizaciones.
  


Macho y hembra de luciérnaga mediterránea
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     Las calles y carreteras asfaltadas resultan ser barreras infranqueables tanto para los caracoles como para las larvas de luciérnaga. Y por si fuera poco, la contaminación lumínica de nuestras casas y calles desconciertan y atraen a los machos, que nunca llegarán a reproducirse, aislando poblaciones de luciérnagas próximas unas de otras.

   Muchas grandes razones contra un pequeño insecto que se afana por alegrarnos las noches de verano. De ser un agradable compañero, se ha convertido en un bioindicador de la calidad de las condiciones de un huerto. Así que si puedes ver luciérnagas cerca tuya... siéntete orgulloso, porque un huerto con luciérnagas puede ser igual de productivo o más que otro contaminado e inundado de pesticidas, y desde luego mucho más saludable y respetuoso con el medio ambiente.
 

Lampyris noctiluca (vía)
 



   Parece obvio que, para encontrar luciérnagas, tenemos que buscar un lugar donde se ubique también su fuente de alimento; el caracol y la babosa. Teniendo en cuenta esto, buscaremos su presencia en sitios algo húmedos, tales como muros de huertas, jardines, y plantas cercanas a acequias y cursos o puntos de agua. También en vaguadas, riberas, junto a cultivos de regadío o que guarden cierta humedad, así como en pastizales no muy extensos o praderas de diente. No es extraño encontrarlas junto a caminos y ribazos que crucen tierras de cultivo. Prefieren paisajes en mosaico, que varíen bosquetes, matorral o setos, con claros abiertos. Nunca los busques en las cercanías de lugares con una excesiva iluminación nocturna, o en territorios aislados por calles y carreteras.

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   Son querenciosas, así que si un año las encontraste en un lugar, es posible que vuelvas a encontrarlas allí al año siguiente.

   Un último consejo es que no pierdas la fe; es posible que cuando busques no encuentres, y cuando no las busques las halles, pero ten por seguro que aparecerán si sales en la época adecuada (paseando una noche clara tras un día de lluvia, a finales de primavera o de verano y encendiendo la linterna lo menos posible) y eres paciente. Recuerda que no son frecuentes, pero tampoco son raras.



   Y si finalmente consigues un avistamiento... ¡comparte tu alegría! Cualquier colaboración para el estudio poblacional de estos insectos será bienvenida en el correo gusanosdeluz@gusanosdeluz.es
 

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Luciérnagas I



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Lampyris noctiluca; macho (izq),
hembra (dcha) y larva (abajo).  Vía.
   El hecho de que la cantidad de nombres que tenga este insecto sea un índice usado para ver la riqueza del vocabulario de una lengua, al pobre bicho le debe dar un poco igual. Pero desde luego es un hecho cierto que da a entender que estamos ante uno de los insectos más populares (y por ello con más nombres comunes que se pueda encontrar, tanto en nuestro idioma como en cualquier otro). Nombres como "gusano de luz", "bichitos de luz", "luceros", "cocuyos", "linternas", o "candiles", no son sino unos pocos de las numerosas palabras que tiene guardadas nuestra lengua para estos pequeños coleópteros.

   El término más común, el de "luciérnaga" parece derivar de la palabra latina "lucerna", que significa "candil", aunque también podría derivar de su diminutivo "lucernula", o "lamparita".



    Sorprende que un animal tan popular en nuestro país sea a la vez tan desconocido, y no solo para aficionados, sino también para la ciencia... así que vamos a intentar conocer un poco más de estos adorables vecinos. Quizá leer sobre ellas no tenga parangón con la emoción de descubrir una, y esa sensación de estar ante algo excepcional que hay que compartir inmediatamente con el que está al lado... pero por algo se empieza, y descubrir cómo son más allá de cuentos y poesías, es también un buen comienzo.


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Dimorfismo entre macho y hembra (vía)
     Si nos fijamos en la especie más frecuente en nuestras latitudes, la Lampyris noctiluca, lo primero que llama la atención es su marcado dimorfismo sexual. Si tu idea de luciérnaga es un gusano que emite luz bajo su abdomen, estás hablando de la hembra. Su cuerpo alargado, segmentado y de color negro, resulta que no tiene alas por lo que su movilidad será muy reducida. Los machos, sin embargo, parecen insectos totalmente diferentes; más pequeños, alados, con ojos bien desarrollados que le ayudarán a detectar a las hembras, que a su vez estarán llamando su atención gracias a su bioluminiscencia. También los machos voladores parpadean en su búsqueda amorosa, aunque su brillo es algo menor en intensidad. 

  

Lampyris noctiluca; macho, hembra y larva
(vías 1, 2 y 3)
     Tanto los machos como las hembras tienen una vida efímera, apenas una semana de vida, en la que vivirán única y exclusivamente de sus reservas ya que no se alimentarán. Al contrario que los adultos, podremos ver a las larvas en cualquier estación durante sus dos años de desarrollo, a excepción de las latitudes más frías, donde las larvas podrán hibernar. También las larvas pueden producir una más discreta bioluminiscencia durante unos segundos, normalmente cuando se sienten en peligro y como medida defensiva. Un aviso visible a más de quince metros para los predadores, ya que resultan ser bastante indigestas y tanto las aves insectívoras como el resto de animales suelen ignorarlas. Al igual que la hembra, las larvas tendrán un color oscuro, aunque ligeramente punteado en los extremos de sus segmentos.

    Cada especie tiene sus patrones y pautas para emitir luz. Así, otro género también presente en la Península Ibérica, el género Luciola, se caracteriza porque sus especies emiten luz de forma intermitente y no fija, alternante entre machos y hembras en lo que bien pudiese ser una conversación entre ambos, y cuyos intervalos temporales entre preguntas y respuestas dependerán de las distintas especies. La pregunta del millón, el por qué pueden producir luz, tiene una respuesta química; la luciferina reacciona con oxígeno y ATP, desprendiendo la energía luminosa en combinación con la enzima catalizadora luciferasa. El resultado es una luz amarillenta o verdosa, que se ve aumentado gracias a unos cristales de ácido úrico, que actuarán como reflectores de la luz.


   Curiosamente es un proceso muy eficiente, ya que sólo el 2% de la energía consumida se  disipa en forma de calor, frente al 94% de una bombilla convencional, e incluso siempre inferior al de las bombillas de bajo consumo. El resultado es que la hembra siempre se mantendrá fría.
  


Pupa de luciérnaga semienterrada (vía)
 

   Si como en cada ciclo el principio es el final, nos fijaremos cómo entre los meses de junio y agosto las larvas, en su segundo año de vida, se convierten en pupa al amparo de un tronco o una piedra, a menudo en grupos para asegurar la futura cercanía de distintos individuos. A continuación emergerán los adultos, tanto las tempraneras hembras como los rezagados machos, siempre con un desfase aproximado de entre cuatro a seis días entre ellos.



   La hembra lucirá desde el atardecer y hasta después de media noche, en el suelo o subidas a piedras y ramas donde puedan ser más visibles para llamar la atención de un macho, escondiéndose entre las piedras durante el día. Lo normal es que tengan suerte y solo brillen durante una única noche, aunque las menos afortunadas (ya sea porque emergieron en un lugar o en un momento de escasa afluencia de machos volando a escasos centímetros del suelo) seguirán brillando hasta que se emparejen, momento tras el cual la hembra apagará su farolillo. Tras el apareamiento realizará una puesta de entre 50 a 150 huevos esféricos de aproximadamente 1 mm de diámetro. Dichos huevos podrán igualmente brillar de una forma apagada durante días, y al cabo de un mes eclosionarán las oscuras larvas, que al poco de salir se afanarán en buscar su primera presa a una velocidad de 5 metros cada hora. Afortunadamente sus presas, caracoles y babosas, no resultan ser mucho más rápidos.


Diferentes estadíos del ciclo de vida de una luciérnaga; Larva (4b), hembra (4a) y machos (3 y 4). (vía)
 


Luciérnaga hembra llamando la atención de los machos
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    Al llegar el periodo más frío (tanto del primer como de su segundo año de vida) las larvas tendrán la posibilidad de hibernar bajo troncos piedras u hojarasca, aunque en aquellos lugares en los que no se baje de los 4ºC nocturnos seguirán cazando caracoles y brillando durante las horas de oscuridad ya que, efectivamente, prefieren vagar en busca del rastro mucoso de sus víctimas así como cazarlas al amparo de la noche. Se da el hecho de que son más activas en los meses de abril y junio, pudiendo verse también fácilmente en las horas centrales del día. Esto podría ser debido a que la especie busca la dispersión y lugares óptimos para establecer nuevas colonias.

   Tan claro como eso; las tiernas luciérnagas resultan ser unos depredadores absolutamente especializados, que se alimentan de caracoles y babosas.
    

Larva de Lampyris noctiluca (via)
     Tras seguir el rastro de babas o símplemente encontrar a su presa, la larva se sube sobre ella y espera hasta encontrar el mejor momento de morderla y así inyectar un jugo que, además de paralizar completamente al desafortunado caracol, empieza a digerir y transformar los tejidos internos de este en una papilla a posteriori fácilmente absorvible por la luciérnaga.

   Así pues, nuestro gusanito de luz resulta ser un maravilloso aliado del hortelano, ya que durante su desarrollo, una larva puede llegar a comer la friolera de más de setenta caracoles.

Larva de luciérnaga mediterránea, Nyctophila reichii (vía)

   Ahora conocemos un poco más de ellas, pero quedan muchas preguntas por responder... ¿qué especies de luciérnaga hay en nuestros huertos? ¿Están realmente desapareciendo? ¿Cómo, cuándo y dónde podríamos buscar para encontrarlas? ¡No te pierdas nuestro próximo post, prometemos responder a todas esas preguntas y muchas más!

Si te has quedado con ganas de más....

Luciérnagas II:
  • Especies ibéricas más comunes.
  • ¿Están desapareciendo las luciérnagas?.
  • Dónde y cómo buscar luciernagas.

Contaminación en el hogar


 Cuando hablamos de la contaminación, pensamos en el tubo de escape de un coche, en un río sucio como el que más, en la capa de ozono... Pero, ¿qué tal anda tu casa? Porque resulta que el nivel de contaminación dentro de un hogar es estadísticamente superior al del exterior de aquel, ¿puedes creerlo? ¿cómo es esto posible? Por dar unas pistas, yo empezaría por revisar los "insustituibles" productos de limpieza e insecticidas que guardamos en el armario, ya que estos podrían tener mucha culpa del incremento tan espectacular que sufrimos en nuevos casos de alergia, irritaciones cutáneas y enfermedades respiratorias. Sin ir más lejos, todos los productos que usamos para la limpieza, y que tras usarlos tiramos felizmente por el desagüe, no solo afectarán a tu salud y a la de los tuyos, sino que terminan si nadie lo remedia contaminando suelos y acuíferos. Lo bueno de todo esto es que no es tarde para darse cuenta de que siempre existen alternativas, sólo hace falta echar un ojo a los tiempos de nuestros abuelos cuando no había una oferta tan amplia de productos químicos en el mercado.

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   Por ejemplo, antes que usar un ambientador, podemos usar una mezcla de hierbas aromáticas (en plantarteentuoasis ya te hemos enseñado muchas... ¡y más que te iremos enseñando!), o incluso estas mismas mezcladas con zumo de limón, que huele mucho mejor y es más natural. ¿Te atreves? ¡Pruébalo!

   Para la limpieza general de la casa sólo necesitarás agua y jabón. Todos nos acordamos del jabón natural que hacíamos pacientemente y que curiosamente resulta que sigue siendo el mejor, ¿verdad?

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   Olvídate de productos específicos para cada centímetro cuadrado de tu hogar. ¿Necesitas un desengrasante? deja a un lado complicados detergentes para casos extremos y usa a diario una solución de vinagre o limón, que además sirven para limpiar vidrios y cerámica.

   ¿Tu problema son los objetos de bronce? Déjalos a remojo durante una noche en vinagre. Verás qué bien se limpian al día siguiente.

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   ¿El horno se te resiste? Límpialo con agua bien caliente y agrega bicarbonato sódico, resfregando con cuidado con un estropajo. Además, el bicarbonato sódico te valdrá estupendamente para limpiar el baño. Y olvídate de la lejía como desinfectante, puedes utilizar media taza de bórax disuelto por cada 4 o 5 litros de agua.

   ¿Te irrita el olor a naftalina? No me extraña, porque está comprobado que resulta enormemente tóxica. Muy al contrario que las bolsitas con flores de lavanda, que huelen mucho mejor, y tienen similar efecto.


   Ay, pero llega el verano y con él los indeseables mosquitos. ¿Momento de sacar el spray y demás artillería química? ¡No! Es momento de disfrutar del agradable olor de tu albahaca, que además de ser estupenda para salsas y guisos, resulta ser un efectivo repelente natural de moscas y mosquitos.


   No es necesario que cierres las ventanas a cal y canto ni que pongas un aparato con sabe Dios qué en cada enchufe, también puedes instalar mosquiteras en tus ventanas, que además dejarán pasar el aire. Y si tienes la suerte de tener salamanquesas y alguna que otra araña por las paredes de tu casa, has de saber que son unos grandes aliados, solo oír su nombre y los mosquitos se echan a temblar. Por no hablar ya del bien que harán los pájaros insectívoros en tu jardín. ¿Te has propuesto poner alguna caja nido o comedero para atraerlos?


   Además, existen remedios caseros casi para cada situación. ¿Caracoles y babosas?, recuerda lo que ya vimos y coloca un recipiente con cerveza o mosto fermentado, o disminuye tu contaminación lumínica para fomentar la presencia de luciérnagas, que haberlas hailas y son sus depredadores naturales más aférrimos. ¿Hormigas?, el café no parece que les agrade mucho. ¿Horribles cucarachas?, mezcla harina, yeso, azúcar y bicarbonato de sodio.

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   Recuerda que sea cual sea tu problema, no has sido el primero en tenerlo y ya alguien encontró un remedio natural para hacerle frente sin necesidad de productos químicos que dañarían tanto tu salud como la del medio ambiente a medio y largo plazo. Es una cuestión de principios, que podemos ir haciendo poco a poco nuestra rutina.

El "fracking"



    Muchos como quien dice acabamos de conocerlo, y aunque el nombre nos despiste, en verdad que es una cosa muy seria: es un proceso productivo de total actualidad, y nos afecta más de lo que podríamos pensar. Vamos a ver si aclaramos dudas. ¿En qué consiste esto del “fracking” o “fracturación hidráulica horizontal” para la obtención de gases no convencionales? 

   En una extracción típica de gas natural, el procedimiento se basa en una perforación hasta la bolsa que reside en una roca porosa (normalmente a pocos cientos de metros bajo tierra) y que se comporta como una esponja.  Por diferencia de presión, al perforar dicha roca el gas natural asciende y es relativamente fácil de extraer.

   Cuando hablamos de gases no convencionales, nos referimos a gases de pizarra o gases de esquistos, que están atrapados intrínsecamente en dichas rocas en forma de micro burbujas a muchísima profundidad (¡hasta cinco mil metros!). Por lo que, para aprovechar dichos gases, es necesario llegar, y después romper la roca que lo contiene.

   El "fracking" no es sino una técnica para la extracción de dichos gases, a base de perforar e inyectar agua con arena y productos químicos (aunque también en menor medida espumas y gases) a muy alta presión para agrandar las fracturas ya existentes en el terreno. Una vez alcanzada la pizarra o el esquisto, se perfora horizontalmente  a lo largo de hasta tres kilómetros, fracturando la roca por medio de explosiones controladas y más inyecciones de toneladas de agua a presión con arena  y aditivos químicos, entre los que se encuentran bencenos, cianuros, xilenos y otras muchas sustancias cancerígenas y mutágenas. Una vez que el gas (o petróleo) es liberado, se separa del agua, arenas y demás productos, para su almacenamiento. 

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   Este modo de aprovechamiento no es nuevo ya que comenzó en la década de los 50, y ha estado tradicionalmente vinculado a pequeños aprovechamientos en Estados Unidos. En la actualidad se aplica en lugares donde anteriormente no han sido prospectados por no ser rentables, pero que con la subida del precio de los hidrocarburos hacen que su puesta en uso actualmente esté en alza.

   Pero, ¿y aquí en casa? Pues resulta que Europa no tiene una legislación específica que la regule (olé), y mientras unos países (como Bulgaria) la han prohibido tajantemente, en otros (como en España) reina el caos. En concreto, en unas comunidades autónomas está prohibido (Cantabria) y en otras se lavan las manos y pelillos a la mar (País Vasco o ambas castillas).








   A favor cuenta que no deja de ser un proceso productivo y rentable, que mueve la economía que no es poco, aunque su afección a nivel local es más bien escasa.

   En contra, juega la experiencia de muchos años en la mochila de los Estados Unidos. En primer lugar, la contaminación de los acuíferos con componentes químicos tóxicos, tanto directamente como por filtraciones durante la inyección o retorno. Así a priori puede parecer una exageración que exponen grupos ecologistas, pero no. Por ejemplo hay informes de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de EEUU que asocian directamente el fracking con la contaminación de las aguas en el estado de Wyoming. Por no hablar del riesgo de accidentes y fugas, que estadísticamente es increíblemente alto (¡de media retorna entre el 15 y el 80% del fluido con aditivos inyectado!). En segundo lugar, podemos hablar de la contaminación del aire con los gases hasta la ruptura retenidos en el subsuelo, que no sólo pueden ser tóxicos para el hombre, sino que además provocan el efecto invernadero. Por no hablar a nivel sísmico de lo peligroso que es la afección de fallas por medio de explosiones (como consecuencia suelen registrarse pequeños terremotos a nivel local), del impacto paisajístico, el impacto sonoro y visual, la enorme cantidad de agua que se consume en el proceso, o de la compleja gestión del agua residual contaminada.

   Para colmo de males encima no es un aprovechamiento sostenible en el tiempo, sino que no es sino una apuesta por una energía no renovable ni limpia, un recurso finito en el que la inversión para su extracción es bastante elevada fuera ya de las consecuencias ambientales que ya hemos expuesto, y cuya explotación no suele llegar más allá de cinco años.

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   No es algo ajeno por mucho que se trate de ocultar, está a la puerta de tu casa, así que cada uno saque sus conclusiones. Yo tengo claro que no merece la pena poner tanto en riesgo y condenar el futuro por un medio extractivo peligroso y no tan rentable. No estoy pensando en el empresario o político de turno que sacará su tajada del asunto, pienso en el ciudadano de a pie o el lugareño que vivirá allí cuando la maquinaria se haya ido, y que seguirá preguntándose si el agua que bebe o con la que riega su huertito tiene o no metales pesados o sustancias cancerígenas.


La importancia de las abejas y su actual decadencia




   Están aquí desde el Devónico, unos 400 millones de años antes que el primer humano empezase a escribir su historia y, aunque para muchos son solamente unos pequeños insectos que producen miel y que pueden resultar muy molestos por sus picaduras, realizan una labor importantísima: la polinización. En su contínuo ir y venir de flor a flor, recogen y dispersan el polen, convirtiéndose en un eslabón esencial en la producción de más del 70% de nuestras plantas.

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   Es curioso que no es hasta hace relativamente poco que nos hemos dado cuenta de la  importancia de estos insectos¿Sabías, por ejemplo, que el 40% de la fruta y la verdura que consumimos a diario y el 75% de la flora silvestre procede de la polinización que realizan las abejas? Interesante, ¿eh?. Si ya lo dijo Einstein: «cuando se muera la última abeja, cuatro años después, desaparecerá la especie humana». Como en tantos otros aspectos de su vida, nadie debió de tomarle muy en serio.




   Fue en el año 2005, cuando se empezó a investigar el "Síndrome de desaparición de las colmenas" (Colony Collapse Disorder, CCD) pero, a día de hoy, todavía se desconocen muchas de las causas de la disminución paulatina de las abejas de la miel (Apis mellifera). Existen viejos enemigos de las abejas, como la varroa, pero desde hace unos 10 años nos enfrentamos a una contínua desaparición de este importantísimo insecto que va más allá de los problemas conocidos hasta ahora. El CCD es una realidad, y empieza a preocupar no ya sólo a los científicos de todo el mundo, sino a los agricultores y apicultores, que ven con gran alarma cómo el número de individuos desciende año tras año. Parece que por fin se empiezan a dejar oír, y desde las altas esferas comienzan a tomarse tímidas medidas para focalizar e intentar frenar este retroceso. Ejemplo de ello es que hace poco más de un mes, en la Unión Europea se prohibió la comercialización de clotianidina, imidacloprid y tiametoxam, plaguicidas muy comunes de las compañías Bayer, Basf y Syngenta (un nombre muy premonitorio), por tener propiedades neurotóxicas para las abejas. Algo tan de cajón que asusta que se haya necesitado de tantas votaciones y tanto tiempo para su aprobación. Y no te creas, que ha salido adelante por la urgencia que supone, en ausencia de acuerdo por una mayoría cualificada entre los países. Si quieres ver más, haz click aquí para ver la noticia.

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   No en vano, los estudios arrojan como causa más probable del CCD la mano del hombre. Parece ser que la modificación de hábitats y la agricultura moderna, con su correspondiente aplicación de insecticidas de manera poco responsable, tienen además mucha culpa de los distintos trastornos en la nutrición y orientación de estos pequeños insectos. Pero no parece que la causa sea única, y cabría señalar otras muchas (como la contaminación del aire, el cambio climático, parásitos, hongos, campos electromagnéticos de los postes eléctricos…) que podrían ser también desencadenantes comunes de la decadencia a nivel mundial de la abeja de la miel.

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Pero, ¿y qué pasaría si desapareciesen las abejas? Pues la ciencia es tan grande que hasta para eso tiene respuesta. Tras estudios realizados por el Ingeniero Agrícola Salvador Sangregorio, tras aislar una población de manzanos de las abejas, se constató que el número de frutos madurados fue prácticamente nulo. En el caso de otros cultivos como peral, almendro o colza entre otros, la producción sufría un grave decaimiento de hasta el 40%. Alberto Castro (apicultor de Apitecnic) ha afirmado que "si no existieran polinizadores naturales como las abejas, no habría plantas, sin ellas no existirían los animales herbívoros y sin éstos, los carnívoros tampoco, por lo tanto al hombre le quedarían muy pocas posibilidades de sobrevivir sin estos insectos".



   Las consecuencias parecen claras.


Vía

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¿Os habéis quedado con ganas de más?, ¿no conocéis nuestros post sobre las abejas, su importancia, sus roles, etc?, ¡no os preocupéis porque aquí los tenéis!

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Madrid ya tiene su ROSA


 
Y que mejor mes para publicar este post que en Junio, el mes de la Rosa.

Ahí va el resultado del "57º Concurso Internacional de Rosas Nuevas Villa de Madrid" y del "XIII concurso popular Rosa de Madrid" 

Empecemos por los siguientes premios:

Certificado de mérito a tipo de rosa floribunda


Certificado de mérito a Rosal samentoso

 

Premio a la rosa más perfumada 


Que pena que a través de este post no podamos olerla.

Premio a la mejor variedad española 



Pasemos ahora al podium del "57º Concurso Internacional de Rosas Nuevas Villa de Madrid".

En tercer lugar con medalla de bronce tenemos a.....

MEDALLA DE BRONCE
en segundo lugar con medalla de plata...

MEDALLA DE PLATA


























y como ganadora indiscutible del 57º certamen Internacional de Rosas Nuevas Villa de Madrid recoge la medalla de oro nuestra rosa.....

MEDALLA DE ORO
Y terminemos con el premio más importante de todos: La "Rosa de Madrid" elegida por votación popular ha sido para...



(sinceramente me gusta mucho más la rosa elegida por votación popular. Creo que tenemos mejor criterio que los super entendidos, pero que no nos oigan los jueces del concurso internacional)

Enhorabuena a todas las premiadas y gracias al resto de participantes, sin vosotras este concurso no tendría sentido. También agradecer la participación del fantástico jurado popular, formado por todos vosotros, que un año más habéis elegido la "Rosa de Madrid". Y también dar las gracias al fotógrafo por el fantástico reportaje gráfico que nos ha hecho.

Nos vemos el año que viene en la próxima edición del concurso popular Rosa de Madrid, hasta entonces disfrutemos de la nueva ganadora.
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