Composición de una colmena; la abeja reina y el zángano







   Hace poco vimos cómo era la ocupada vida de una abeja obrera. Sin duda es aquella el motor de la colmena, pero no es en absoluto el único individuo, y es por ello que para conocer por completo la familia, vamos a echar un ojo, si nos dejan, a la vida privada del zángano y de la abeja reina.
 
 
 

 
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   El zángano, pobre bicho. Nacido de un huevo sin fecundar, viven sólo durante la primavera y el verano. Su nombre toma la acepción de vago y aprovechado, y la verdad es que gran parte de su fama es bien merecida. En una sociedad tan avanzada organizativamente, que éste sea el único tipo de abeja masculina, y el único además que no tiene aguijón en su tosco abdomen, da que pensar. Cuando descubres que su número es muy reducido (del orden de cien por colmena), da hasta penita. El pobre zángano tiene alas grandes y ruidosas en el vuelo, y sus ojos son también muy grandes hasta el punto de que están casi unidos el uno con el otro. Tarda la friolera de veinte días en madurar sexualmente, casi lo que tarda una obrera en cerrar su ciclo completo de vida. Y de ahí en adelante, su único propósito será el de encontrar una reina propensa a ser fecundada, para lo cual viajará de colmena en colmena, apostándose en lugares estratégicos vigilante por si se diese la improbable ocasión. Entre tanto y cuanto, ayudará por mero pundonor a las obreras en el tema del reparto de néctar o en el calentamiento de la zona de cría, pero en general sigue un comportamiento que deja bastante que desear, ensuciando todas las celdas, sin colaborar en la defensa, recolección o en la elaboración de miel, alimentándose del alimento elaborado y reservado para las crías… en fin, no es de extrañar que cuando escasea la comida o son muy numerosos, las obreras se revelen y los maten o los expulsen de la colmena para que mueran de hambre y frío. Y no solo las obreras, que el apicultor hace otro tanto con elementos como las “trampas Alley”, que no es sino una rejilla por la que no pueden pasar, por gordos.
 

  
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   En el centro de la colmena encontramos la reina, la única hembra fértil de la comunidad, y que sorprendentemente puede vivir hasta cuatro años. No en vano ser reina tiene sus privilegios, y es que se alimentó únicamente de jalea real a lo largo de todo su ciclo vital, a diferencia de las larvas de abeja obrera que se alimentan de jalea real sólo dos días y medio, o los zánganos que se alimentan de ella tres días. Hasta la celda en la que nació era mucho más grande y confortable que la del resto de abejas, con una bonita forma de dedal. Pero tampoco digamos que su vida fue fácil, ya que poco después de nacer tuvo que matar a otras hermanas reinas para poder llegar al trono. Así quedó como única abeja reina de la colmena, y morfológicamente la diferenciaremos fácilmente por su largo abdomen, necesario para la puesta, y por apariencia más basta, con alas un poco más cortas en relación con el resto del cuerpo.

  
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   A la semana de vida, la reina decide elevarse sobre la colmena en un vuelo vertical suspendido que tiene por objetivo el encontrar el necesario zángano (el más fuerte y decidido de todos ellos) para que la fecunde. El macho morirá poco después de la proeza al perder sus órganos genitales en el encuentro, pero asegurará de esta manera su descendencia (y de paso la no consanguinidad). Tras repetir varias veces el vuelo nupcial con idéntico resultado, es a partir de la segunda semana aproximadamente cuando la reina entrará de nuevo en la colmena y comenzará a dedicarse en cuerpo y alma a la puesta, a razón de hasta 2.000 huevos por día, y así continuará el resto de sus días, hasta que otra reina ocupe su lugar; no volverá a salir de la colmena. Pero no hay que preocuparse, porque nunca se sentirá sola. No en vano desprende unas feromonas que mantienen al resto de abejas unidas junto a ella, y que les muestra a la vez la no necesidad de una nueva reina en la colmena. O al menos así será hasta que la reina vaya envejeciendo, momento en el cual dejará de segregar dicha feromona agrupativa, y será entonces cuando las obreras comenzarán a alimentar a algunas larvas con tan solo jalea real, dando pie así a futuras nuevas reinas.
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¿Os habéis quedado con ganas de más?, ¿no conocéis nuestros post sobre las abejas, su importancia, sus roles, etc?, ¡no os preocupéis porque aquí los tenéis!

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2 comentarios:

  1. Deseando estaba de conocer la vida del zángano!
    Qué posts tan interesantes!

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  2. Pobre bicho... aunque un poco sí que se lo tiene merecido, la verdad ;)

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