La cigüeña blanca (Ciconia ciconia)






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   La cigüeña blanca (Ciconia ciconia), es bien conocida por todos al haber estado tradicionalmente vinculada al hombre, anidando en postes de teléfono, tejados y campanarios. Ha encontrado en estas estructuras artificiales un lugar idóneo para la cría, aunque no hay que olvidar que originalmente crió, y aún hoy sigue criando, en las copas de los árboles. Y no creáis que este vínculo ha sido algo reciente, que se tienen datos de nidos en monumentos y fortalezas desde la antigua Roma hasta en mezquitas y minaretes durante la Edad Media. Con desigual suerte con el paso de los siglos desde entonces, ya que en algunas zonas donde tradicionalmente han sido perseguidas y cazadas (Italia y parte de Grecia, por ejemplo) se han dado actualmente por extinguidas. Es triste, ya que curiosamente era un animal sagrado muy apreciado en la antigua Roma, siendo el símbolo por excelencia del amor filial, al igual que en la Antigua Grecia, donde matar una cigüeña se consideraba un crimen y era severamente castigado. 


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   Y es que en general ha sido este un animal muy querido. Ya los pueblos árabes las recibían con grandes festejos al volver de su migración, ya que anunciaban el final del invierno. Qué decir de la creencia popular de que es una cigüeña la que trae a los bebés a las casas. Este mito tiene sus raíces en la cultura centro europea y escandinava, en la que la cigüeña, además de anunciar la llegada de la primavera, era un ejemplo para todos por diversos hechos: la gran dedicación con la que cuidan a sus pollos, porque se emparejan para toda la vida, porque siempre vuelven a sus nidos tras los largos viajes... además, antiguamente se creía que las almas de los no nacidos se ocultaban en las aguas de los pantanos... justo donde las cigüeñas parecen andar siempre buscando algo. Sea como fuere, dicha tradición fue utilizada por Hans Christian Andersen para el cuento “Las cigüeñas”, lo que ayudó enormemente a su difusión.
Cigüeña blanca (Ciconia ciconia)
   Se trata esta de una zancuda que se alimenta de insectos, micromamíferos, peces y anfibios, que caza con su largo y rojo-anaranjado pico (negro en los pollos) en las orillas de charcas, prados, y campos de cereal. Anda sigilosa, despacio pasito a pasito, hasta que determina su presa y la caza con un eficaz movimiento de cuello lanzando su pico a modo de arpón. O al menos esta era su forma de alimentación hace algunas décadas, ya que en la actualidad ha aprendido a obtener comida fácilmente de los basureros y vertederos.
Cigüeña blanca bebiendo en la rivera del Manzanares

   Tiene una envergadura considerable, que pasa sin problemas los dos metros de ala a ala. Los machos son un poco más grandes y pesados, aunque es difícil diferenciarlos a simple vista. Son bastante longevas (¡se han datado cigüeñas hasta de 33 años!). Ponen de tres a cinco huevos blancos, a razón de un huevo cada dos días, y de unos 7 centímetros de largo. La incubación corre a cargo de ambos congéneres, y tras un periodo de unos 33 días entre los meses de febrero y mayo, nacerán los pequeños pollitos que bien alimentados permanecerán en el nido hasta julio aproximadamente.

Cigoñinos volanderos

Principales vías de migración (Vía)

   Es un animal migrador, y no migran porque no les guste el frío del invierno como muchos piensan, sino por la falta de alimento en los últimos meses del verano, cuando escasea el agua en las charcas y es más difícil encontrar presas en los campos. Es por ello que vuelan a África en los meses de julio o agosto, alimentándose de los numerosos insectos que encontraban en su viaje (antiguamente, antes de que apareciesen los insecticidas de aplicación masiva, las plagas de langosta era un hecho habitual) hasta llegar a la zona del África subtropical. Dado que su periodo reproductivo es muy largo, iniciarán pronto el regreso a las zonas de cría europeas, por Navidad. Tardarán unos 14 días, con una media de 200 o 300 km recorridos al día. Un largo viaje del que muchas no volverán, al tener que pasar volando el desierto del Sáhara. 

   Es por todo ello que el dicho de "por San Blas la cigüeña verás" pudo ser cierto allá por los años 50, pero actualmente ha perdido su sentido de la realidad por el hecho de que la llegada de las cigüeñas se ha ido adelantando con el paso de los años. Además, poco a poco el número de cigüeñas que no migran va aumentando (actualmente se cifran los residentes en un 20% del total), aunque las actuales directivas que tienden al cierre de vertederos y basureros a cielo abierto puede provocar graves daños a dicha población.

Cigüeña blanca (Ciconia ciconia)

   Y es que vivir cerca de los humanos tiene sus cosas buenas, como el hecho de anidar en lugares inaccesibles y mantenerse además alejadas de posibles predadores que nunca se acercarían a lugares tan "habitados", pero también tiene sus cosas malas. No hay que olvidar que las principales causas de mortalidad no natural en las cigüeñas son la electrocución y choque con tendidos eléctricos, así como la ingestión de gomas elásticas que confunden con lombrices y que nunca digerirán. Tienen que enfrentarse además a otros problemas, tales como el cierre de vertederos sin la puesta en marcha de una solución alternativa, el rechazo de los propietarios de edificios con nidos ante la pasividad de los ayuntamientos, o las molestias ocasionadas en el periodo de incubación, con fatales consecuencias. 

Cigüeña blanca (Ciconia ciconia)


   Nos toca cuidar un poco también de nuestros vecinos. Es una suerte contar con ellos, y no nos damos cuenta de lo maravilloso de tenerlos cerca porque los vemos todos los días, así que abramos los ojos. Empezar a conocerlas, es un buen comienzo.

   Si te encuentras una cigüeña o cualquier otro animal silvestre herido, ponte en contacto con la policía local (092) o con GREFA (916387550). Y si quieres saber más del mundo de las cigüeñas, o quieres colaborar activamente en él, puedes contactar entre otros con el Colectivo Ciconia (918788185).



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   Para terminar, y ya que estamos en época vacacional, os vamos a sugerir un plano turístico del centro de la ciudad de Alcalá de Henares (Madrid). Pero no es un plano cualquiera, no, que esta ciudad es famosa por el gran número de cigüeñas que alberga, lo que ha llevado a Juan Prieto Martín, en su libro "Las Cigüeñas de Alcalá" (altamente recomendable sea dicho de paso), a publicar un plano con los edificios monumentales con presencia de nidos de cigüeña, en una ruta que nos llevará por el encanto de la arquitectura, la belleza de las aves, y la gastronomía tan peculiar de la ciudad de Alcalá de Henares. ¡No lo dejes pasar!





2 comentarios:

  1. Qué animalillo tan entrañable.
    Recuerdo justamente que cuando pasaba largas temporadas en Italia allí en los infinitos campanarios no había ninguna, un poco triste me parecía, pero ya me dijeron entonces que haberlas no haylas por aquellos lares, ni tampoco en París ciudad donde resido, ni una he visto fuera de España, así que debemos estar orgullosos de tenerlas y es por esto que debemos conservarlas y mantenerlas.

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    1. ¡Claaaaro que sí!¿No es increíble que un ave tan grande y bonita viva entre nosotros felizmente? Qué pena que nos acostumbremos siempre tan rápido a las cosas buenas, verdad?

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