Cajas nido para murciélagos


 
Rhinolophus ferrumequinum (vía)
    Uno de esos momentos que se me han quedado grabados en la retina fue, sin duda, el día en que al entrar en una ruinas por el monte nos topamos cara a cara con unos murciélagos grandes de herradura (Rhinolophus ferrumequinum). Es una pena que no sólo este quiróptero, sino que multitud de las especies que habitan con nosotros, estén en franco declive. Y la razón una vez más no hay que buscarla muy lejos, basta con mirarnos el ombligo,  ya que la principal causa no es otra que la desaparición o alteración de refugios diurnos, así como la reducción de las presas que suponen su alimento potencial por el uso indiscriminado de pesticidas.

   Estos mamíferos tan curiosos y tan desconocidos tienen costumbres nocturnas y crepusculares, por lo que durante el día buscan cobijo en lugares resguardados, tranquilos, oscuros y frescos, tales como cuevas, hendiduras, huecos de árboles viejos o muertos o, en ambientes más antropizados, grietas y huecos en edificios.



   De las más de mil cien especies que se distribuyen por todo el planeta excepto la Antártida, sólo tres sudamericanas son hematófagas. Pero esto, junto con sus hábitos nocturnos y aspecto un tanto singular, ha hecho volar la imaginación de los hombres a lo largo de su historia, y suelen asociarse a leyendas siniestras y terroríficas. Nada más lejos de la realidad, ya que aunque desde siempre hayan suscitado recelos en el ser humano (¡hasta en la Antigua Roma se consideraba que por naturaleza estaba relacionado con el demonio!), hay que decir que todas las especies que habitan nuestras latitudes son específicamente insectívoras, y por tanto beneficiosas para el hombre al ser un claro aliado controlador de plagas. ¡Si ya los árabes los criaban para tener a raya a los mosquitos en sus preciados jardines!


   Quizá sean los chinos los únicos que tradicionalmente han sabido verlo, ya que allí la figura del murciélago es símbolo de felicidad y bonanza. Muchas tribus caribeñas consideran al murciélago como un espíritu protector de sus hogares durante la noche, y está prohibido el darles caza. También en México, donde era venerado como un dios, una vieja leyenda oaxaca cuenta cómo el murciélago fue una vez el ave más bella de la Creación, habiéndose confeccionado un hermoso plumaje  multicolor con las distintas plumas de los pájaros más bellos. Pero fue su vanidad la que supuso su perdición, y la que hizo que el Creador desnudase su cuerpo, a modo de escarmiento.

   Otra excepción la forman las numerosas leyendas que existen en torno a la figura de Jamie I El Conquistador y los murciélagos. Una de ellas cuenta que fue precisamente un murciélago el que salvó la vida del rey durante la reconquista de Valencia, al cruzarse aquel en la mortal trayectoria de una flecha que iba destinada al monarca. Otra, que fué un murciélago el que, golpeándose contra un tambor, avisó del ataque nocturno del ejército moro contra sus tropas, que dormían acampadas a las puertas de la ciudad. También un profeta árabe de aquella época predijo que, mientras el murciélago pudiera sobrevolar todas las noches Valencia, ésta se mantendría en poder musulmán. Y fué la noche antes de la toma de Valencia en la que precisamente ese afamado murciélago se posó feliz sobre la tienda del rey, augurando el triunfo cristiano. Sea como fuere, consecuencia de todo aquello es que el murciélago está presente en blasones y escudos manchegos y levantinos desde entonces y hasta ahora, cosa que muy poca gente recuerda. Pero no podemos negar que, en general, se ha asociado al murciélago con la brujería y el diablo, y mucha culpa puede tenerla el hecho de que en tiempos del barroco se los consideraba símbolo del anticristo. Por no hablar ya de la novela “Drácula” de Bram Stoker.


Vistosa fachada del ayuntamiento de Valencia (Vía)

    Puestos a tumbar mitos, hay que decir también que la posibilidad de que te contagie un murciélago por la rabia es casi nula, y siempre inferior a la de que te contagie otra persona de un mordisco (si quieres mirar mal a alguien por eso, empieza por tu amigo el del bar). Si entran en una casa, la muerte no va a estar al acecho sólo por ello. Su paso no es presagio de mal tiempo ni de mal augurio. Y por supuesto si tienes la mala suerte de que se te enrede un murciélago en el pelo, ni te acontecerá un mal de amores, ni se te caerá el pelo, ni será consecuencia de tu condena eterna, tal y como dicta la tradición irlandesa. La mala suerte será para el pobre murciélago, que tendrá que mejorar sus dotes de ecolocalización.



   Una vez que ha quedado claro lo injusta que ha sido la historia con ellos, y que no aportan otra cosa que no sean beneficios al ser humano, podemos pasar a analizar los numerosos modelos de cajas nido existentes adaptadas para murciélagos. No hay más que echarle un ojo a estas que nos enseñan nuestros amigos Jordi Baucells y Jordi Camprodon entre otros, en su Guía de cajas nido y comederos, un libro altamente recomendable para todo aquel que guste de este mundillo de las cajas nido, lleno de datos prácticos y estadísticas feraces desde sus experiencias en Cataluña.


    Ahí podéis ver el modelo Chirotteri, que fácilmente puede hacerse en casa con unas cuantas tablas. En el fondo no es sino una adaptación de la caja nido para paseriformes que ya vimos anteriormente en este blog, salvo que hay que tener en cuenta ciertas especificaciones para tan especiales huéspedes.

   La mejor entrada posible será la entrada inferior en forma de ranura rectangular y estrecha, para minimizar al máximo la entrada de luz y evitar que la hospeden otras especies. No te preocupes por lo angosto que resulte ser el cubículo; son animales gregarios y no les importa estar un poco apretujaditos. Como nuestros amiguitos se colgarán del techo o de las paredes de la caja, éstos tienen que ser superficies rugosas, de ahí las fisuras horizontales marcadas por el interior de la espaldera y del frontal. Otra posibilidad para estas superficies interiores sería usar un material aislante térmico y rugoso como es el corcho. Nunca utilices pegamentos o colas para las uniones, ni pintes la superficie con pinturas o esmaltes sintéticos. Si quieres proteger la madera, usa aceite de linaza.

  La altura ideal a la que colgar la caja nido variará entre los 3 y los 6 metros de altura, frente a lugares no muy expuestos pero abiertos para que los murciélagos puedan emprender el vuelo sin complicaciones. A la hora de la revisión anual del nido para su limpieza o posible marcaje, nunca molestes a los inquilinos ya que esto podría derivar en un abandono del nido. La mejor época quizá sea a principios de primavera, para evitar despertarles de su letargo invernal. A la hora de ponerse manos a la obra, todas las normas que ya dimos para las cajas nido para aves siguen vigentes, tanto a la hora del claveteado como su posición y colocación en árboles y fachadas.

   Aquí dejamos otro modelo que nos brinda el estupendo "Manual para el Voluntariado para construcción de cajas nido Volcam 2010". Resulta un poco menos sofisticado y al alcance de todos. 

Murciélagos comunes (Pipistrellus pipistrellus(Vía)






2 comentarios:

  1. Muy, muy guay!

    ¡Cuántas cosas interesantes he aprendido!...

    (y ahora ya se por qué en italiano le llaman pippistrello! un nombre graciosísimo, verdad?)

    ResponderEliminar
  2. Oye, pues no sabía, pero seguro que vienen las dos del latín, no? ;)
    A mí pipi me suena a pájaro, y strello a estrella... algo así como "el pájaro de las estrellas"! un nombre genial!!

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...