Excursión: El camino Schmid (Sierra de Guadarrama) con una variante final



Hoy nos vamos de excursión por nuestra Sierra de Guadarrama. De hecho haremos gran parte de una de las rutas más famosas de esta sierra: el Camino Schmid.

Este camino fue señalizado por el austriaco Eduard Schmid, miembro de la Real Sociedad Española de Alpinismo de Peñalara allá por el 1926. El objetivo era el de unir dos de los albergues de esta asociación.
La ruta discurre desde el Puerto de Navacerrada hasta el Valle de la Fuenfría y gran parte de la misma se realiza por la cara norte de siete picos (de ahí que sea un itinerario especialmente bueno para hacer en verano).

En nuestro caso no haremos el camino Schmid en su totalidad, si no que haremos una versión algo más libre y muy interesante, nos desviaremos a la altura del Collado ventoso, para llegar al pico de Majalasna, un lugar que parece sacado de película, árboles ensortijados junto a rocas enormes de granito moldearán el paisaje.

Ver mapa orientativo
Algo más de 18 km de ruta para hacer en un día entero. 



Al ser una excursión de un único sentido recomendamos hacerla en transporte público, en nuestro caso usamos el tren conocido como Tren de la naturaleza, desde Cercedilla y que nos sube hasta el puerto de Navacerrada (también existe la opción de coger el autobús desde el intercambiador de Moncloa o en alguna de sus paradas intermedias como Collado Villalba, es más corto y más económico).

El punto positivo del tren es el paisaje que se ve desde el mismo. 18 km desde Cercedilla hasta el Puerto de Navacerrada por la cara sur de Siete picos con un desnivel de 672m  que se salva en 40 minutos.

 
Su historia interesante le concede el honor de ser el tren de Europa que llega a mayor altitud sin tener ningún sistema de cremallera . ¡Viejito, pero seguro!

Desde la estación de tren subiremos caminando hasta el paso divisorio entre Castilla León y la Comunidad de Madrid, desviándonos un poquito antes de la "señal fronteriza" a la izquierda hacia uno de los teleféricos de la maltrecha estación de esquí de Navacerrada.

Una vez llegamos a una de las estaciones de esquí en frente de una enorme casa del ejército del aire giraremos de nuevo hacia la izquierda para comenzar nuestro camino, el camino de los puntos amarillos, el Camino Schmid.


Es un camino bastante frecuentado, por paseantes de todo tipo. Su trazado es bastante llano lo que lo hace asequible hasta incluso señoronas con tacones (visto, doy fe), aunque no sea este calzado el más recomendable. Es un camino perfecto para hacer en cualquier época del año, pero el verano es sin duda el rey de los caminos, puesto que al discurrir por la cara norte gran parte del tiempo, hace que los calores no se hagan tan asfixiantes.

Pinos de todas las edades nos acompañan durante todo el camino, troncos de árboles muertos y caídos lo hacen salvajemente interesante. Un poco más y nos sentimos Feliz Rodríguez de la Fuente intentando capturar una imagen de Gaspar el Alimoche (hasta aquí todo podría ser salvo porque no hay alilmoches en esta sierra, ¡cachis!) Parece no haber sido tocado por la mano del hombre ¿verdad?... 

 

...pues nada más lejos de la realidad. De este bosque sale la famosa madera de Valsaín, y es justamente su apariencia natural lo que en parte hace ejemplar su gestión. No debemos estar en contra de la tala de árboles, así, sin más y en valor absoluto, debemos estar en contra de una mala gestión forestal en la que la sostenibilidad tanto desde el punto de vista ecológico como social no sea el objetivo. 

(¡Ah! y los árboles ahí tirados no están ahí porque sí! son cobijo de animalillos, como insectos, que al mismo tiempo forman parte de la cadena alimentaria de otros animalillos...). Imaginaos, durante mi aventura sueca descubrí que como allí su sistema de tala es "a hecho" (talan absolutamente todos los árboles de una zona), tenían un problema serio: desaparecía el hábitat de muchos insectos que necesitan madera muerta, además como en aquella zona es muy complicado que haya incendios al mismo tiempo esta tala hacía que algunos insectos que a su vez  dependían de madera muerta y quemada, lo tuvieran francamente difícil, así que en la actualidad ¿qué hacen estos suecos?. Hacen sus cortas a hecho (que nos pueden gustar más o menos), arrasando con todo, menos 3 árboles por hectárea que dejan y en muchos casos queman, para ayudar a estos bichillos.... curioso ¿verdad?.

Soltado el sermoncillo y dejando a parte las historias de la abuela cebolleta, volvamos al camino que es lo interesante. Pasados alrededor de unos 4km y habiendo atravesado alguna que otra pradera de esas al más puro estilo "Heidi paseando con Pedro y Niebla"...

... llegamos a un desvío que nos dice: Collado ventoso o Puerto de la Fuenfría
Nosotros elegiremos el camino "dificil" el de subir, con la sorpesa de ver que aun quedaba un poquito de nieve
una vez en el Collado Ventoso (nos daremos cuenta de haber llegado porque de repente se abre un claro) tiraremos hacia la izquierda acompañados ahora por puntos amarillos y dos rayas horizontales una amarilla y otra blanca, es aquí donde decimos adiós al camino Smichd para saludar a su variante.
 Esta parte de la ruta es muy interesante por varios motivos:
  • Hay mucha menos gente por ser más desconocida
  • Está mucho más "salvaje", el camino se estrecha, aparecen rocas a los lados o incluso en medio, hasta hay que pasar a través de ellas en una ocasión.
  • Las vistas son si cabe aún más bonitas  por un lado se ve el famoso camino de la república y el valle de la Fuenfría y por el otro te acercas enormemente a los 7 picos.
El camino asciende ligeramente y en un momento dado los árboles se dispersan y comienzan a tener unas formas desconcertantes... el viento amigos, que causa estragos.
Nos encontramos justo en frente del pico Majalasna.
¿No os recuerda un poco a la película de El Señor de los Anillos?

Ahora ya sólo queda bajar hasta enlazar con el famoso camino de la república, una amplia pista forestal que nos llevará hasta la zona de Las Dehesas. 

Pasaremos por los miradores de los poetas.... y sus vistas hacia Madrid y hacia 7 Picos

...y ¡a bajar se ha dicho!. 

Toca un gran descenso hasta la estación de tren de Cercedilla, no sin antes pasar por el centro de información medio ambiental altamente recomendable por la gran cantidad de actividades interesantes que proponen.


Y ahora un poco sobre las plantitas de la excursión.

La ruta está rodeada en todo momento por pinares de pino de Valsaín (Pinus sylvestris), con algún que otro rebollar de robles melojo (Quercus pyrenaica) sobre todo en las zonas más bajas. dispersos entre estos dos primeros os podréis encontrar ejemplares de acebo  (Ilex aquifolium) bien brillante y con sus "bolitas rojas" si es hembra (¡ojo! que esta especie está protegida y os ponen multazo si os pillan con alguna ramita).

En las partes más soleadas y altas podremos ver también zonas de piornos (Citisus scoparius) que en primavera nos darán lo mejor de si, sus flores amarillas (adoradas por las abejas), seguro que algún abuelo de los que aquí leéis  lo usó para hacer escobas, en la actualidad es preciado por un alcaloide (esparteína) que trabaja sobre el corazón. ¡Ah! y si tenéis la suerte de toparos con uno florido tenéis que saber que sus flores son comestibles y se pueden preparar en escabeche al estilo de las alcaparras.

En las zonas algo más bajas y también soleadas las jaras son las protagonistas, la pringosa (Cistus ladanifer) y la jara estepa (Cistus laurifolius), parecidas pero fácilmente distinguibles por ser la primera pringosa (curiosa ésta por ser una planta pirófita, sí, "amante" del fuego, del que se sirve para lanzar sus semillas y lo mantiene vivo gracias a la alta inflamabilidad de su resina pringosa, resina que a su vez mantiene a raya a las plantas competidoras ya que inhibe su crecimiento y además es medicinal: astringente, calmante y usada para la fijación de perfumes, eso por no decir de su primitivo método de extracción: peinando cabras que eran obligadas a pasar por un jaral denso...)

En las zonas algo más húmedas y entre pino y pino podremos ver también algún que otro majuelo o espino blanco (Crataegus monogyna) en primavera, de marzo a mayo, tendréis la suerte de verlo blanco como un copo de nieve. También os podréis topar con algún que otro brezo (Erica spp) y si éste es grandote y con flores blancas probablemente sea el brezo blanco (Erica arborea) con una madera apreciadísima para la fabricación de pipas. También podréis ver algún tejo (Taxus baccata), árbol con mil y una leyendas, fue el árbol sagrado de las culturas célticas, altamente venenoso salvo sus frutos rojos (ojo! que las semillas también lo son!), fue usado en flechas para dar caza a sus presas más deseadas ya fueran animales racionales o no.

Cerca de los ríos y en las zonas no muy altas seguro que veremos algún que otro saúco (Sambucus nigra) y recordad, sus flores adoradas por abejillas son comestibles y las podéis hacer rebozadas. Probablemente también os topéis con algún sauce (Salix spp), ¿alguna curiosidad para el sauce?, a la de una, a la de dos, ¡adjudicado!, sauce como precursor de la aspirina!, seguro que si os digo: ácido acetil salicílico todos lo entendéis como una vulgar aspirina, simplemente fijaos bien en la parte que dice "salicilico"... aquí lo dejo. Para los más curiosos vistazo rápido a wikipedia para haceros una idea de su historia, realmente interesante.

En fin hay tantísimas plantas que quizás debería preparar otro post, así que para no aburriros más aquí lo dejo por hoy.



1 comentario:

  1. Me encanta! Quién estuviese allí justo ahora, tomando el solecico! :)

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