Plantas de cada día; el narciso pálido (Narcissus triandrus)


   Hace poco vimos cómo florecían los narcisos por nuestro blog... y a pesar de su difícil diferenciación, parece que estas simpáticas plantitas, de la familia amaryllidaceae y siempre anuncio de una primavera inminente, han venido para quedarse. Hoy os presentamos al Narciso pálido o de roca (Narcissus triandrus subsp. pallidulus), que no suele faltar a su cita anual allá por los primeros días de abril, en suelos rocosos y expuestos, soleados y pobres. No debía ser este el narciso que se asomaba a las aguas para ver su reflejo, y que dio nombre al género.

   En concreto estos los encontramos en un pastizal de montaña abierto entre el matorral y el robledal en la sierra de Guadarrama, pero la distribución natural de la especie abarca el centro y sureste peninsular para la subespecie pallidulus, así como el noroeste para la subespecie triandrus. También podremos encontrar en el oeste peninsular la subespecie lusitanicus, de un amarillo más intenso. Más allá de la península ibérica, únicamente encontraremos naturalizada la especie en las islas de Glénans, en la Bretaña francesa, aunque siempre de forma más puntual.

Distribución natural de las distintas subespecies (vía)

Pequeños bulbos de N. triandrus (vía)

   Se trata esta de una planta de entre 11 y 35 cm de altura, glabra, bulbosa y perenne, que pasa desapercibida el resto del año, midiendo sus bulbos subterráneos unos dos centímetros aproximadamente. Sus largas hojas serán de color verde oscuro y de sección semicircular, algo estriadas longitudinalmente, y medirán  aproximadamente lo mismo que el tallo floral; entre 15 y 30 centímetros.

   Su efímera floración adornará fugazmente los montes con un característico color amarillo pálido y con su forma de campanilla que cuelga cabeza abajo, para dar paso finalmente al fruto que constará de una cápsula elipsoidal trilobulada.

   Su indiscutible belleza, a pesar de su relativamente efímera floración, le ha llevado a estar presente en no pocas macetas y jardines. Para su siembra habrá que tener en cuenta que hay que enterrar los bulbos de forma algo más somera que otros narcisos; recordemos que está acostumbrado a vivir en suelos someros y rocosos.

(vía)


3 comentarios:

  1. Me encanta este narciso. Me parece diferente y especial. Es el único que sale en el término de mi pueblo, de suelos calcáreos. Son como pequeñas lágrimas o gotas a punto de caer al suelo. Gracias por la información...no sabía nada sobre sus subespecies y distribución.

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    Respuestas
    1. Sí, son algo especial, ¡taaaan bonitos!. Como una sorpresa enorme al lado del camino que dice "¡eh, bienvenida primavera!". A mi me da pena que duren tan poquito, pero supongo que es algo necesario para que no nos acostumbremos a ellos y los veamos como algo cotidiano :)

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    2. Estoy con vosotros, cada vez que los veo me digo, pero.... que hace una cosa tan bonita y delicada por quí en medio! y encima marcan un momento del año genial: la primavera!

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