La HIEDRA (Hedera helix), es una planta trepadora originaria de bosques húmedos de Europa. Actualmente habita, en toda Europa menos en el norte, en Asia y en el norte de África. Es una especie perenne de hojas simples, coriáceas de un verde oscuro muy brillante. En un ejemplar se pueden distinguir dos tipos de hojas, las que están situadas sobre ramas estériles que son muy lobuladas y las de ramas fértiles que no tienen lóbulos. Son muy fáciles de distinguir y si vas con alguien que no tiene ni idea de plantas quedas de lo más profesional explicándoselo.
Las flores, bastante sosas, son pequeñas y verdes y están reunidas en umbelas simples. Los frutos son una baya negra del tamaño de un guisante y ¡¡cuidado son venenosos!!.
La HIEDRA es como tantas otras especies de nuestra flora, que todos el mundo conoce pero que pasa bastante desapercibida. Siempre nos fijamos en especies más exóticas, de flores enormes y colores llamativos. Pero para mi esta especie es toda una heroína y se merece todos mis respetos. Si no pensáis igual, seguid leyendo y al final del post veamos si habéis cambiado de opinión.
Remontémonos al terciario, hace más de 20 millones de años, la laurisilva o selva templada se extendía por la cuenca mediterránea, Eurasia y noroeste de África. El clima en esa época era mucho más agradable, con temperaturas suaves a lo largo de todo el año y precipitaciones abundantes, vamos lo que viene a ser un clima casi tropical. ¿Cómo han cambiado las cosas verdad? Posteriormente vinieron las glaciaciones en el cuaternario, era en la que apareció el hombre, y la laurisilva se fue desplazando a zonas más templadas del sur. Algunas especies se resistieron a marcharse y entre esas supervivientes nos encontramos a la protagonista de este post la "HIEDRA" (Escribo su nombre con mayúsculas porque creo que se lo merece). La HIEDRA ha sido testigo de un pasado mucho más agradable, climatológicamente hablando, y ha sabido adaptarse como nadie a los caprichosos cambios del clima, desde las glaciaciones, que no tuvieron que ser muy agradables para una especie acostumbrada al clima tropical, hasta la locura climática que tenemos hoy en día. La HIEDRA ha estado ahí, durante millones de años, aguantando carros y carretas y creo que ha llegado el momento que la valoremos como se merece.
La HIEDRA no solo es la protagonista de este post sino que también lo ha sido en numerosas leyendas de nuestra mitología. Se cuenta que cuando Cissos estaba danzando para Dionisos resbaló y murió y posteriormente fue convertido en una planta de hiedra que se abrazó a un vid que significó a partir de ese momento “fama eterna”. La HIEDRA simbolizó la fidelidad y la inmortalidad en la Grecia antigua, incluso se utilizó para tomarla antes de beber porque protegía contra la borrachera. Nuestra heroína también es símbolo de amistad y de afecto duradero y sincero. Se dice que soñar con esta especie es un buen augurio para el amor. La mitología también cuenta que donde crece la HIEDRA (de forma natural, no vale plantarla) el lugar queda protegido de desastres.
En cuanto a las preferencias ambientales, está claro que debido a ese pasado tropical prefiere los ambientes húmedos. Busca zonas sombrías pudiendo dañarla una insolación excesiva, aunque es capaz de aguantar mucha luz siempre que no tenga el sol directo. En cuanto a las temperaturas aguanta bastante bien el frío. Si seguís sin creeros su capacidad de adaptación, pensar en todos los lugares donde habéis encontrado HIEDRA. Como para muchos habrá pasado desapercibida, revisar vuestras fotos de las vacaciones y os daréis cuenta que la HIEDRA está por todas partes. Es un ejemplo claro de adaptación al medio.
Nuestra heroína no solo ha demostrado una capacidad de adaptación sorprendente si no que también es muy apreciada por sus usos. Desde luego el más conocido es su papel en jardinería, solo hay que acercarse a cualquier jardín o parque de nuestras ciudades y raro es el que no tenga alguna variedad de HIEDRA. Se utiliza mucho para cubrir muros y paredes pero cuidado que la HIEDRA no alcance las tejas de los edificios porque cuando engrosan los tallos hacen unos estropicios importantes.
También ha sido muy utilizada con fines medicinales. La HIEDRA tiene propiedades antiespasmódicas, se utiliza como analgésico, para afecciones respiratorias, en reumatismos, úlceras, también se puede utilizar para evitar el estreñimiento. Las saponinas de la planta ayudan a combatir la celulitis y reducir las varices y los taninos y sales de sus hojas, pueden utilizarse para curar heridas y llagas y seguro que me dejo en el tintero muchas otras propiedades de esta especie. Vamos que vale para todo, pero es importante volver a comentar que los frutos son tóxicos, así que cuidado cuando utilicemos esta especie con fines medicinales.
Las flores, bastante sosas, son pequeñas y verdes y están reunidas en umbelas simples. Los frutos son una baya negra del tamaño de un guisante y ¡¡cuidado son venenosos!!.
Remontémonos al terciario, hace más de 20 millones de años, la laurisilva o selva templada se extendía por la cuenca mediterránea, Eurasia y noroeste de África. El clima en esa época era mucho más agradable, con temperaturas suaves a lo largo de todo el año y precipitaciones abundantes, vamos lo que viene a ser un clima casi tropical. ¿Cómo han cambiado las cosas verdad? Posteriormente vinieron las glaciaciones en el cuaternario, era en la que apareció el hombre, y la laurisilva se fue desplazando a zonas más templadas del sur. Algunas especies se resistieron a marcharse y entre esas supervivientes nos encontramos a la protagonista de este post la "HIEDRA" (Escribo su nombre con mayúsculas porque creo que se lo merece). La HIEDRA ha sido testigo de un pasado mucho más agradable, climatológicamente hablando, y ha sabido adaptarse como nadie a los caprichosos cambios del clima, desde las glaciaciones, que no tuvieron que ser muy agradables para una especie acostumbrada al clima tropical, hasta la locura climática que tenemos hoy en día. La HIEDRA ha estado ahí, durante millones de años, aguantando carros y carretas y creo que ha llegado el momento que la valoremos como se merece.
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En cuanto a las preferencias ambientales, está claro que debido a ese pasado tropical prefiere los ambientes húmedos. Busca zonas sombrías pudiendo dañarla una insolación excesiva, aunque es capaz de aguantar mucha luz siempre que no tenga el sol directo. En cuanto a las temperaturas aguanta bastante bien el frío. Si seguís sin creeros su capacidad de adaptación, pensar en todos los lugares donde habéis encontrado HIEDRA. Como para muchos habrá pasado desapercibida, revisar vuestras fotos de las vacaciones y os daréis cuenta que la HIEDRA está por todas partes. Es un ejemplo claro de adaptación al medio.
Nuestra heroína no solo ha demostrado una capacidad de adaptación sorprendente si no que también es muy apreciada por sus usos. Desde luego el más conocido es su papel en jardinería, solo hay que acercarse a cualquier jardín o parque de nuestras ciudades y raro es el que no tenga alguna variedad de HIEDRA. Se utiliza mucho para cubrir muros y paredes pero cuidado que la HIEDRA no alcance las tejas de los edificios porque cuando engrosan los tallos hacen unos estropicios importantes.
También ha sido muy utilizada con fines medicinales. La HIEDRA tiene propiedades antiespasmódicas, se utiliza como analgésico, para afecciones respiratorias, en reumatismos, úlceras, también se puede utilizar para evitar el estreñimiento. Las saponinas de la planta ayudan a combatir la celulitis y reducir las varices y los taninos y sales de sus hojas, pueden utilizarse para curar heridas y llagas y seguro que me dejo en el tintero muchas otras propiedades de esta especie. Vamos que vale para todo, pero es importante volver a comentar que los frutos son tóxicos, así que cuidado cuando utilicemos esta especie con fines medicinales.
Y ya que hemos hablado sus propiedades medicinales ahí va un remedio casero para las almorranas.
Coge unas cuantas hojas de HIEDRA. En una sartén, o cacerola, echa un poco de aceite de oliva virgen, cuando empiece a humear, echa las hojas de la HIEDRA, ten una tapadera en la otra mano, porque salta mucho. Fríe un poco las hojas para que suelten su aceite y retira la sartén del fuego dejando que se enfríe el aceite. Finalmente con un algodón empapado en ese aceite límpiate la parte dolorida y ya está, fácil ¿verdad? Y es realmente efectivo, así que nada de sufrir las almorranas en silencio, ni de utilizar productos químico que vete tú a saber qué es lo que llevan exactamente y como se elaboran.
¿Qué pensáis ahora de la HIEDRA? ¿entendéis por qué he escrito su nombre con mayúsculas?
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