Los nombres con los que comúnmente se conoce al Erodium ciconium no podían ser más acertados; agujas de pastor, pico de cigüeña, peine de brujas... todos referidos a sus frutos, con forma de pico, que puede llegar hasta los diez centímetros. Esta peculiar forma, aunque no el tamaño que le es característico, es compartida por todo el género Erodium. Como lo es también su fruto, que al madurar y secarse llegará a tener una especial apariencia de dardo terminado en tirabuzón helicoidal. Esta increíble adaptación, más allá de evocar agradables juegos y recuerdos de infancia, no tiene otra función que no sea la dispersión de sus semillas al engancharse en los pelos de los animalitos que por allí pasen. Esto explica las extrañas distribuciones de algunas especies de este género, que tiene en su haber numerosos endemismos aislados en pequeñas poblaciones.
Esta plantita, familia de las geraniáceas, florece entre marzo y junio en los campos de cultivo, huertas y en los bordes de los caminos. Puede ser tanto anual como bienal, y su altura ronda entre los diez y los sesenta centímetros. Es típicamente ruderal mediterránea, con hojas muy divididas, claramente pinnaticompuestas, y flores con cinco pétalos color violeta azulado agrupadas en umbelas colgantes y pedunculadas.
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