Durante nuestra visita al jardín botánico de Dublín, casi sin darnos cuenta nos adentramos en el cementerio Glasnevin.
Este cementerio data del siglo XIX (1832) y surgió del movimiento romántico, movimiento que buscaba una vuelta hacia la naturaleza como oposición a la industrialización.
Las ideas sobre el retorno a la naturaleza (en sentido literal y figurado), condujeron al deseo de eliminar los cementerios hacinados e insalubres de los jardines que rodeaban las iglesias en las ciudades y llevarlos al campo donde podrían convertirse en centros culturales. Esto se hizo principalmente a través de la creación de vistas pintorescas capaces de crear emociones positivas a sus visitantes. De manera que asistimos a lo que se conoce como al movimiento del cementerio rural del movimiento romántico.